Quo vadis Barcelona

Benedetta Tagliabue: "Si el urbanismo táctico supone tantas barreras, es que no está bien diseñado. Es un error"

La arquitecta reclama que que se tenga en cuenta a su gremio y al de los urbanistas y diseñadores como se hizo en tiempos de Maragall

Llama a ofrecer al turista alternativas a la Rambla y cuestiona la guerra al vehículo privado: "La ciudad sin coches me parece un poco estúpida"

Sostiene que el tranvía le aburre y que supondría una barrera más en una ciudad en la que aprecia muchas; dice que antes se evitaban

BARCELONA 08 04 2021 Barcelona Entrevista con  Benedetta Tagliabue  en su exposicion del Salo del Tinell  FOTO de RICARD CUGAT

BARCELONA 08 04 2021 Barcelona Entrevista con Benedetta Tagliabue en su exposicion del Salo del Tinell FOTO de RICARD CUGAT / RICARD CUGAT

Toni Sust

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En su piso, fantástico, Benedetta Tagliabue tiene encima de la mesa un León de oro de la Bienal de Venecia, recibido en su día por el pabellón deportivo de Huesca que diseñó su marido, el arquitecto ya fallecido Enric Miralles. Es optimista sobre el final de la pandemia y reniega con rabia de quienes dicen que tiene su lado bueno, que es una oportunidad. 

Barcelona vivió una gran transformación en el último cuarto del siglo XX. ¿Los arquitectos fueron clave? Sí.

¿Que de todo aquello naciera la ciudad turística era inevitable? Es muy complicado decir si era inevitable. Ahora vemos que era una parte importante de la economía de la ciudad, y quizá la gente está menos recelosa con los turistas que venían. Siempre he pensado que es una demostración del amor a Barcelona que vengan los turistas. Es una ciudad con tanta belleza, con una manera de vivir relajada.

Hace buen tiempo. Un clima casi perfecto.

Entonces, espera el regreso del turismo. Mejor distribuido. Hay que dar a los turistas el cebo para que vayan a otros lugares. Hacer cosas bonitas. Si haces un parque en Diagonal Mar, creas un lugar atractivo. Si quieres hacer un hotel antes del parque, no funcionará. El turista no solo tiene que conocer la Rambla. Hay que darle información y otras posibilidades. Tienes que inventar. Tienes que inventar continuamente.

Tagliabue, junto a material que integrará la exposición del Tinell, que abre el miércoles.

Tagliabue, junto a material que integrará la exposición del Tinell, que abre el miércoles. / RICARD CUGAT

¿Cuándo llegó a Barcelona? En 1988 conocí a Enric Miralles en Nueva York. Me dijo: '¿Has visto Barcelona?'. Pregunté si había mar y se rio. Y vine. Yo vengo del norte de Italia, cerca de Milán. Fui a estudiar a Venecia. El clima es incomparable: inviernos duros, niebla, lluvia, frío. Todo eso en Barcelona es muy relativo.

"En 1988, Enric Miralles me dijo en Nueva York: '¿Has visto Barcelona?'. Pregunté si había mar y se rio. Y vine"

El año de la pandemia, el más difícil desde la guerra civil, se afirma. No veo la hora de que esto acabe. Soy optimista y confié en que habría acabado en abril y mayo del 2020.

¿Qué tal el confinamiento? Primero mucha reclusión, como todo el mundo. Después me acostumbré a la situación. De hecho creo que pasé el covid. 

¿No ha entrado en el grupo de gente que se hace pruebas constantemente? No, al contrario. 

¿Hay que aprovechar lo que ha pasado para que la sociedad mejore, para reorientar la ciudad? Me parece horripilante esa actitud. Decir: '¡Qué maravilla! Ha venido la guerra. Aprovechemos para hacer cambios'. Haz los cambios cuando quieras, no digas que la guerra es buena. La guerra es una mierda. Justificar lo que pasa como algo positivo me pone de los nervios, no lo puedo soportar. Es como cuando venía la peste y la gente se flagelaba.

"Me parece horripilante esa actitud (sobre la pandemia). Decir: '¡Qué maravilla! Ha venido la guerra. Aprovechemos para hacer cambios'. La guerra es una mierda"

¿Todo seguirá igual que antes? No sé, esto ha durado mucho. No sé si tendremos la misma vida que antes. Igual es peor. Como mínimo hay que mantener criterios, como el de que el espacio público es importantísimo y que los ciudadanos luchemos por él, tengamos esa conciencia. Yo ya me retiro a mi casa: pues eres tonto. La calle es tuya, los parques son tuyos. Lucha por ellos. Hace dos meses que voy al parque de la Ciutadella. ¿Cuántas puertas están abiertas desde hace dos meses? Una. ¿Por qué? No lo sé. Llamamos para preguntar y no obtuvimos una respuesta. Y hay bloques de cemento que cierran todas las puertas del parque.

