Encuentro en el Palau

Aragonès y Colau acuerdan celebrar una comisión mixta Generalitat-ayuntamiento el 18 de junio

El 'president' exhibe cordialidad con la alcaldesa, al mantener con ella la primera reunión institucional desde que fue investido, hace seis días

Ada Colau y Pere Aragonès se reúnen en el Palau de la Generalitat

Ada Colau y Pere Aragonès se reúnen en el Palau de la Generalitat. /

Toni Sust

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han mantenido este jueves su primera reunión institucional desde que el primero fue investido, hace seis días. Aragonès y Colau han abordado la reunión como un primer encuentro, sin una agenda detallada, como sucede cuando se celebran comisiones bilaterales. Primaba más la idea de reflejar el buen ambiente entre ambos. De la entrevista ha salido una fecha: las dos instituciones celebrarán el próximo 18 de junio una comisión mixta Generalitat-ayuntamiento, en la que participarán las estructuras técnicas de las administraciones y que abordan su relación mediante consorcios en sanidad, educación, política social y vivienda.

La cita ha estado marcada por la cordialidad y como prueba de ello, un gesto. En lugar del formato habitual, que se mantuvo durante la presidencia de Artur Mas, de Carles Puigdemont y de Quim Torra, cuando tras las reuniones con la alcaldesa primero comparecía ella y luego  un conseller del Govern, en esta ocasión Aragonès y Colau han salido juntos a comentar la entrevista, que se ha prolongado por espacio de dos horas.

Pese a que no había un orden del día estipulado, la vivienda ha sido uno de los aspectos abordados: el gobierno de Colau se queja desde hace tiempo de lo que considera un papel residual de la Generalitat en la materia, y lo acompaña siempre del dato de que mientras el consistorio tiene en marcha 34 promociones de vivienda en la ciudad, el Gobierno catalán solo tiene dos.

Aragonés ha subrayado que la decisión de verse con Colau este jueves no es casual: “He querido que mi primera reunión institucional fuera con el Ayuntamiento de Barcelona y ha subrayado la voluntad de que ambas administraciones refuercen su coordinación: “No tenemos que competir entre instituciones”. También ha anunciado que tiene intención de reunirse con muchos otros alcaldes y ha advertido de que los ayuntamientos serán clave para la reconstrucción económica.

Vivienda, fondos de la UE

El president ha explicado que en la reunión se ha hablado de vivienda y también de la oportunidad que los fondos de la UE suponen para la reconstrucción económica. Colau ha agradecido el reconocimiento de Aragonès al ayuntamiento y ha celebrado haber acordado la comisión mixta. “Queremos que la relación sea de máximos, no de mínimos”, ha declarado la alcaldesa, que ha querido señalar que también existió colaboración con anteriores presidentes y gobiernos de la Generalitat. Colau ha agradecido tanto la rapidez con la que Aragonés ha querido reunirse con ella como por el contenido del encuentro, y ha recalcado que ante la situación actual las administraciones tienen la obligación de afrontar la crisis y apostar conjuntamente por la recuperación, con especial atención a los fondos Next Generation.

Este es el cuarto presidente con el que se reúne Colau. El primero fue Artur Mas, cuando todavía era de CiU. El segundo fue Carles Puigdemont: se vieron tres veces. Con Quim Torra mantuvo los encuentros menos cordiales. Porque cabe subrayar lo bien que se llevaron, contra pronóstico, Colau y Mas: tan solo una semanas después de que la alcaldesa fuera investida, en el 2015, el ‘president’ mostró su apoyo al plan de conectar el Trambaix y el Trambesòs por la Diagonal. Una iniciativa que su partido rechazaba frontalmente en el consistorio, y que molestó al grupo municipal que presidía el ya exalcalde Xavier Trias.

En febrero del 2016, la alcaldesa se reunió con Puigdemont, que exhibieron sobre la llegada del metro a la Marina. Llegada del metro que debía abonar la Generalitat y que la alcaldesa se ofreció a financiar al 50% para agilizar el proyecto. Torra, a su vez, no reconoció la deuda de ciudad que reclama Barcelona por la desinversión de la Generalitat en la capital catalana desde que se iniciaron los recortes presupuestarios autonómicos.