Efectos de la pandemia

Barcelona tendrá la mitad de hoteles cerrados este verano

Solo un 30% de están operativos y con una ocupación insignificante, por lo que la mayoría pospondrán la reactivación hasta que haya movilidad turística

El sector ha perdido un 95% de facturación y mantiene precios hasta un 60% por debajo de las tarifas habituales en la ciudad

Da por perdida la temporada estival a falta de que la inmunidad local y de viajeros sea mayoritaria

Clientes en la recepción del Hotel Palace, que acaba de reabrir este mes de abril.

Clientes en la recepción del Hotel Palace, que acaba de reabrir este mes de abril. / JORDI OTIX

Patricia Castán

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Hace justo dos años, unas 60.000 personas estaban alojadas en hoteles de Barcelona tal día como este 28 de abril, en que apenas hay 2.100. El centro urbano, sin el rugir de maletas arrastradas ni de extranjeros mapa en mano, es el vivo reflejo de la actual situación de los hoteles de la ciudad. Solo un 30% están abiertos, mientras la mayoría retrasan sus previsiones de reactivación. Hasta el punto de que el Gremi d'Hotels de Barcelona (GHB) ha estimado este miércoles que "con suerte la ciudad llegará a la mitad de establecimientos en funcionamiento este verano". Es decir, dan otro verano por "perdido" a falta de una mayor vacunación que permita la movilidad internacional. La pandemia se ha llevado por delante un 95% de la facturación del sector y la ocupación oscila entre un raquítico 10 y 15% entre los valientes que reabrieron. Pese a haber recortado las tarifas hasta el 60%.

El balance de la hotelería local -que supone unos 35.000 empleos en la capital catalana, con un 90% de trabajadores en erte- es en estos momentos claramente negro: "Llevamos casi 15 meses sin actividad ni ingresos, pero con gastos fijos", ha resumido su presidente, Jordi Mestre. Considera que el sector es el gran perjudicado económico por la pandemia, junto con el ocio nocturno y las agencias de viajes. Sin viajeros foráneos y sin ferias, la red de alojamiento turístico está bajo mínimos. "Vivimos principalmente de un turismo internacional que no puede llegar, y por lo tanto, no podemos trabajar", ha lamentado. Las incertidumbres en torno a la evolución de la crisis sanitaria hacen muy difíciles las previsiones, añaden. De hecho, cada semana hay operadores que posponen la reactivación, a la vista de que la coyuntura y las restricciones no mejoran lo suficiente. En estos momentos funcionan solo 131 y algunos incluso retrasarán su regreso hasta inicios de 2022.

Previsiones pesimistas

El director general del gremio, Manel Casals, detalla que la demanda de cara el verano es en estos momentos "mínima" y con alto riesgo de anulaciones de última hora, ya que muchos turistas reservan varios destinos a la vez pero toman la decisión final casi la víspera de sus viajes. De hecho, incluso las peticiones de cara al congreso mundial de telefonía móvil de Barcelona, que en junio tendrá un formato híbrido entre presencial y virtual, son a estas alturas un misterio. "Hasta dos o tres semanas antes no sabremos si la ocupación se anima lo bastante como para que abran más hoteles", ha señalado. Se impone la búsqueda 'last minut', con todas las complicaciones que supone de cara a planificar la temporada. Los viajeros alojados en Barcelona en la actualidad lo hacen "por necesidad", sea por motivos de trabajo o médicos.

El panorama de vacunaciones, tanto nacional como internacional, les lleva a dar por sentado que "el verano se perderá" de nuevo, después de que la Semana Santa haya sido "inexistente". Siendo optimistas "se llegará a la mitad de los hoteles abiertos", ha enfatizado Casals, que no descarta que la cifra sea inferior. Los tres pilares de los que depende el despegue de Barcelona son la vacunación masiva, la imagen de confianza que debe proyectar la ciudad y la reactivación de ferias y congresos. La importancia para el sector de la primera condición es tal, que Mestre incluso ha planteado que las ayudas previstas desde el Gobierno para la hotelería (unos 950 millones en el caso de toda Catalunya, que para muchas empresas resultarán insignificantes sobre sus pérdidas) podrían ser más útiles destinadas a acelerar la compra de vacunas.

Un pasaporte verde para vacunados o inmunizados sería clave para reactivar mercados importantes para la ciudad como el estadounidense, opina, aunque ha recordado que los países europeos vecinos tienen cuotas similares de vacunación a España, y su lentitud complica la reactivación de este turismo. Mientras, Barcelona pierde posiciones respecto a países más proactivos como Grecia o Turquía, ha apuntado. "Vivir un verano como el año pasado sería un desastre con consecuencias nefastas para el sector", ha advertido.

Ventas y ayudas

La patronal cree que la crisis, "coyuntural pero no estructural", no acabará con cierres definitivos en la ciudad, aunque sí ha supuesto ya el cambio de propiedad en casi una decena de casos. La venta más destacada ha sido la del lujoso y novísimo Nobu Hotel Barcelona, junto a la estación de Sants, el pasado diciembre por 80 millones de euros.

Como otros colectivos, se quejan de las insuficientes ayudas recibidas o proyectadas, pero sobre todo de que las distintas administraciones hayan continuado ingresando IBIS e impuestos de actividades económicas, pese a la inactividad.