MOVILIDAD SOSTENIBLE

Manual de supervivencia para ir en bici por la ciudad

El ciclismo urbano tiene un montón de normas, pero también hay códigos y actitudes que pueden ayudarte a introducirte en el medio con todas las garantías

Bicicletas Barcelona

Bicicletas Barcelona / Mònica Tudela

Carlos Márquez Daniel

Carlos Márquez Daniel

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Un par de datos antes de empezar a hablar de bicicletas. Primero: en nueve de cada diez siniestros de tráfico, alguno de los implicados había cometido una infracción. Y segundo: la primera causa de siniestralidad ya es la distracción al volante (uso de móvil, sobre todo), por delante del exceso de velocidad o el consumo de alcohol y drogas. Es decir, por mucho que se debate si los ciclistas deben o no disponer de un permiso de circulación, parece claro que por encima de todo subyace un problema de actitud, de valores, de civismo, de buenos hábitos. De compartir con armonía un abigarrado espacio público. Ahora sí, las bicis. Lo que sigue pretende echar una mano a todos aquellos que estén pensando lanzarse al ciclismo urbano y que no lo vean claro. O a los que ya estén en ello pero todavía no tengan la soltura suficiente.

Buenas prácticas en bicicleta en Barcelona

Carlos Márquez, con la inestimable ayuda de Mònica Tudela, te da siete consejos (hay muchos más...) para introducirte en el ciclismo urbano con unas mínimas garantías /

Aquí se hablará de normativa, pero más todavía de situaciones concretas, de trucos y consejos que hagan más llevadera una circulación que, mejor decirlo de entrada, no siempre va a ser fácil. Empezaremos con la actitud, que va a ser vital para sobrevivir en una jungla que mucho tiempo atrás fue un coto de bicis y que ahora lo es de coches y motos. Uno podría estar cabreándose todo el día -razones no le van a faltar- pero más vale cargarse de paciencia y argumentos y evitar las trincheras. Aquí no somos ciclistas ni motoristas ni automovilistas. Somos gente que va en bici, que va en moto o que va en coche. Amén de los que van a pie o en transporte público, sin olvidar a los del patinete y compañía. Es decir, hoy somos esto y mañana aquello, porque la intermodalidad es cada vez más la tónica común de la movilidad urbana. Por lo tanto, primer consejo, ante todo mucha calma; una cosa es defenderse, y otra muy distinta odiar por sistema al que va motorizado.

Un ciclista sortea el tráfico en la calle Gran de Gràcia de Barcelona.

Un ciclista sortea el tráfico en la calle Gran de Gràcia de Barcelona. / MÒNICA TUDELA

Cómo circular

Barcelona dispone de una red de 220 kilómetros de carriles bici. Y subiendo. Si estás empezando, intenta trazar una ruta que incluya el máximo de tramos segregados del resto del tráfico. Si no puedes evitarlo, y aunque te obligue a dar algo de vuelta, intenta aprovechar los cascos antiguos, llenos de plataformas únicas por las que puedes ir en sentido contrario a los vehículos (a no ser que esté señalizado lo contrario y siempre respetando la prioridad de los que van andando). Si hay vial ciclista y prefieres la calzada, puedes usarla sin problema. Si alguien te grita "vete a tu carril" y te da opción de responder antes de dar gas a fondo, le explicas que la ordenanza te permite elegir.

Plataforma única. Recuerda que, a no ser que una señal diga otra cosa, puedes circular en sentido contrario a los coches

Plataforma única. Recuerda que, a no ser que una señal diga otra cosa, puedes circular en sentido contrario a los coches / Mònica Tudela

Otra cosa es el carril bus; terminantemente prohibido. Pero ojo, en calles como Gran de Gràcia o Balmes quizás te parezcan un salvavidas inevitable. En el primer caso, porque hace subida y solo hay un carril para el vehículo privado, lo que genera cierto estrés; y en el segundo caso, porque los coches bajan como si no hubiera un mañana y refugiarte en el vial del transporte público puede ser un gran alivio. Pero no será este diario el que anime a cometer una infracción. Aunque si no hay más remedio...