¿Hemos dejado de ser exigentes con la administración? Es muy peligroso. La gente debe tenerlo claro: la ciudad nos pertenece. Tenemos que cuidarla colectivamente, saber que es nuestro capital personal.

"La calle es tuya, los parques son tuyos. Lucha por ellos. Hace dos meses que voy al parque de la Ciutadella. ¿Cuántas puertas están abiertas desde hace dos meses? Una"

En el espacio público de la ciudad han pasado bastantes cosas en estos tiempos. ¿Qué le parece el urbanismo táctico de Colau? A ver, la alcaldesa Colau viene la semana que viene a abrir nuestras exposiciones. Nos ha ayudado para hacerlas, como la Generalitat. Son cuatro exposiciones con un solo título: Miralles. Como si fuera Gaudí (ríe). Una en el Saló del Tinell, una en el Centre d’Art Santa Mònica, una en nuestra fundación y, dentro de un mes, otra en el Disseny Hub. 

(Hecho el reconocimiento, concreta el diagnóstico). Sobre el urbanismo, Barcelona es una ciudad que ha luchado para no tener barreras. El urbanismo de Barcelona ha sido capaz de unificar, de apostar por la convivencia. Si había que separar algo, lograrlo sin que se viera. No podemos ahora meter barreras de cemento en la calle. Barreras, barreras, barreras. Es lo contrario de lo que se ha estudiado hasta ahora. En Barcelona se ha estudiado cómo hacer que las barreras estuvieran limitadas al máximo. Si había que separar hasta ni se diferenciaba entre calles y el espacio de los peatones.

En muchas calles es así. Se eliminaba la idea de colocar una barrera, porque estaba tan bien diseñado que no se necesitaba esa barrera. Si se ponen tantas barreras como ahora, es que no está bien diseñado. No está diseñado. Es un error. Hay una buena intención. Seguro que a todos nos gustaría una ciudad con más verde, más sostenible, moverte mejor en bicicleta. Pero no puedes tener lugares que crees que son para el peatón, pones un pie y aparece un patinete. Es una ciudad con una peligrosidad increíble pese a haber plantado barreras en todos los lugares. Como se hacía antes, hay que hacer trabajar a diseñadores, urbanistas, personas que piensan los detalles de las cosas. Y no solo decir que los coches son malos porque respiramos dióxidos. También usamos el coche, y un equilibrio es importante. Y ahora me parece que las cosas se aplican sin diseño ni equilibrio.

Tagliabue, junto a la fachada de la casa Padellàs, trasladada piedra por piedra de la calle de Mercaders a la plaza del Rei en 1931.

Tagliabue, junto a la fachada de la casa Padellàs, trasladada piedra por piedra de la calle de Mercaders a la plaza del Rei en 1931. / RICARD CUGAT

Joan Clos nos dijo que el urbanismo no puede ser táctico, que es estratégico. Viví las épocas de Maragall, Clos, Hereu. Políticos que sabían más de urbanismo que yo. Miraban un plano y lo entendían. Te decían dónde estaban los problemas de las cosas. Es algo que ahora encuentro en China, hago proyectos desde aquí, por el ordenador. Políticos que saben perfectamente de qué hablan, que dirigen ciudades de 30 millones de habitantes. Quizá ahora falta aquí algo de finura al aplicar las cosas. Y algo de respeto: quizá reducir el número de coches, sí. Putearlos, no.

"Maragall, Clos, Hereu. Políticos que sabían más de urbanismo que yo. Miraban un plano y lo entendían"

¿Cree en el tranvía? El tranvía me aburre, no sé si por simpatía con Gaudí (el arquitecto fue atropellado por un tranvía). El tranvía es otra barrera. Siempre están los raíles. Es algo que me parece que interfiere demasiado. Detrás de los tranvía siempre hay muchas presiones, movimiento de dinero. Lo he visto en otros lugares, transformar toda una ciudad. Burdeos, por ejemplo. Hace unos años estaban orgullosos de tener tranvía en toda la ciudad. A mí no me gusta. Me gustan más las cosas más ligeras, más sencillas. El metro es maravilloso.

"El tranvía me aburre. Es otra barrera, Siempre están los raíles. Es algo que me parece que interfiere demasiado"

¿La ciudad sin coches es inviable? Más que nada, no me gusta. A mí me gusta la complejidad, y creo que el coche funciona perfectamente para ciertas situaciones. La ciudad sin coches me parece un poco estúpida.

Volviendo al urbanismo, ¿el plan para extender las supermanzanas le interesa? Son ideas buenas, bonitas, pero hay que ser crítico. Hay que poner a trabajar a los arquitectos. Maragall fue aprendiendo de los arquitectos y les encargó trabajo. Había una gran conversación sobre la ciudad, y dio pie a una gran transformación. Sigamos involucrando a los arquitectos, a los urbanistas, a los diseñadores.

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