Maria Campuzano: "La pobreza energética afecta también a familias con ingresos"

¿Son optimistas con el reciente acuerdo con Endesa para que la compañía pague al menos el 50% de las facturas de las familias vulnerables? Lo que nos ha enseñado la ley 24/2015 es que aprobar una ley no significa cambiar la realidad de un día para el otro. Desde agosto del 2015, que es cuando se aprobó y entró en vigor, hasta el día de hoy, hemos tenido que hacer un seguimiento muy exhaustivo de su cumplimiento, tanto por parte de la administración como de las propias empresas de agua y energía. Hemos tenido que, conjuntamente con la Generalitat, desarrollar los protocolos de formación, hemos hecho formaciones, hemos exigido a las administraciones que hagan su papel de garante, además de exigir a las empresas que cumplan con esa normativa, que es obligatoria y que al principio se saltaban olímpicamente. 

Con este acuerdo les tocará hacer lo mismo... Ahora se ha iniciado una auditoría para confirmar que los números que ha dado Endesa son correctos y estamos intentando hacer el seguimiento de esa auditoría. Haremos también un seguimiento de cómo se informa a las familias de la condonación, que la carta que llegue a sus casas se entienda.

¿Ese es otro problema? Parece una tontería, pero no lo es. Muchas veces las cartas que envían esas empresas no se entienden, porque ya les interesa que no se entiendan. Y también haremos un seguimiento de cómo se aplica a futuro, futuro que en realidad es pasado, porque la condonación de la deuda es hasta diciembre del 2020, y a partir de enero de 2021 ya entra en vigor el nuevo convenio. Y es muy importante, también, recordar que el convenio solo afecta a Endesa, y que la Generalitat tiene ahora sobre la mesa negociar convenios en el mismo marco con las otras grandes empresas, como Naturgy e Iberdrola, acuerdos que esperamos que lleguen pronto y que estaremos muy pendientes de que así sea.

¿La pandemia ha llevado hasta la pobreza energética a familias que no sabían ni qué existía tal cosa? El tema es que el nombre pobreza energética nos lleva a pensar en pobreza, y pobreza siempre nos imaginamos situaciones muy extremas, de familias que no tienen ningún tipo de ingreso… pero la pobreza energética no solo afecta a casos extremos, que evidentemente también, sino que también afecta a familias que incluso pueden tener un trabajo, pueden tener salarios, pero que no pueden hacer frente a estos suministros que son extremadamente altos. Por tanto, esta pandemia ha incluido en este saco de la vulnerabilidad a mucha otra gente, porque han perdido el trabajo, porque están en un ERTE, porque son autónomos y han dejado de facturar… y han empezado a entrar en esta situación de elegir entre pagar el alquiler, pagar la alimentación o pagar las facturas de los suministros básicos… y son personas que van muy perdidas porque todavía hay mucha desinformación sobre cuáles son nuestros derechos energéticos.  

¿Cuál es la cara más desconocida de la pobreza energética? La que hace referencia a las situaciones más extremas o que se salen de los circuitos y no entran en las encuestas. Todas las personas que se encuentran ocupando en precario y que tienen acceso irregular también a los suministros no se contabilizan en esas encuestas y también son situaciones de pobreza energética. Es decir, una de esas mejoras que aporta el convenio con Endesa es que aborda esa pobreza energética oculta con las familias que están en situación de ocupación en precario porque por primera vez se establece un protocolo para que puedan acceder a un contador. Eso no podemos decir todavía que sea una realidad, porque todavía no hemos visto ningún contador social gracias a este convenio, pero se ha establecido el protocolo. 

¿Es la única pobreza energética oculta? No, también lo es mucha gente mayor que no llega a dejar de pagar facturas y por tanto no está contabilizada en las encuestas, porque hay mucho miedo en la gente mayor a tener deudas, y eso va en detrimento de la dignidad de esas personas, porque se privan de usar esos servicios porque tienen miedo de no poderla pagar.

La pobreza energética va muchas veces de la mano de la precariedad en la vivienda. Ponía el ejemplo de las ocupaciones. Totalmente. No podemos decir que una vivienda es digna si no tiene garantizados los accesos de agua y energía. Eso es un reto importante de ciudad, porque implica, sobre todo, recortar los intereses de algunos. Sobre todo del sector privado. Un reto a corto plazo es exigir responsabilidades a estos privados -energéticas, fondos buitres, bancos…. A largo plazo los retos son mucho más grandes. Hay que cambiar el modelo de gestión de los servicios básicos, ir hacia un modelo que tenga realmente vocación de servicio público y que garantice la participación de la ciudadanía y ese modelo tiene que ser de gestión pública, de gestión comunitaria, de gestión cooperativa. Retos no solo de ciudad sino también de país.

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