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Salva el mundo haciendo turismo por Barcelona

Aquí se corre hacia la luz con más ímpetu que Carol Anne en 'Poltergeist'. Estos ‘tours’ por el Museo de Cera se hacen en penumbra entre hordas de zombis 

A las visitas turísticas ahora hay que ir sacando pecho a lo Bruce Willis en la 'Jungla de cristal'. Se impone el turismo interactivo en formato 'escape room' 

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Ana Sánchez

Ana Sánchez

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Entras en el pasaje de la Banca con la misma inconsciencia que la rubia con escote que muere en los primeros diez minutos de las pelis de 'Scream'. La misma sonrisa hueca que precede a una masacre de serie B. En apenas unos minutos estarás corriendo hacia la luz con más ímpetu que Carol Anne en 'Poltergeist'.

Al fondo, a pocos metros del Museo de Cera, se intuye a un tipo con andares cansinos, cara de dormir menos que un adolescente sin estado de alarma, dirías que vocaliza como Rajoy. Camina directo hacia ti. Enseguida empiezas a distinguir la ropa andrajosa con destellos rojo-sangre, la piel mohosa, esa mirada de tertuliano de Tele 5 en busca de carnaza fresca. Así que actúas con la veteranía que da haber visto 10 temporadas de 'The walking dead': te quedas mirándolo fijamente y lanzas grititos intermitentes, igual que en el sofá. El zombi te echa un ojo, se avalanza hacia ti, hace un quiebro. Y se te coloca en posición selfi

Zombis con mascarilla

“Cada día te encuentras gente más extraña en Barcelona”, insisten últimamente los transeúntes vía Instagram. El pasado viernes se abrió la veda de muertos vivientes en el Museo de Cera. Ya estaba tardando en llegar el apocalipsis zombi, según va de enfilado este 2021. Era de prever que tras más de un año de pandemia, los nuevos virus ya se extiendan como Fernando Simón manda: bajo las capas de piel podrida, estos zombis llevan mascarilla. 

Las visitas al Museo de Cera ahora se hacen en penumbra, entre soldados SWAT, hordas de “infectados” y vacunas escondidas. No, para ejercer de turista en Barcelona ya no bastan unas chanclas con calcetines. Ahora hay que ir sacando pecho a lo Bruce Willis en la 'Jungla de cristal'. Se impone el turismo interactivo: lo mismo te toca esquivar zombis entre figuras de cera a oscuras que rebuscar los planos de una bomba atómica en el Palau de la Música Catalana. Visitas guiadas en formato 'escape room'

Una horda de zombis deambula por el Museo de Cera en penumbra.

Un grupo de muertos vivientes deambula por el Museo de Cera en penumbra. / Horror Box

Hay quien viene aquí a por la segunda dosis de la vacuna, se ríe David. Asientes sin pestañear. Al menos hasta que baja el fusil de asalto. Hoy ejerce de soldado SWAT en la puerta del Museo de Cera. Entre el viernes y el domingo pasados vio salir a unas 650 personas ondeando una inyección. Ríete tú de las vacunaciones masivas de Pedro Sánchez. 

David Moreno es actor, imitador, cantante, productor. Pone voces de ultratumba que pondrían los pelos de punta a la niña de 'El exorcista'. Su mujer, Cristina Raya, es especialista en montar casas encantadas. Tiene en su móvil más gente chillando que 'Viernes 13'. Son los fundadores de Horror Box, productora de experiencias de terror con pedigrí. Eso quiere decir que disfrutan dándote sustos tanto como Freddy Krueger con un bote de Dormidina. Su lema: “Haremos realidad tu pesadilla”. En sus 'escapes room' se ha meado más de un cliente. 

Su último invento es Infection Evolution: “Un videojuego en primera persona”, resumen. Combina 'escape room', 'survival game' y visita turística. Una forma bastante efectiva de recordar todas las figuras de cera con pelos, señales y sudores fríos.  

Te dan una 'tablet', cascos, instrucciones para esquivar a los “infectados”. “Les atraen la luz de las 'tablets' –te detallan-, el sonido y el movimiento”. Como a cualquier adolescente estándar. “Hay que conseguir el código de la caja fuerte donde están las vacunas”. Y te sueltan por el museo a oscuras. Tienes una hora, 9 pruebas y 15 zombis deambulando sin rumbo a lo Pablo Iglesias sin coleta. Hasta aparecerá un virólogo con pinta de atragantarse con almendras, un tal Simón Fernández

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“Han entrado niños a los que les encanta –cuenta David-. Y han salido cuatro personas que no lo han podido aguantar del miedo. Y tenían 30 y pico años todos”. Se encoge de hombros. “El terror es algo súper subjetivo”. 

Paradójicamente, cada vez gusta más eso de pasarlo mal tan bien. Sobre todo tras una pandemia mundial sin zombis. “Vivir el miedo de forma controlada es muy sano: porque te dejas ir y te muestras tal como eres”, asegura el productor. En sus 'escape rooms' de terror se ha hecho hasta selección de personal. “Esto es un 'Gran hermano' exprés -explica-. Por las cámaras podemos ver quién es el líder, el sumiso, quién dice la verdad”.

¿Que por qué se está extendiendo esta nueva fórmula turística? “Solucionar pequeños retos y compartirlo con tus compañeros genera felicidad –responde David-. La gente libera endorfinas, serotonina, -se ríe- todo lo que acaba en -ina lo liberan”. Así que el renovado museo –reabrió en diciembre- prevé seguir inquietando a las visitas, anuncia su director creativo, Toni Cruz. “El museo a oscuras es una maravilla para hacer terror”, asiente. Tras el fin del toque de queda, adelanta, se avecina el regreso a las actividades nocturnas.

Una bomba atómica en el Palau

No es el único espacio turístico que se visita con mirada de Colombo. Más de 400 personas se han paseado por el Palau de la Música Catalana buscando de extranjis unos planos atómicos. En breve ampliarán la oferta, anuncia Jordi Cervera, cofundador de Missionleak, los ideólogos de esta 'Tocata y fuga', así se llama el 'escape room'. Se estrenó el pasado octubre y ha tenido un 90% de ocupación en plena pandemia, justifican. 

Un grupo de visitantes del Palau de la Música busca por el recinto los planos de una bomba atómica.

Un grupo de visitantes del Palau de la Música busca por el recinto los planos de una bomba atómica. /

También retomarán próximamente el 'Enigma Puccini' en el Liceu: otra visita guiada con misterios que el covid cerró temporalmente. “La pandemia -adelanta Jordi- está retrasando algunos proyectos importantes que esperamos poder reemprender en breve”. Es decir, que se avecinan más aventuras turísticas que bajas en Ciudadanos.

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