Lucía Delgado, portavoz de la PAH: “O los bancos devuelven el rescate, o nos entregan sus viviendas”

Los desahucios no se han detenido, pese a una moratoria que la PAH considera insuficiente, y está por ver si el Gobierno de Pedro Sánchez apuesta o no por la limitación de alquileres en la nueva ley de vivienda. Mientras, la portavoz de la plataforma se muestra optimista sobre el futuro y pide la legalización de la situación de los que ocupan pisos vacíos de grandes tenedores.

La PAH apareció cuando se dispararon los desahucios por impago de hipoteca, algo masivo que no habíamos conocido antes. Ahora la mayoría de los desahucios son por impagos del alquiler. No es que la gente no pueda pagar, es que no puede pagar lo que se le pide. Y no olvidemos que se legisló a favor de los propietarios. El PSOE agilizó los desahucios y el PP permitió subir el alquiler tanto como se quisiera y generó la figura de las socimis para que los fondos buitres pudieran comprar vivienda vinculada a las ejecuciones hipotecarias.

Como sociedad nos hemos acostumbrado a todo esto, excepto cuando hay un suicidio. Hemos normalizado los desahucios igual que hemos normalizado que haya muertos en el Mediterráneo. Cuando se suicidó aquel hombre en Sants no sé cuántas entrevistas di en una semana. Los días previos había desahucios pero no vino la prensa.

"Hemos normalizado los desahucios como que haya muertos en el Mediterráneo. Cuando se suicidó aquel hombre en Sants no sé cuántas entrevistas di en una semana. Los días previos había desahucios pero no vino la prensa"

De lo primero que hizo la PAH fue concienciar a los desahuciados por impago de la hipoteca que no tuvieran vergüenza, que no era culpa suya. El problema de la vivienda es social pero lo vive individualmente una persona, una familia. Y lo vive de forma dramática. El contacto con colectivos como la PAH socializa lo que vive y lo transforma. Las familias comentan que participar en la PAH les ha dado conocimientos, formación sobre lo que pasaba, mecanismos para buscar una solución y bienestar emocional. Porque la gente llega aquí con un cuadro de ansiedad, angustia y depresión muy grave. Y avergonzada. La gente viene llorando.

"La gente llega aquí con un cuadro de ansiedad, angustia y depresión muy grave. Y avergonzada. La gente viene llorando"

¿El perfil de la gente que ocupa es el del que antes pagaba un alquiler o una hipoteca? Totalmente. La mayoría de las familias que ocupan están en la mesa de emergencia esperando un piso que no llega. Se tienen que buscar la vida. Y un problema del que no se habla es que muchas familias viven, como durante la posguerra, en habitaciones. Es muy grave. No tenemos cuantificadas a las familias que lo hacen. Cuatro personas en una habitación. En cuanto a los desahuciados por impago de alquiler, la mayoría, inquilinos de entidad financiera, también ocupan el piso. Los que estaban en uno de pequeño propietario van a la administración y acaban malviviendo en una pensión hasta que sale el piso de la mesa de emergencia. Para nosotros eso no es un realojo digno, y de ahí la obra social de la PAH, las ocupaciones.

Usted participó en la fundación de la PAH junto con Ada Colau y Lucía Martín, hoy alcaldesa de Barcelona y concejala de Vivienda, respectivamente. ¿Contra Trias era más fácil protestar? No. Nosotros actuamos de la misma manera. Hemos ocupado el ayuntamiento para exigir realojos adecuados y lo seguiremos haciendo.

Que la gente que dirige ahora el consistorio quiere resolver el problema de la vivienda está claro. ¿Se ha visto que no era tan fácil? Nunca creímos que esto sería fácil, y no sé si Colau lo creía, pero la PAH sigue al pie del cañón. En Barcelona hemos podido cambiar algunas políticas de vivienda y en Catalunya batallamos para ampliar la ley 24/2015: para nosotros es principal regularizar las ocupaciones. En el ámbito estatal, tenemos una oportunidad política. El Gobierno actual debe demostrar si se compromete a dar un paso adelante y hacer leyes ambiciosas que garanticen el derecho de la vivienda. Si eso no pasa con la nueva ley de vivienda, apaga y vámonos.

