Seguridad ciudadana

1.200 desalojados en fiestas y botellones ilegales el sábado en Barcelona

La Guardia Urbana ha intervenido este domingo por la tarde en una fiesta con música en directo y más de 300 personas en el Port Vell, y por la noche ha desalojado a casi 500 personas en la zona de Arc de Triomf

La policía municipal encuentra a unas 600 personas de juerga en cinco locales de la capital catalana la noche del sábado

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La noche está todavía vetada y hay gente que trata de saltarse como sea las limitaciones que dicta la crisis sanitaria, en este caso en forma de toque de queda y cierre de las actividades de ocio nocturno. La noche del sábado en Barcelona ha demostrado que aunque se compliquen el reto de eludir las restricciones, no es poca la gente que lo intenta. Y es algo que se ha venido repitiendo en la ciudad.

La Guardia Urbana desalojó durante la pasada noche a 1.199 personas de fiestas ilegales celebradas en locales cerrados y de botellones celebrados en calles de la ciudad, informa Efe. Del total, 569 personas fueron identificadas cuando participaban en cinco fiestas en otros tantos locales de Barcelona. En botellones en la calle han sido 630 las personas identificadas y desalojadas. Este domingo, en el Port Vell, también ha seguido la fiesta con la presencia de más de 300 personas, la mayoría sin mascarilla, en un macrobotellón con música. La Guardia Urbana se ha visto obligada a intervenir ante tal masificación. También lo ha tenido que hacer unas horas después, en la zona del Arc de Triomf, al desalojar a unas 500 personas que también estaban de botellón.

Macba, Born y Paral·lel

Los botellones han sido un fenómeno habitual en estos tiempos de toque de queda en Barcelona y lo habitual es que la Guardia Urbana se tope con grupos de jóvenes que suelen ponerlos en práctica en unos cuantos espacios concretos: el entorno del MACBA, la rambla del Born y los jardines de les Tres Xemeneies, en el Paral·lel. 

Una patrulla vigila la formación de botellones tras la salida de los conciertos de la Telecogresca, a principios de abril.

Una patrulla vigila la formación de botellones tras la salida de los conciertos de la Telecogresca, a principios de abril. / Manu Mitru

Como es de suponer, no son solo los jóvenes de Barcelona los que pugnan por volver a la noche. Este mismo sábado, los mossos detectaron actividad inusual en una zona boscosa de Sant Feliu de Llobregat. A medianoche, los agentes que acudieron al lugar desalojaron a una treintena de participantes en una fiesta con música, alcohol y drogas que se celebraba en el bosque. Los mossos tramitaron 23 denuncias por incumplimiento de las restricciones sanitarias y otras seis por tenencia de droga. 

Un fenómeno que se repite

Pese a que el volumen de los desalojados este sábado es considerable, los episodios de fiestas ilegales y botellones han sido frecuentes en Barcelona, y de forma habitual en las últimas semanas, a medida que el termómetro ha subido. 

Además de los espacios ya citados, el paseo Marítim de la Barceloneta, el paseo de Lluís Companys y la zona de Collserola han sido escenario de botellones. Aunque también se han detectado varios incumplimientos en locales, el sector de la restauración se ha mostrado especialmente alarmado por el botellón, y no solo por el que se produce más allá del toque de queda, también durante el resto del día.

Como informaba este diario días atrás, el sector asiste a una situación que no podía prever: las restricciones sanitarias han llevado a que la hostelería sufra limitaciones que han puesto en peligro su supervivencia económica, pero el efecto buscado, evitar la concentración de gente, no se logra en muchas zonas de la ciudad, en las que la gente compra las bebidas y a falta de otras opciones se sienta a tomarlas en la calle en grupo. 

En marzo, la Guardia Urbana llegó a cerrar el paseo del Born y la zona del Macba porque registraban botellones masivos. El teniente de alcalde de Promoción Económica, Jaume Collboni, urgió la semana pasada a acelerar la desescalada permitiendo a la restauración servir cenas presenciales, sacando provecho a las más de 3.000 licencias de terrazas extraordinarias impulsadas por el consistorio para oxigenar al sector.