La restauración de Barcelona tienta al cliente con una emotiva campaña

Cuenta el actor David Verdaguer (Nit i Dia, Estiu 1993, Vida perfecta…) que en el primer anuncio que siendo muy joven rodó “por dinero” se sintió “un farsante”. ‘Vendía’ un coche cuando en la vida real no tenía “ni carnet de conducir”. Todo lo contrario que ahora, cuando ha protagonizado ‘Barcelona, guarda’m lloc’, la campaña de espots y carteles con la que bares y restaurantes con el apoyo firme del ayuntamiento, intentan recuperar la confianza de sus clientes y relanzar sus mesas y barras como “punto de encuentro” y de esa “socialización” tan añorada. Cómo no, también reanimar sus malogrados ingresos en los largos 15 meses de restricciones drásticas para la hostelería.

Así que Verdaguer se ha mostrado “afortunado y coherente” promocionando la restauración de Barcelona. “Son mis oficinas, allí estudio mis textos. A veces creo que hago teatro por la caña de después”, ha bromeado en la presentación este martes de la iniciativa, que tendrá una duración de más de dos meses y una inversión superior a 300.000 euros, de los que el consistorio aporta unos 200.000, incluyendo las banderolas para lucir los carteles donde aparece el actor trasladando una silla. Con ese mueble recorre espacios icónicos como la Rambla, la Barceloneta o el Born antes de acabar plantándolo en la terraza del Pez Vela, junto a la Nova Bocana del puerto a lo largo del primer espot que se presenta (de tres) y que se difundirá por canales digitales, ha explicado el director del Gremi de Restauració de Barcelona, Roger Pallarols.

Extras de todos los colores

Y mucho ojo a los parroquianos que aparecen en esa terraza. Como extras de fondo destacan dos exalcaldes de distinto signo, Joan Clos y Xavier Trias, mientras que en otras mesas se mezclan con la suficiente distancia ni más ni menos que 13 exconcejales: desde la ecosocialista Imma Mayol a Paco Narváez, Jordi William Carnes y Carles Martí (PSC); Alberto Fernández Díaz y Xavier Mulleras (PP); y Sònia Recasens y Mercè Homs (CiU), entre otros. El mensaje no puede quedar más claro: si acaso hay un tema que ha logrado consenso por encima de las ideologías durante la pandemia, este ha sido el apoyo a la restauración. No solo por que el sector mueva 70.000 puestos de trabajo en la capital catalana, sino por ser uno de los escenarios más añorados de aquella vida cotidiana que un 14 de marzo de 2020 voló por los aires.

‘Guarda’m lloc’ viene a ser el grito de guerra de empresarios, cocineros, camareros y proveedores reactivados desde la ampliación horaria para “recuperar el tiempo perdido, los momentos importantes” y “ser parte del despertar de la ciudad” reivindica la filosofía de la campaña. Para Pallarols es cuestión de “optimismo, superación y recuperar el carácter abierto que la pandemia nos secuestró”. La voz de Verdaguer en ese primer espot tienta con una silla a pasar la tarde de parloteo, iniciar un encuentro o una “historia para explicar”. Apoyan su mensaje otros tres actores entregados al terraceo: Yolanda Ramos, Melanie Olivares y David Solans, evocando los mejores “buen provecho”, “los buenos ratos juntos” y de codos en la barra.

Relanzar la ciudad

Como pez en el agua se ha mostrado también el primer teniente de alcalde de Promoción Económica, Jaume Collboni (PSC), cuya entrada en el equipo de gobierno municipal de Ada Colau ha sido determinante para reconciliar a la hostelería con el ayuntamiento. De recortar terrazas se ha pasado a multiplicarlas para dar una salida económica a los negocios en tiempos de pandemia en que los aforos interiores no permitían sobrevivir a los restauradores. El edil es “optimista” sobre la recuperación del sector y de la ciudad, donde observa ya “signos” de remontada, animando a la población a ser partícipe. Para Pallarols, la “estabilización es el primer paso para pasar a la reactivación”, que implicará un largo camino por delante, ha subrayado, con más moderación.

 El presidente del mismo gremio, Pere Chias, tiene claro que la pandemia les ha hecho luchar “con los brazos atados atrás” y que ahora empiezan a encontrar la “fuerza” en esa alianza –“como nunca”-con la administración que ha supuesto ampliar más de 3.100 terrazas y preservar 2.000 empleos, ante un horizonte de normalidad horaria. Mientras llega el refuerzo del turismo, la “ciudadanía” a la que se apelan para que reserven sus mesas significará la oportunidad de mantener la oferta local de bares y restaurantes, sobre la que aún no hay una cifra cerrada de defunciones.

Los presentes no han soltado prenda sobre cuántos de esos nuevos veladores se quedarán (además de los ganados a la calzada, como ya se ha reiterado), aunque prometen inminentes novedades al respecto sobre los criterios y prototipos estéticos para hacerlos definitivos.