ANIMALES DE COMPAÑÍA

Los gatos del confinamiento

El Jardinet dels Gats denuncia que en las últimas semanas se están abandonando mascotas muy jóvenes, incluso de raza, adquiridas para hacer más llevadero el encierro y que, con el desconfinamiento, ya "no son necesarias".

Durante lo más duro de las crisis sanitaria la protectora siguió al pie del cañón, haciéndose cargo los animales de personas mayores con gatos mayores, que enfermaron y fueran ingresadas durante meses o fallecieron.

Jardinet dels gats

Jardinet dels gats / JORDI OTIX

Helena López

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Una de las no pocas caras invisibles de la pandemia es qué ha pasado con los cientos de animales de compañía de las personas mayores que han muerto de covid. ¿Qué ha sido de ellos? ¿Qué fue de ellos, además, durante las peores semanas de la crisis sanitaria, en las que apenas se podía salir a la calle, cuando empezó a poderse? ¿Quién se hizo cargo de ellos? ¿Dónde están? Hubo quien no cerró un solo día. Espacios como el Jardinet dels Gats, protectora de referencia en Ciutat Vella. "La pandemia nos ha traído muchos gatos 'senior'. Gatos de 12, 16, 17 años. Gatos de personas hospitalizadas, enfermos terminales… personas que nos piden ayuda porque las van a ingresar y no tienen con quién dejar a su(s) gato(s). Que nos piden que lo tengamos todo preparado para que cuando mueran alguien pueda acoger a su(s) mascota(s). Nosotros nos encargamos de darle la tranquilidad a la persona, decirle que se puede morir tranquila. A nivel emocional llevamos mucha carga…", explica Àlex Salvador, presidenta de El Jardinet dels Gats. Un año después, aún al pie del cañón, los gatos 'senior' siguen llegando, pero ahora se encuentran, además, con otra realidad.

En las últimas semanas, además de los gatos a los que están acostumbrados, les están llegando felinos muy jóvenes, de un año y medio o dos años, y gatos incluso de raza. Animales de personas que adoptaron o compraron mascotas durante el confinamiento, para que les hicieran compañía y que, ahora que ya no deben ni quieren pasar tantas horas en casa, ya no pueden hacerse cargo de ellas. "La cantidad de personas que buscaron un animal de compañía durante el confinamiento es un reflejo de la soledad de muchas personas", apunta Salvador, entregada fundadora del Jardinet.

Uno de los gatos de El Jardinet dels gats, en el Raval.

Uno de los gatos de El Jardinet dels gats, en el Raval. / JORDI OTIX

"Los gatos han sido un puntal para muchas personas con trastornos de salud mental. Han hecho el confinamiento más llevadora a muchas familias con niños, eso es una realidad", añade la rescatadora de gatos, pero también, a su vez, de personas, miembro muy activo del tejido del barrio.

Motivos diversos

Los motivos dados por las familias que adquirieron gatos jóvenes durante el confinamiento y que ahora no pueden (o quieren) cuidarles y se ponen en contacto con el Jardinet para buscarles una salida son diversos. "Desde familias que no pueden alimentarles porque económicamente están pasando por un mal momento por la crisis derivada del covid, a familias que ahora ven que no tienen el tiempo que un animal necesita, porque están todo el día fuera de casa", describe la presidenta del Jardinet, entidad que se hace cargo también de animales de familias desahuciadas, que no pueden llevar a su gatos a la pensión en la que se les realoja, por ejemplo, otra realidad invisible, pero nada anecdótica en un distrito como el de Ciutat Vella, en el que centran su trabajo.  

 Jardinet dels Gats

Mascotas en el Jardinet dels gats, en el Raval. / Jordi Otix

Salvador no juzga a las familias que les escriben pidiendo ayuda para dar en adopción a su mascota, pero insiste en la importancia de ser conscientes de lo que significa adoptar un animal. "Tiene que ser una decisión muy consciente. Nos estamos encontrando gatos incluso comparados en Wallapop. Nosotros por eso fomentamos mucho la adopción del gato senior. Porque ayudas a un animal que ya está aquí y lo necesita, y además sabes que no vivirá tantos años como un gato bebé", prosigue.

Con los gatos, durante el covid, ha pasado como con las bicis. Un 'boom' durante el confinamiento pero después... ¿dónde han quedado muchas de esas bicis compradas cuando pensábamos que todo iba a salir bien? El problema, claro, es que un gato no es una bici que puedes revender en Wallapop. "No se hace suficiente pedagogía sobre la venta de animales. Si se grabara con un impuesto que beneficiara a las protectoras la venta de animales seguramente no se venderían como se venden. Compartir la vida con un animal tiene que ser una decisión muy pensada. Lo tendrás contigo 15 años", concluye.

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