Reapertura horaria

La hostelería de Barcelona prevé éxito por las tardes y cenas al ralentí

Un sondeo de la patronal revela un nivel moderado de reservas en el arranque del horario nocturno, excepto en fin de semana

Muchos bares y restaurantes del centro continuarán cerrados, a la espera del progresivo regreso del turismo

Una terraza de la Barceloneta, hace varias semanas.

Una terraza de la Barceloneta, hace varias semanas. / Ricard Cugat

Patricia Castán

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El momento más esperado desde hace meses por propietarios y trabajadores de bares y restaurantes de Barcelona, la reapertura en el horario de tarde y noche, tendrá un efecto muy desigual en función de las zonas y tipos de establecimiento. En general, se esperan mejores resultados para los bares y sus terrazas en la franja vespertina que en los restaurantes de noche, supeditados a cerrar a las 23.00 horas y con la ciudad aún desierta de turistas. Un sondeo del Gremi de Restauració de Barcelona revela expectativas de "recuperación del consumo progresiva", sin avalancha de reservas.

La patronal ha encuestado a parte de sus agremiados, tanto pequeños operadores de barrio como grandes grupos de restauración, con el resultado mayoritario de poco volumen de peticiones de mesa hasta la fecha. Estrenar la ampliación horaria en domingo no ayuda, ya que es una jornada en que habitualmente muchos establecimientos realizan su descanso semanal y los pocos que abren tienen una afluencia modesta. Desde el portal de reservas ElTenedor apuntan que solo el 10% de sus peticiones para el próximo domingo son para cenar.

La recuperación también se intuye lenta de lunes a miércoles, días que tradicionalmente el barcelonés no cena fuera de casa. Aunque ahora hay ganas atrasadas, en muchos casos chocarán con muchas economías domésticas maltrechas. Los afectados, revelan la encuesta y diversas fuentes del sector consultadas por este diario, vaticinan una concentración de la posible demanda nocturna entre el jueves y sábado. Pero "el despegue real tendrá que esperar a que los horarios sean más amplios", apunta Roger Pallarols, director general del gremio, desde el convencimiento de que a partir de las 23.00 horas el público buscará en las calles o domicilios la socialización que no podrá tener en establecimientos de pública concurrencia.

Ajuste de hábitos

Pese a a la prudencia expresada en las previsiones, algunos establecimientos más especializados en la franja de noche sí aluden a la ilusión e interés mostrado por su clientela, aunque echan de menos una hora más de actividad para poder doblar mesas. La adaptación de los barceloneses a la nueva etapa pasará por avanzar de nuevo las horas de cena, a la europea, en una ciudad muy acostumbrada a reservas a las diez de la noche. Aun con todo, Pallarols aplaude que las demandas sectoriales (la ampliación horaria, la reapertura en interiores y exteriores, y la eliminación del toque del queda) sean una realidad, aunque todavía con algunos frenos para la recuperación. Sí se espera que el negocio de tardes (meriendas y terraceo) tengan una recuperación mucho más rápida.

La nueva fase no implicará un regreso masivo del personal a sus puestos de trabajo. Los encuestados hablan de "desafectación parcial" de los trabajadores en erte, de manera que aún se perciba un porcentaje de la prestación. Esperan poder ir normalizando las jornadas en la medida en que responda la clientela y exigen que no haya "marcha atrás".

Sin embargo, el proceso en Ciutat Vella y parte del Eixample tiene una ecuación más compleja. Más que en los horarios, la vista está puesta en la vacunación masiva que permita la movilidad internacional. "Es necesario recuperar el turismo en Barcelona lo antes posible, porque hay cientos de restaurantes cerrados desde marzo de 2020 que no resistirían otro verano como el anterior", afirma a este diario el portavoz de la patronal. Muchas persianas están cerradas en esas zonas, a sabiendas de que sin visitantes foráneos sus noches serían un erial.

Pendientes de ajustes en la ampliación de terrazas

La ampliación de terrazas propiciada por el Ayuntamiento de Barcelona superó a mitad de abril los 3.500 casos con luz verde, que suman 9.751 mesas, lo que ha permitido compensar las plazas perdidas en el interior de los negocios. Son instalaciones en muchos casos ubicadas en las calzadas, tras eliminar plazas de aparcamiento o carga y descarga. Tras su provisionalidad, se irán consolidando con una estética mejor y algunos ajustes. El proceso de concesión de estos permisos ha ido avanzando durante meses y ha espoleado ahora la reapertura de noche -como reivindicó el consistorio-, aunque los afectados por una negativa reclaman que se agilicen las revisiones. El gremio considera que al menos un centenar de peticiones de terraza denegadas podrían resolverse favorablemente con algunos ajustes "razonables" en puntos complejos por la fisonomía de sus calles como puedan ser Ciutat Vella, Gràcia o el centro de Sant Andreu. De ellas dependen muchos negocios que no pueden salir adelante con restricciones del 30% en aforo interior.

Estos veladores serán clave cara a la temporada estival que está al caer, para tomar algo a la fresca por las tardes. La mayoría de las reservas para comer y cenar suelen priorizar los espacios exteriores por seguridad sanitaria.

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