coloquio en la Farinera del Clot

La censura del mural de Juan Carlos propicia un inédito cara a cara

Roc Blackblock debate con el concejal Marc Serra sobre los límites de la libertad de expresión con el aerosol

Barcelona 21/02/2021 Política. La comunidad grafitera pintará grafitis en los muros de las Tres Ximeneies de Paral.lel, allí donde borraron el grafiti del rey. A partir de las 14 horas estarán medio hechos y a partir de las cuatro tal vez acabados Autor: Roc blackblock AUTOR: Manu Mitru

Barcelona 21/02/2021 Política. La comunidad grafitera pintará grafitis en los muros de las Tres Ximeneies de Paral.lel, allí donde borraron el grafiti del rey. A partir de las 14 horas estarán medio hechos y a partir de las cuatro tal vez acabados Autor: Roc blackblock AUTOR: Manu Mitru / Manu Mitru

Carles Cols

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cara a cara por primera vez entre los que pintan las paredes de Barcelona y los que las borran. No hay constancia de un debate de estas características con anterioridad. Por parte de los primeros defendió que Barcelona es un gran lienzo que debería ser de libre uso Roc Blackblock, conocido muralista que el pasado febrero fue víctima del exceso de celo de ese funcionario o cargo medio municipal que entendió que retratar a Juan Carlos I como un evasor fiscal no quedaba amparado por el derecho a la libertad de expresión. La polémica fue lo suficientemente morrocotuda como para que desde el ayuntamiento de pidiera perdón y se apadrinara un acto de desagravio. Frente a él, Marc Serra, concejal del equipo de Ada Colau, que logró esquivar con buenos argumentos (es lo que tiene ser jurista) los tomatazos del público, mayoritariamente militantes de la guerrilla del aerosol. Fue algo tan inédito ese cara a cara, celebrado en la Farinera del Clot, que merece la pena ser desgranado.

La jornada de reflexión se titulaba ‘Murs silenciats’. Sobre el escenario estaban Roc y Serra, moderados por la periodista Marta Ballesta. Detrás, en pantalla, aparecía Jorge Nuño, miembro del colectivo Unilogic Crew, responsable del mural feminista que los concejales de Vox en Madrid, con la complicidad bovina de PP y Ciudadanos, incitaron a borrar porque en él se glosaba la figura de Rosa Parks, Rigoberta Menchú, Frida Kahlo, Valentina Tereshkova y 11 mujeres notables más de la historia contemporánea, entre ellas, por buscar una explicación oculta a lo que sucedió, Liudmila Pavlichenko, francotiradora soviética que durante la Segunda Guerra Mundial despuntó como cazadora de nazis.

La cuestión principal era, de partida, la censura, o sea, los límites de la libertad de expresión en el arte de la calle, pero pronto la conversación tomó un atajo inesperado.

Una ordenanza para Singapur

Roc, tan hábil como el aerosol como con la palabra, recordó que en Barcelona rige desde 2006 una ordenanza cívica que, en su opinión, predetermina un uso neoliberal del espacio público. Esta no es, vinieron a decir él y Nuño, una ciudad de viandantes, sino de consumidores. El paisaje urbano es una sucesión extenuante de anuncios comerciales, mientras que los espacios disponibles para dar rienda suelta a la creatividad artística son escasos y, por lo comprobado este año, sujetos a arbitrariedades según se interprete una norma que nació hace 15 años para sancionar a prostitutas, grafiteros, lateros y otras gentes de supuesta mala reputación, pero no, por ejemplo, el humo de los vehículos, como si este fuera inocuo, o la proliferación de establecimientos miméticos de comida rápida. Si se aplicara a rajatabla aquella ordenanza, Barcelona sería Singapur. Salta a la vista que hace aguas por babor y estribor.

Protesata, el pasado enero, en contra de la campaña de Vox que proponía borrar el mural feminista de Ciudad Lineal.

Protesata, el pasado enero, en contra de la campaña de Vox que proponía borrar el mural feminista de Ciudad Lineal. / EFE / Fernando Alvarado

Barcelona, recordó el concejal Serra, dispone de una muy vital batería de muros gestionados por Rebobinart en los que está permitido pintar y aseguró que no terminará este mandato sin que ese parque de paredes disponibles crezca en 30 o 40 unidades. No pudo decir aún dónde estarán esos lienzos. Lo cierto es que hasta ahora esa National Gallery de la calle (el nombre no le viene grande, porque la obra expuesta es en ocasiones de gran calidad) no está en las zonas más transitadas de la ciudad. En cualquier caso, quiso subrayar, antes de que en el turno de preguntas le enmendaran la plana, que el afán sancionador es este mandato la mitad de perseguidor que en 2006.

El debate tuvo el valor de ser el primero de este tipo, que no es poco. No propició un acercamiento de opiniones. En ese sentido, fue como hoy lo es casi todo, como un gran twitter. Por eso resultó significativa la presencia telemática de Nuño, que desde Madrid parecía envidiar sanamente lo que escuchaba sobre Barcelona, como si fuera el cielo del aerosol. Curioso.