València y Barcelona reivindican municipalismo, financiación y corredor mediterráneo

Barcelona y València. Ada Colau y Joan Ribó. Dos ciudades y dos realidades que se ven más cercanas o más alejadas en función de quien lleva la vara en ambos municipios. Ahora hay sintonía. La izquierda está en la silla consistorial de ambas ciudades, eso significa que se puede hablar de lazos históricos, culturales y objetivos comunes, estos últimos se llaman básicamente corredor mediterráneo, un concepto que hay que entender tanto física como emocionalmente. La mejora de las conexiones ferroviarias es urgente para el bien de la economía de la región, de Algeciras a Barcelona, y del país, España. Y es importante, también, la mejora de la comunicación, en abstracto, para cambiar el modelo de Estado, desde la ribera del Mediterráneo, visto como demasiado radial y centralizado, a juicio de ambos ediles. Esto y más, como la plasmación mediterránea de la España en red que siempre defendió y entendió Pasqual Maragall, impregnó ayer la conferencia 'Barcelona i València, eix Mediterrani?' promovida por la Fundació Catalunya Europa- Llegat Pasqual Maragall.

De entrada una reivindicación de complicidad entre ambas ciudades: “Existe”, a juicio de Colau y Ribó, y una reivindicación histórica de conexión: si estos lazos no son tan fuertes como sería de desear “no es ni por los alcaldes ni por la población, es por un déficit de infraestructuras”, según la alcaldesa de Barcelona. Y de salida, acuerdo, también, en que a los municipios se les pide mucho y se los dota poco. Así que demanda compartida de un cambio de gobernanza –más herramientas para luchar contra el cambio climático, revertir las desigualdades y potenciar la innovación como motor de transformación- y demanda de mejora de la financiación municipal, o lo que es lo mismo, poder participar de los tributos generales, aumentar la capacidad fiscal de los ayuntamientos y modificación de la ley de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera.

40% del PIB

Así que coincidencia entre ambos alcaldes en la importancia de las ciudades y sus políticas en el mundo que se avecina y coincidencia en denunciar un agravio histórico: el de la falta de conectividad en el arco mediterráneo, una costa que concentra una docena de ciudades con más de 100.000 habitantes y un territorio que produce casi el 40% del PIB de España.  “No tiene sentido invertir 2.40 horas en llegar a Barcelona y solo 1.40 horas en llegar a Madrid, cuando hay la misma distancia. Es absurdo. No tiene sentido cuando las comunicaciones en el eje mediterráneo han sido numéricamente más importantes. No tiene sentido que no tengamos conexión con Alicante, y que no tengamos el ancho internacional entre Castellón y Vandellós. No tienen sentido muchas cosas de este tipo que son fundamentales. Y que creo que han sido obstaculizadas conscientemente por una vocación centralista del Estado español, se ha de decir claramente porque si se hubiera hecho con criterios económicos, se hubiera hecho antes este corredor que otros que no son rentables”. Palabra de Ribó.

Más en boca de Colau: “Es hacer entender al Gobierno central que el Mediterráneo no es solo un lugar de servicios para recibir turistas, todo este continuum urbano es un lugar productivo, con tejido de pequeña y mediana empresa, de innovación, de creación, de tecnología, ecosistema científico… que tiene un potencial enorme”. Y advertencia de que el corredor mediterráneo no es el que pasa por Algeciras, Sevilla, Madrid, Zaragoza y Barcelona sino “el corredor mediterráneo en el sentido textual y geográfico de la palabra”. Tan importante económicamente como socialmente: “Es muy importante el trabajo a nivel lingüístico, cultural y comunicativo, conjunto que no tenemos desarrollado y hemos de desarrollar de una manera clara”, según Ribó.

Cohesión territorial

Y coincidencia entre los dos alcaldes en que el tema no solo afecta a Barcelona y València o la zona costera, sino que es bueno para la cohesión territorial del Estado y para su futuro: “Lo necesita España si quiere desarrollar todo su potencial, si quiere tener una economía productiva, diversa e innovadora, que haga frente a los grandes retos actuales. Reivindicamos la conexión por justicia, pero es que es necesaria para el bien del proyecto común a nivel estatal y europeo”. Y coincidencia citando a Pasqual Maragall –lo que es bueno para Barcelona es bueno para Catalunya y es bueno para España- y haciendo extensible su máxima a todo el arco mediterráneo. Un agravio histórico que desde València y Barcelona se ve como producto del “hipercentralismo” de Madrid que si no se corrige, ese hipercentralismo, puede acabar con “zonas del Estado totalmente despobladas”, sentencia el alcalde de València.