Gran de Gràcia. El carril bus está prohibido para las bicis, pero ha ocasiones en las que se convierte en el único refugio

Gran de Gràcia. El carril bus está prohibido para las bicis, pero ha ocasiones en las que se convierte en el único refugio / Mònica Tudela

Olvida las aceras

Debes eliminar las aceras de la ecuación. Solo las de más de cinco metros son transitables, pero si te las puedes evitar, mejor. Para que te hagas una idea, cinco metros es algo más de lo que miden las del Eixample. Solos los menores de 12 años pueden recurrir a este espacio, al que podrás subir, eso sí, entre las 22 y las 7 horas. Las aceras han sido el principal conflicto en la lenta recuperación de la bicicleta en la ciudad. Obligadas a compartir espacio con el peatón ante la falta de infraestructura, los ciclistas se convirtieron en el coco de la movilidad a pesar de representar solo cerca del 4% de los vehículos implicados en siniestros de tráfico. Esa mala imagen se va revirtiendo, pero ha quedado un poso importante. Y un tipo nuevo al que señalar, el patinete, que por descontado tampoco puede usar la acera.

Mucho cuidado con los carriles bici bidireccionales. Por lo que los rodea y porque a menudo no son todo lo anchos que deberían

Mucho cuidado con los carriles bici bidireccionales. Por lo que los rodea y porque a menudo no son todo lo anchos que deberían / Mònica Tudela

Algunos carriles bici son bidireccionales. Si circulan por el centro de la calzada, como el de paseo de Sant Joan, la nueva Meridiana o Paral·lel, mano de santo, aunque los giros a izquierda y derecha son algo complicados. Pero si es un vial de dos sentidos en una calle del Eixample, como Provença o, sobre todo, Girona, ojo si eres nobel porque los coches suben y al realizar los giros a la izquierda, Aragó, por ejemplo, no siempre están pendientes de las bicis que bajan. También en los pasos de peatones son muchos los que van a pie y cruzan en rojo solo mirando hacia abajo, sin percatarse que desde el lado montaña puede venir un ciclista. Son carriles para estar muy atentos.

Seguridad ante todo

El casco solo es obligatorio para los menores de 16 años. Pero es altamente recomendable para todo el mundo. Sucede lo mismo con el seguro. Puedes tener uno específico para ciclistas o te puedes apoyar en el seguro de vida o del hogar. En cualquier caso, cubrirse en caso de accidente es importante. La seguridad pasa también por llevar las luces reglamentarias (blanca delante, roja detrás) y timbre, que aunque parezca un elemento muy veraniego, es un elemento imperativo. Si de noche quieres añadir ropa reflectante, bienvenida sea. Sobra decir que el uso del teléfono móvil está prohibido, y también llevar auriculares.

Todos lo sabemos de sobra, pero no está de más recordarlo: nada de móvil cuando vas sobre una bici (o a los mandos de cualquiera otro vehículo)

Todos lo sabemos de sobra, pero no está de más recordarlo: nada de móvil cuando vas sobre una bici (o a los mandos de cualquiera otro vehículo) / Mònica Tudela

Seguridad impone también hablar de robos. El miedo a los amigos de lo ajeno es la segunda razón por la cual muchos no se atreven a pasarse a la bici de ciudad (la primera es el hecho de compartir espacio con los coches). Todos sabemos de alguien al que se la han robado. Más de una vez, incluso. Ahí tienes dos soluciones. La primera es subirla siempre a casa y no separarte de ella cuando sales a la calle. La segunda es comprar un candado de los buenos, en forma de 'U', rígido. Quizás te cuesta más incluso que la bici de segunda mano que te has agenciado por internet. Es lo que hay, sí, son caros, pero muy eficientes. Por cierto, ata bien la bici cogiendo el cuadro (no a los árboles, ni a señales, ni cerca de pasos de peatones o paradas de bus). Y llévate si puedes el asiento, que nunca se sabe.

Candar bien la bicicleta es fundamental para no despedirte de ella antes de tiempo

Candar bien la bicicleta es fundamental para no despedirte de ella antes de tiempo / Mònica Tudela

Una buena manera de adentrarse en la bicicleta urbana es hacerse socio del Bicing o de alguno de los sistemas privados de bici compartida. Ahí te puedes probar, ver si te adaptas, si tus itinerarios son cómodos, si te desenvuelves bien con el tráfico y los peatones. Si llegas a la conclusión de que la bici es tu medio de transporte definitivo, entonces quizás sea buen momento para comprarte una. ¿Plegable? ¿Eléctrica? Ese es otro debate tan o más apasionante.

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