INICIATIVA POLÉMICA

El ayuntamiento pide al Port más tiempo para el proyecto Hermitage

El consistorio apela a la "generosidad" y "responsabilidad" del organismo para que posponga la concesión a los promotores del equipamiento cultural

El gobierno municipal ve positiva la entrada de nuevos agentes en la iniciativa, como el Liceu, pero afirma que necesita más detalles para valorar la nueva propuesta

Maqueta del Museo del Hermitage en Barcelona

Maqueta del Museo del Hermitage en Barcelona / EL PERIÓDICO

Natàlia Farré

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El pulso, interminable, que mantienen el Port de Barcelona y el ayuntamiento por la implantación o no del proyecto del Hermitage en la Nova Bocana vive su enésimo capítulo. Este miércoles en el orden del día del consejo de administración del Port figura la otorgación de la concesión al fondo de inversión Varia, los promotores del museo. Y este martes, tres tenientes alcalde del consistorio -Laia Bonet, Janet Sanz y Joan Subirats- han salido al unísono para apelar al sentido de “generosidad” y “responsabilidad” del Port para posponer dicha aprobación. ¿La razón? Necesitan “más tiempo para evaluar el nuevo escenario”. 

Ese nuevo escenario no es otro que la aparición de más agentes en la ecuación: el Liceu y el European Urban Tech, que abren la puerta a un proyecto más ambicioso del de la mera franquicia del museo ruso. La entrada de la institución operística da una pátina más barcelonesa a la iniciativa y supone, además, llevar el ‘bel canto’ a otros puntos de la ciudad; mientras que la apuesta tecnológica introduce en el proyecto las ideas de innovación, investigación y conocimiento. Dos puntos que permiten al consistorio hablar de nueva etapa y abandonar el 'no' rotundo al Hermitage que ha abanderado desde que los ‘comuns’ mandan en el gobierno municipal. 

Situación enquistada

La actitud del ayuntamiento ha cambiado ostensiblemente desde que en enero de 2020 descartaron el proyecto por “responsabilidad” tras presentar cuatro informes que lo desaconsejan. El de ahora es una nueva realidad, así que a juicio de Subirats, no se le pueden aplicar dichos informes. Y a juicio de Bonet: es una nueva realidad que “va en la buena línea clarísimamente y que pensamos que puede acabar siendo el desatascador de una situación que desgraciadamente se había enquistado”. Pero antes de aceptar lo que siempre han rechazado, los responsables municipales quieren saber más, pues argumentan que lo presentado “no es un proyecto acabado, falta trabajar los detalles”. Y buscan también el consenso: “No queremos tener que prescindir del principal ingrediente que da solidez a cualquier proyecto, y más a uno de esta magnitud, que es el consenso, y por esto necesitamos tiempo”.

Tiempo que Mercè Conesa, presidenta del Port de Barcelona, no piensa dar a la primera de cambio. Este martes, tras la petición de los tres tenientes de alcalde, ha corroborado que el punto de la concesión se mantendría en el orden del día. “Nos debemos también a los consejeros y consejeras, que mañana tendrán una explicación más específica y concreta”. Otra cosa es que estos consejeros y consejeras (entre los que se encuentra Sanz como representante del ayuntamiento) decidan dejar el punto sobre la mesa para valorarlo más adelante. No sería la primera vez. Hace un mes el Port ya pospuso la concesión por petición del ayuntamiento. 

Llegar a un consenso se antoja imprescindible, lo contrario puede ser la judicialización del proyecto. Si el puerto concede pero el ayuntamiento no aprueba el proyecto (la modificación del Plan Especial de la Nova Bocana le da la última palabra), el fondo de inversor podría impugnar la decisión. Algo a lo que nadie afirma quiere llegar.