"Paremos todos los desahucios y si la familia no es vulnerable, que se acredite eso. Así no saturaríamos los servicios sociales. Y así protegeríamos a las familias"

No parece que el PSOE esté por la labor de establecer límites a los alquileres, como quieren sus socios de Podemos. No, no. Y no solo por los alquileres. Lo que me preocupa más son los desahucios: no se han detenido. La moratoria no es total para las familias vulnerables. Además, los jueces no aplican la ley de forma garantista. Se tiene que hacer un informe de vulnerabilidad. ¿Por qué no hacerlo al revés? Paremos todos los desahucios y si la familia no es vulnerable, que se acredite eso. Así no saturaríamos los servicios sociales. Y así protegeríamos a las familias.

¿Cómo se ha popularizado la historia de la señora que va a comprar el pan y se encuentra el piso ocupado al regresar? No conozco a nadie a quien le haya pasado. Son montajes. Porque si te pasa, en primera o segunda residencia, hay mecanismos para sacar al que se haya metido: es usurpación, no ocupación. Si demuestras que el piso está habitado, sea primera o segunda residencia, sacarán a quien haya entrado. Pasen las horas que hayan pasado. En cambio, si se demuesta que el piso está abandonado, que no se utiliza, también hay un proceso para sacar al que lo ha ocupado, el desahucio llegará pero no inminente.

"Si demuestras que el piso está habitado, sea primera o segunda residencia, sacarán a quien haya entrado. Es usurpación, no ocupación"

¿Son historias que se difunden para asustar a la gente? Es fomentar el miedo, la lucha del último contra el penúltimo. Me gustaría que la gente levantara la cabeza y viera que quien nos roba no es esa mujer, porque el 72% de las personas que ocupan, según un informe que hicimos, son mujeres solas con sus hijos, que además tienen trabajo. El caso de Jessica, una mujer que ocupa un piso de Caixabank, que no le quiere hacer un alquiler social. Una mujer que tiene tres hijos y contrato fijo desde los 16 años, pero que cobra 1.100 euros, y nadie le alquila una vivienda.

La PAH tiene un largo recorrido de negociación con entidades bancarias y otros propietarios Los abogados de la plataforma han propiciado reformas legales clave. Y hay una tercera pata, que no es tan de la PAH, que es la protesta más visible, que deja la negociación en segundo plano. Nosotros practicamos desobediencia civil pacífica, y eso no quiere decir que no sea contundente. Ocupamos un banco. Si nos sacan los mossos, que nos saquen: no nos enfrentamos. Preferimos tirar confeti que pintura. Tenemos cuatro principios básicos que respetamos: ofrecemos asesoramiento colectivo de forma asamblearia, de forma gratuita y abierta, practicamos la desobediencia civil pacífica y somos apartidistas. Llevamos 13 años de movimiento con esos principios. Cuando se fue Colau, muchos nos dijeron que el movimiento estaba acabado, porque lo veían de forma piramidal. Se ha demostrado que no era así.

Llegó la pandemia, dejaron de venir los turistas y ahora regresarán. Para nosotros, la crítica no es al turismo sino al tipo de turismo, a la turistificación, barrios enteros afectados, tiendas cerrando. ¿Cómo no cerrar si estás especializado en personas que no viven en la ciudad? Hay pisos que tendrían que ser para gente que vive en Barcelona, que no deberían ser para los turistas, que ya tienen lugares a los que ir: albergues, hoteles, apartamentos turísticos legales.

¿Cómo lograr más pisos públicos a una mayor velocidad? Un parque público de alquiler no se hace de un día para otro, pero la PAH no piensa en la construcción, Barcelona tampoco tiene mucho espacio para crecer. Está la situación de los que están ocupando, un 35% o un 40% de la gente que viene a nuestras asambleas, que se tienen que consolidar.

"Está la situación de los que están ocupando, un 35% o un 40% de la gente que viene a nuestras asambleas, que se tiene que consolidar"

¿Perdió la sociedad una oportunidad al no quedarse la administración con los pisos de los bancos? Sí, pero todavía estamos a tiempo. Para nosotros es clarísimo: si desahuciamos a los que no pueden pagar el alquiler, es de sentido común exigir a los bancos que devuelvan el rescate o nos entreguen sus viviendas.

Culturalmente, no nos parece mal que la vivienda sea un negocio. La sociedad no se ha preparado para defender colectivamente el derecho a la vivienda como sí lo ha hecho con el medio ambiente. Creo que llegaremos a hacerlo, serán necesaria la pedagogía como lo fue con el medio ambiente.

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