Tendencia urbana

Las terrazas de hotel de Barcelona recuperan el pulso estival

Medio centenar de establecimientos abiertos se vuelcan en sus espacios a la fresca con gastronomía, coctelería, música en directo y actividades para ir retomando la ansiada normalidad

Eleven, la terraza panorámica del NH Collection Barcelona Gran Hotel Calderón.

Eleven, la terraza panorámica del NH Collection Barcelona Gran Hotel Calderón. / Joan Mateu Parra

Patricia Castán

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Dejando atrás meses de cierre o de actividad a medio gas, los hoteles barceloneses no solo van reabriendo poco a poco para albergar de nuevo a los visitantes de la ciudad, sino que se afanan en recuperar el pulso estival con su alter ego lúdico: las fantásticas terrazas que se esconden en sus azoteas o patios interiores. Casi medio centenar están ya operativas con una oferta que abarca de la coctelería a la gastronomía, pasando por música en vivo, actividades culturales, vermuts y mucho más. Aunque en los nuevos tiempos su valor más cotizado es ejercer de punto de socialización a la fresca, con todas las medidas sanitarias exigibles, vistas panorámicas en muchos casos y opciones para disfrutarlas a todas horas del día.

Terraza Dolce Vitae del Hotel Majestic, al anochecer.

Terraza Dolce Vitae del Hotel Majestic al anochecer. / Carlos Garralaga

El año 2020 dejó atrás una singular coyuntura hotelera, donde a causa de las restricciones y el parón turístico muchos establecimientos optaron por cerrar, aunque algunos solo mantuvieron viva la actividad de sus terrazas para evitar que estos parecieran abandonados y a la vez ofrecer un servicio orientado –en esa ocasión- solo a la ciudadanía. Ahora, con un 41,3% de hoteles reabiertos (181) hasta la fecha, las terrazas operativas rondan el medio centenar, con especial presencia de los de 4 y 5 estrellas. Un año normal, la oferta completa se habría situado entre 80 y 90, apuntan fuentes del Gremi d’Hotels de Barcelona.

La mejora de los datos epidemiológicos y de la vacunación no ha bastado para que el sector recupere aún su exitosa Semana de las Terrazas, donde se suelen proponen cientos de actividades y talleres gratuitos (se abona solo la consumición) en los espacios abiertos de los hoteles. Con una ocupación aún baja y muchos trabajadores el erte, ese despliegue tendrá que aguardar al próximo año. Pero la patronal sí saca pecho del “esfuerzo individual de muchos operadores” que, en mayor o menor medida, han elaborado su propia programación veraniega potenciando el tapeo al atardecer, el cine a la fresca, o los brunchs de fin de semana.

Una de las mesas en el jardín del Hotel Arts.

Una de las mesas en el jardín del Hotel Arts. /

Todos los establecimientos activos y sus propuestas e información pueden consultarse durante todo el verano en mesqhotels.cat, la guía de actividades hoteleras que articula el gremio.

Con banda sonora

El apartado gastronómico y de copeo es acaso el más universal: desde mediodía hasta la noche son muchos los hoteles con opción de comidas y cenas más formales o en fórmulas de tapeo. Entre muchos ejemplos figuran Alaire (Condes de Barcelona) con vistas sobre el paseo de Gràcia, cócteles al atardecer y tapas informales; el Patio del Alexandra ofrece la opción a la fresca de degustar sus carnes (restaurante Solomillo) al peso; el Terrat del Mandarin Oriental es el escenario perfecto para degustar cocina peruana de Gastón Acurio; la Terrassa del Pulitzer para cocas artesanas hechas en su horno; los platos del chef Aurelio Morales triunfan en el menú de mediodía de la Terraza del Claris (precursora del terraceo hotelero local); las carnes del Fire del Hotel W darán paso desde el 23 de junio a The Bonfire en formato de terraza, que convive con la playera Salt, mientras los 'brunch' para los que ya se han acostumbrado a comer antes tienen entre sus mejores aliados las terrazas Vivi del Kimpton Vividora (una de las más novedosas de la ciudad, incluso con barbacoa), la del H10 Port Vell y el lujoso mirador Verbena (Monument Hotel, con la cocina de Martin Berasategui en platos informales para compartir en mesas o ‘chill out’, un menú de mediodía de 28 euros, y 'brunch' el primer y tercer domingo de cada mes, así como de cócteles de altos vuelos). Sin olvidar la buena relación calidad- precio que en pleno Port Vell ofrece la del Duquesa de Cardona, con menús ejecutivos y carta mediterránea para comer, cenas y tragos por la noche, a los que se une el vermut de fin de semana. O el asesoramiento del chef Nandu Jubany en la nueva carta de temporada de La Dolce Vitae (Majestic), que incluye incluso arroces variados y platos de proximidad.

