Exposición

El Chino visto con ojos de mujer

Arxiu Fotogràfic de Barcelona reúne las fotografías del distrito V que Margaret Michelis tomó en 1934 para el GATPAC (Grup d’Artistes i Tècnics Catalans per al Progrés de l’Arquitectura Contemporània)

Una parada ambulante del barrio Chino, el 11 de abril de 1934.

Una parada ambulante del barrio Chino, el 11 de abril de 1934. / Margaret Michaelis

Natàlia Farré

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Margaret Michaelis (1902–1985), fotógrafa, mujer, judía y de origen polaco llegó a Barcelona a finales de 1933 y aquí estuvo hasta el fin de 1937. En ese tiempo montó estudio en la ciudad, retrató los bajos fondos, trabajó para el Comissariat de Propaganda de la Generalitat, documentó la revolución social promovida por la CNT-FAI y colaboró con el GATPAC (Grup d’Artistes i Tècnics Catalans per al Progrés de l’Arquitectura Contemporània). Y en esta última faceta, la de fotógrafa de arquitectura (que no olvida su faceta de documentalista de lo humano), se centra la exposición que le dedica el Arxiu Fotogràfic de Barcelona (hasta el 31 de octubre): ‘Cinc dies pel barri xino’, con imágenes tomadas durante abril de 1934.  

Por entonces el GATPAC trabajaba en la Nova Barcelona o Pla Macià, propuesta urbanística que buscaba el saneamiento y ordenación de la ciudad siguiendo criterios higienistas y racionalistas. La propuesta, en marcha entre 1932 y 1934 pero nunca realizada, abarcaba toda Barcelona  y más allá: ahí estaba, por ejemplo, la Ciutat de Repòs i Vacances, ubicada entre  las playas de Viladecans y Castelldefels; pero tenía un especial interés en mejorar las condiciones de vida del llamado distrito V, antes barrio Chino y ahora Raval, un espacio de la ciudad que la industrialización del XIX había convertido en superpoblado, infradotado e insalubre.   

Unos niños juegan en una calle del barrio Chino, el 13 de abril de 1934, 

Unos niños juegan en una calle del barrio Chino, el 13 de abril de 1934,  / Margaret Michaelis

Las deficiencias del barrio

El grupo de arquitectos (encabezado por Josep Lluis Sert y Josep Torres Clavé) tenía clara la importancia de la fotografía a la hora de mover conciencias, así que le encargó a Michaelis captar las deficiencias del barrio. Y eso hizo: patios de luces llenos de suciedad, cañerías de aguas residuales en precario, viviendas pequeñas y poco ventiladas, baños comunitarios…. Pero al mismo tiempo que disparaba para el GATPAC,  Michaelis ponía el foco en aquello que a ella le interesaba, que eran las gentes del distrito V: niños jugando con una peonza, mujeres en el mercado o tendiendo la ropa, y hombres tocando la guitarra o limpiando calzado. Las primeras las entregó a Sert; y muchas de las segundas, como las que tomó en Cal Peret o La taverna dels tenors, se las quedó. 

Ambas lucen en la exposición, comisariada por Dolors Rodríguez Roig, que coge el nombre de los cinco días que le llevó a Michaelis hacer el trabajo. En total fueron 148 imágenes las entregadas al GATPAC, de las que Sert (sus anotaciones con los títulos pensados para cada fotografía  aparecen detrás de las copias) hizo una selección para mostrar en la exposición que, en julio del 34, se celebró en el subsuelo de la plaza de Catalunya para mostrar las bondades del Pla Macià. El criterio de elección de Sert fue claro: “Escogió aquellas donde se veía la suciedad, la insalubridad, y las deficiencias del distrito V, básicamente porque lo que pretendían era convencer al espectador de lo urgente que era intervenir urbanísticamente el barrio”, apunta la comisaria. 

La imagen más icónica

Cómo llegó a contactar Michaelis con el GATPAC no está claro, aunque los más posible es que lo hiciera a través del escritor y anarcosindicalista alemán Helmut Rüdiger, personaje que la acogió a Michaelis cuando llegaron a Barcelona. El dato es uno de los pocos que Rodríguez Roig no ha acabado de deshilvanar, como sí ha hecho con otros pequeños secretos, como las fechas exactas del encargo del barrio Chino, los paseos fotográficos que realizó en compañía de Sert o la adjudicación de la autoría real de muchos retratos a ella equivocadamente firmados.  Este último es el caso de la imagen más icónica de la exposición de 1934, un pequeño desnutrido que aparece bajo el título 'Niño tipo distrito V' y que, pese a que siempre se ha atribuido a Michaelis, la realizó en 1932 el arquitecto griego Isaac Saporta.