Iniciativa educativa

Parar desahucios para cuidar al barrio (y cambiar el mundo)

Josephine, Ada, Ermina y Joana son cuatro niñas de 11 y 12 años de la escuela Drassanes, en el Gòtic, semifinalistas en un certamen internacional para fomentar las carreras tecnológicas entre las niñas

Con ayuda de su tutora y de varias mentoras, estas cuatro alumnas de sexto A han diseñado una aplicación llamada 'Helper', para ayudar a las familias que son expulsadas de sus casas

Drassanes

Drassanes / Simone Boccaccio

Helena López

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Este es el tercer curso que la escuela participa en el certamen e Inés, profesora que ha puesto toda su energía (y, por supuesto, bastantes más horas de las que tiene su jornada) en ello, ha ido aprendiendo algunos trucos con la experiencia. El más importante, empezar a trabajar en los proyectos en octubre, nada más empezar el curso, para que la brecha digital no penalice a sus motivadas alumnas. Así lo hicieron este año y funcionó. Josephine, Ada, Ermina y Joana, cuatro niñas de entre 11 y 12 años, alumnas de sexto A de la Escola Drassanes, en el Gòtic, han pasado a la semifinal de Technovation Girls, concurso mundial para promocionar carreras técnicas entre las niñas. Y lo han hecho con su 'app' 'Helper', ideada para ayudar a niños, niñas y familias inmersos en un proceso de desahucio; una realidad que en el colegio han vivido muy cerca y contra la que estas niñas, pese a su corta edad, se rebelan.

El punto de partida era diseñar una aplicación para intentar mejorar algún problema con el que se encontraran en la escuela o el barrio. Los barrios, en su caso, ya que el colegio está físicamente en el Gòtic, pero muy cerca de la frontera con el Raval, territorio en el que vive una parte importante de su alumnado. 'Tecnología femenina para cambiar el mundo', es el ambicioso lema de la iniciativa. Inés ya explicó a las alumnas desde el primer día que se trataba de un trabajo voluntario y fuera del horario escolar, y se animaron tres grupos. Entre ellos, el de Josephine, Ada, Ermina y Joana, que no pueden, ni quieren -¿por qué quererlo?- esconder su satisfacción. "Ha sido una experiencia muy chula, además, en nuestro último año en la escuela", destaca Ada. El próximo curso las amigas irán al instituto. A institutos distintos, además.

"El que falla es el sistema"

"Lo primero que hicimos fue una lluvia de ideas con los temas que nos preocupaban. Salieron los desahucios, pero también el racismo, el maltrato infantil, el 'bullying', la seguridad en el barrio y el cambio climático", recuerdan con desparpajo las pequeñas, que tienen la misma facilidad (es decir, mucha) para la tecnología que para la palabra. Finalmente decidieron centrarse en los desahucios porque consideraron que era una realidad muy cercana en la que podían intervenir. "Como mínimo ayudar", matizan. "Tras trabajarlo mucho, se dieron cuenta de que quizá con una 'app' no podemos evitar que existan los desahucios, pero sí podemos hacer sentir mejor a las familias que los sufren. Hacer que esos niños y sus padres no lo vivan con vergüenza, que lo expliquen. Que sientan que no están solos y que no han hecho nada malo, que lo que que falla es el sistema", cuenta Inés, sentada en una mesa redonda junto a sus alumnas Josephine Ada y Ermina (Joana, la cuarta integrante del grupo, no ha podido venir).

Hablan en una aula luminosa del colegio, en la calle de Nou de Sant Francesc, y es difícil decir quién mira con más orgullo a quién, si Inés, tutora y una de sus mentoras en el Technovation Girls, a sus alumnas, o estas a ella. Su otra mentora, la de fuera de la escuela, es Laura Fernández, CEO de BLI Mindset.

Ada, la más menuda de las tres, da más detalles sobre el proceso: "primero pensamos en ayudar a los niños, pero luego vimos que ayudando a sus familias, a los adultos, también les ayudábamos a ellos, y que lo de abrir un chat en el que pudieran hablar niños y adultos era un problema".

Drassanes

Inés abraza a sus alumnas Josephine, Ada y Ermina en la escuela Drassanes. / Simone Boccaccio

Una vez decidido el tema: los desahucios, tenían que entender exactamente qué estaba pasando con la vivienda en el barrio -casi nada- y ver en qué podía ayudar. Para ello entrevistaron a una persona del movimiento antidesahucios y a una persona que había sufrido un desahucio, para preguntarles, básicamente, en qué les podía ayudar.

Tras analizar las respuestas llegaron a la conclusión de que lo que podían hacer era una app en la que facilitar y agilizar el contacto entre las personas que tienen una orden de desahucio y las personas que se dedican a ayudarlas (por suerte, muchas y muy bien organizadas en sus dos barrios). "Buscar un 'link' directo con la PAH y el resto de movimientos", concluye Ermina, quien recuerda que todo el proceso lo han hecho en inglés. "Por eso, también, el nombre de 'Helper', queríamos que fuera corto y directo", indican.

Si acabaran ganando el concurso -algo que sabrán este verano- el premio es hacer realidad la 'app', pronto en sus móviles. Si no lo hicieran, las niñas se quedan con todo lo aprendido durante el proceso, que no es poco.

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