Este espacio destaca por su oferta musical de jueves a domingo, en directo y con Dj’s por las tardes. La banda sonora también es un aliado imprescindible en The Top (una de las más animadas siempre, en Gallery Hotel), en Palo Cortao (el patio con encanto del Brummell), el Cel del Born (en el Ciutat de Barcelona, que también ofrece mercadillos), en la del Gran Hotel Havana, la del Villa Emilia, el Negresco Princess, en La Terrassa del Pulitzer, la del Royal Passeig de Gràcia (también con Brunchvermut), la de Alaire Ramblas (Hotel España Ramblas) y The Rooftop en el Sir Victor (donde además hay carta saludable y un ambiente muy ‘cool’).

Actuación musical en La Terrassa del Hotel Duquesa de Cardona.

Actuación musical en La Terrassa del Hotel Duquesa de Cardona. /

Otro reclamo que esgrimen cada vez más hoteles para atraer a la ciudadanía no alojada son los llamados ‘day pass’, que permiten con el pago de una entrada disfrutar de una jornada en las instalaciones de verano, incluso las de gran lujo. Lo mantienen este año el Arts, para disfrutar de sus jardines y piscina por 60 euros (incluye un crédito de 20 para su restaurante Marina y párking). El resto de su propuesta estival abarca noches de jazz (sábados), tardes a la fresca con DJ y tapas creativas, y veladas con Moët Chandon (con ostras, caviar o foie en su ‘chill out’) cada dos jueves, así como sus cenas informales de tapas en el P41 Bar. También proponen un pase el Hilton Diagonal Mar (su hedonista Purobeach es uno de los imprescindibles del verano, donde los viernes pincharán Willy Puig o Guille Milkyway). Con entrada de una jornada se puede acceder también al Setè Cel del America Barcelona (25 euros por terraza y piscina con una consumición). 

Uno de los rincones de Vivi, la terraza Hotel Kimpton Vividora, en Ciutat Vella.

Uno de los rincones de Vivi, la terraza Hotel Kimpton Vividora, en Ciutat Vella. / Lorenzo Vecchia

El pase de un día también es un reclamo para descubrir la piscina y el romántico jardín inspirado en los años 20 de la azotea de 1.500 metros cuadrados Rooftop Garden (Hotel Palace). Pero es solo una de las muchas opciones que ha desplegado el hotel con la agenda estival más intensa de toda la ciudad. Programan cine a la fresca de jueves a domingo en tumbona o banco (25 euros con copa y palomitas incluidas), Art&Drinks (masterclass de Martinis y taller de ilustración) cada martes de junio, Brunch & Vinyls los sábados, vermuts y mucho más.

Ambiente en los talleres Art & Drinks, en la azotea del Hotel Palace.

Ambiente en los talleres Art & Drinks, en la azotea del Hotel Palace. / Laura Guerrero

No obstante, no es necesario buscar una excusa para visitar estos espacios ideales como ‘afterwork’ o para ver atardecer. Si se buscan panorámicas sobre distintos rincones de Ciutat Vella, no pueden faltar visitas a Roba Estesa (Hotel Neri), The Roof (The Barcelona Edition, junto a Santa Caterina), el Cel del Born (Ciutat de Barcelona, el Ohla Barcelona en plena Via Laietana, L’Informal (encantadora azotea ante el Port Vell de Serras Hotel)…, los 360 grados desde Rooftop Trafalgar (Yurbban Trafalgar), sin olvidar los jardines y patios sin vistas pero con alma como el Pati dels Tarongers (Mercer) o el del Barcelona Catedral.

Terraza Verbena, en lo alto del Monument Hotel.

Terraza Verbena, en lo alto del Monument Hotel. /

En lo alto o en el interior de manzana

La ruta por el Eixample tiene otros muchos ases ocultos, como El Til.ler del H10 Mimosa, el jardín Batuar de Cotton House en un interior de manzana delicioso, el mirador desde la Gran Via con barbacoa incluida de Casa Bonay, el fabuloso horizonte urbano desde Eleven en el Gran Hotel Calderón en la rambla Catalunya (primera coctelería de Europa con sello World Class), The Patio en el Seventy Barcelona, la joyita de El Bosc en el Barcelona 1882 a un paso de la Sagrada Família, y muchos más. Alejándose un poco del centro, la nueva Barcelona se divisa de miedo desde la planta 19 del Novotel Barcelona City (bautizada Zity, en la Diagonal), la calma se respira a un paso de la Ciutadella en el jardín interior del rompedor Motel One, mientras que The Clock en lo alto del Catalonia Plaza sigue siendo imprescindible para contemplar Montjuïc a lo grande.

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