DERECHO A LA VIVIENDA

La presión vecinal para el desahucio de Ángel en la puerta

El okupa de 65 años de L'Hospitalet cuyos vecinos de escalera habían firmado una carta al juez para que no le desahuciara, logra una prórroga de cuatro meses para seguir negociando un alquiler social.

Celebración de la prórroga de desahucio de Àngel

Celebración de la prórroga de desahucio de Àngel / MARIA D'OULTREMONT

Helena López

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Pese a las gafas, la mascarilla y la gorra de La Vuelta sin la que no sale de casa, a Ángel se le lee el agradecimiento en la mirada. Agradecimiento hacia todos los vecinos que la mañana de este miércoles se han acercado hasta su puerta para acompañarle en lo que finalmente ha acabado siendo solo un mal rato. Finalmente la comitiva judicial ha aceptado suspender el desahucio programado y concederle una prórroga hasta septiembre. Unos meses que este hombre de 65 años, arropado por la PAH Barcelona, aprovechará para intentar negociar por todas las vías un alquiler social para poder quedarse viviendo en este bloque, en el 11 de calle de Martorell, en L'Hospitalet, en el que entró por primera vez con 12 años y donde no puede ser más querido por su comunidad. En el caso de Ángel, no han sido necesarios los clásicos cánticos de "vecina, despierta, desahucian en tu puerta", ya que sus vecinos de escalera no solo estaban aquí hoy, sino que han estado a su lado en todo el proceso, llegando a redactar, firmar y mandar al juzgado una carta pidiendo al juez que no le desahuciara, situación poco habitual en casos como el de Ángel, quien vive en un piso okupado, propiedad del fondo Divarian-Cerberus.

Sí se han cantado lemas como "tenemos derecho, a agua, luz y techo" y "cuando la PAH se mueve, se paran nueve de nueve", tras conocerse la noticia de la suspensión y abandonar el lugar la comitiva, que llegó a pie y sin custodia policía. Esa ausencia de presencia policial no es leída por los portavoces de la PAH como un signo de los nuevos tiempos -la CUP aseguró hace unos días que si el gobierno seguía enviando a policía a los desahucios rompería la estabilidad- sino al hecho de que este era el primer lanzamiento para Ángel en esta vivienda, y en los primeros lanzamientos es muy poco habitual que haya policía.

Tercer desahucio

Es el primer lanzamiento en este piso, pero el tercero que vive Ángel, cuyo único ingreso es la renta mínima, en sus zapatos. Este hombre menudo cuenta con un informe de vulnerabilidad, con problemas de salud y vive en un piso de un gran propietario -uno de los más grandes del mundo-, pero quedó fuera de la moratoria estatal de desahucios aplicada durante el covid al no tener cargas familiares. A la ley que sí podía acogerse es a la 17/2019, normativa catalana que obligaba a los grandes tenedores -como es el caso de Divarian-Cerberus- a ofrecer un alquiler social a las familias antes de desahuciarlas. El problema para Ángel, como para otras más de 3.000 familias catalanas, fue que el Tribunal Constitucional tumbó los artículos de dicha ley en las que se obligaba a tal cosa. Es por eso que para la PAH una de las prioridades del nuevo gobierno que este lunes echó a andar es elaborar una nueva ley que restituya los artículos tumbados de la 17/2019, que protegería a casos como el de Ángel.

El portavoz de la PAH, Santi Mas de Xaxàs, en la puerta de Ángel, junto a la también portavoz del colectivo Lucía Delgado, y algunas decenas de militantes del movimiento por la vivienda, ha aprovechado para exponer otras demandas al flamante presidente de la Generalitat. La primera de ellas, que no deje toda la responsabilidad en los municipios e invierta y apueste por ampliar el parque público de viviendas. También ha exigido protocolos para evitar tener que parar los desahucios en la puerta, con la ansiedad que eso causa en las familias.

Mas de Xaxàs se ha referido también a la alcaldesa de la localidad, Núria Marín y le ha pedido también una mayor implicación municipal en la defensa del derecho a la vivienda de sus ciudadanos. "No puede ser que la única alternativa que tendría Ángel si hoy le desahuciaran de aquí fuera ocupar otro sitio. No puede ser que Ángel vaya a los servicios sociales y le digan que no tiene derecho a una a entrar en una mesa de emergencia", concluye.