Violencia policial

¿El George Floyd gitano?

Barcelona se une a las protestas europeas por la muerte a manos de la policía checa del ciudadano romaní Stanislav Tomás

Las similitudes con el caso de George Floyd, más otras denuncias previas de violencia policial, activan a la comunidad gitana

210628JM Manifestacion de entidades gitanas contra el asesinato de Stanislav Tomas. Barcelona 28/6/2021 Foto Joan Mateu Parra

210628JM Manifestacion de entidades gitanas contra el asesinato de Stanislav Tomas. Barcelona 28/6/2021 Foto Joan Mateu Parra / Joan Mateu Parra

Gemma Tramullas

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'No puedo respirar se ha vuelto a repetir' y 'George Floyd también es gitano' eran algunos de los lemas que portaban el centenar de personas que ayer lunes por la tarde se concentraron frente al consulado de la República Checa de Barcelona para protestar por la muerte del ciudadano romaní Stanislav Tomás el pasado día 19, mientras era reducido violentamente por la policía. A través de esta acción impulsada por el Consell Municipal de Poble Gitano, Barcelona se suma a las decenas de protestas en Europa por un caso que guarda similitudes con el de George Floyd en Estados Unidos y que tanto el Consejo de Europa como Amnistía Internacional han urgido investigar.

¿Pero tiene este caso el potencial de iniciar un Black Lives Matter gitano? Ambas víctimas pertenecían a minorías históricamente discriminadas y se les aplicó la técnica del rodilla en el cuello. Además, las dos reducciones policiales fueron grabadas en vídeo, unas imágenes que muestran los gritos agónicos de los detenidos y que han sido difundidas por redes y medios de comunicación.

"Sin duda tiene ese potencial -declaraba Juan de Dios Ramírez Heredia, exdiputado en el Congreso, exeuroparlamentario y vicepresidente de la Unión Internacional Romaní, que también acudió a la concentración-. Pero hay que tener en cuenta que en Estados Unidos los negros también tienen poder, incluso ha habido un presidente negro, y nosotros no tenemos la misma capacidad de respuesta y movilización".

Los concentrados guardaron un minuto de silencio y entregaron al cónsul checo, Jaime Martín, una carta dirigida al presidente Milos Zeman en la que le piden "que se comprometa a que las autoridades de su país hagan una investigación a conciencia con el fin de que se haga justicia" y "frene informaciones tendenciosas", como que Tomás iba drogado o estaba enfermo. Sin embargo, estas autoridades ya han mostrado su apoyo a la actuación de los agentes de policía de la ciudad de Teplice.

Denuncia ante el Parlamento europeo

Aun así, Heredia aseguró que "no vamos a parar hasta que se haga justicia y haremos que este caso tenga una repercusión mundial". La Unión Internacional Romaní se ha comprometido a denunciar el caso ante el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Para Paqui Perona, presidenta de Veus Gitanes, "el caso de Stanislav Tomás es un precedente que no se puede consentir". Esta activista y vecina del barrio de La Mina lamentaba que "los mismos activistas que se levantaron por George Floyd son incapaces de ver cómo nos matan a los gitanos, les da igual, porque el antigitanismo está naturalizado".

En los últimos dos años, la comunidad gitana en España ha denunciado las muertes de Daniel Jiménez, Manuel Fernández, Pedro Antonio Calahorra, Miguel Ángel Fernández y Eleazar, un joven con un 75% de discapacidad que falleció tras ser golpeado por unos vigilantes.

En el acto frente al consulado checo, Ramírez Heredia comentó que no dejaba de ser significativo que su primera intervención como diputado por Barcelona en el Congreso, en 1977, fuera contra "algunos 'garbanzos negros' de la Guardia Civil" y más de 40 años después estuvieran manifestándose aún contra la violencia policial.

Heredia defendía que, mientras en 40 años el pueblo gitano ha logrado reducir un 80% del analfabetismo y las mujeres ocupan más lugares en la universidad que los hombres, la discriminación continúa. Que queda mucho camino por recorrer lo demuestra el hecho de que al preguntarle a una de las mujeres presentes en la concentración qué ponía su pancarta esta contestara: "No lo sé. ¿Qué pone?". El acto terminó con la entrega de la bandera gitana al cónsul y el grito "'¡Opre romá! (¡Arriba el pueblo gitano!).

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