TRANSPORTE

El taxi y su vacuna de recordatorio contra Uber

La compañía denuncia "una campaña de intimidación" y reclama a la Administración, que sigue sin darle permiso para operar, que tome medidas en su favor

Los taxistas tienen detrás al Govern y al Instituto Metropolitano del Taxi, pero surge la duda de cómo actuarán si finalmente la empresa consigue el aval metropolitano

El gremio exhibe músculo con una marcha lenta que reúne a centenares de coches en el centro de la ciudad contra el regreso de la multinacional

Los taxis protestan contra Uber con una marcha lenta por Barcelona

Los taxis protestan contra Uber con una marcha lenta por Barcelona. FOTO Y VÍDEO: FERRAN NADEU / Ferran Nadeu

Carlos Márquez Daniel

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Era una convocatoria controvertida. Porque a diferencia de las anteriores, estos siete años en los que el gremio ha salido a la calle para defender su parcela, el receptor de la queja ya no estaba tan claro. El taxi ha tomado de nuevo Barcelona, en esta ocasión, para denunciar el tercer desembarco de Uber en la ciudad. Y lo ha hecho con un decreto del Govern que desde febrero del 2019 juega a su favor, con el gestor público del taxi metropolitano dándole la razón en casi todo, con concejales compartiendo su amor por el sector en Instagram (el cao de Ernest Maragall, por ejemplo) y con la multinacional sin apenas presencia y denunciando intimidación. Ha sido, así las cosas, un recordatorio de quién manda, con aval normativo, claro; pero también un éxito organizativo. Un 'déjà vu' en el que muchos se han preguntado lo de siempre: ¿pero cómo lo consiguen? Pues así, en la calle.

Tito Álvarez, en Via Laietana, durante la marcha lenta de taxistas

Tito Álvarez, en Via Laietana, durante la marcha lenta de taxistas / Ferran Nadeu

Tito Álvarez se ha enfundado su tradicional traje de las manis, que incluye peto con la inscripción 'fuck Uber', sudadera con capucha de Élite Taxi, la asociación que reina en el taxi desde mediados de la década pasada; sus tejanos anchos, y su megáfono. Ni él mismo daba crédito. "Hay más gente que en las dos huelgas anteriores", repetía la mañana del jueves. Lo de hoy, sin embargo, no era un paro, sino una invitación a una marcha lenta que ha transcurrido por la Gran Via pero que en el pasado tuvo a ritmo de caracol las dos rondas o el camino al aeropuerto. Ellos aseguran que han sido más de 3.000, mientras que la Urbana lo ha dejado en 600 vehículos. En cualquier caso, se podía ir andando desde Universitat hasta Ciutadella saltando de taxi en taxi: eran muchísimos. De un total de 10.521 licencias, que es otro problema: son demasiadas.

Visita a Foment

La procesión se ha detenido delante de la sede de Foment del Treball, donde se han lanzado billetes con el rostro de su presidente, Josep Sánchez Llibre, que se ha posicionado a favor de Uber, empresa que forma parte de la patronal desde mediados del año pasado. El paseo, que por la hora, a partir de las 10, no ha generado problemas excesivos de tráfico pero sí muchos cabreos anónimos y salpicados por todo el recorrido, ha terminado ante el Parlament, donde un grupo de diputados ha recibido a una representación del taxi para escuchar sus reivindicaciones, que conocen de sobra pero no está la cosa para no recibirles.

Uber, por su parte, y a través de un comunicado, asegura que más de 10.000 personas han abierto la aplicación desde el martes por la mañana, cuando empezaron de nuevo a trabajar en la ciudad, y que medio millón de barceloneses tienen la 'app' en su móvil. En el caso de referirse a la ciudad y no a la provincia, eso es el el 30% de la población. Aunque puede que se refieran al total de móviles de la ciudad que, en algún momento, se la han descargado. En cualquier caso, la empresa denuncia que la "campaña de intimidación de algunos sectores del taxi ha provocado que muchos taxista tengan miedo de salir a trabajar". "Pedimos a las administraciones públicas catalanas -sigue la nota- que tomen medidas lo antes posible para frenar esta situación". Eso no será fácil, puesto que el Instituto Metropolitano del Taxi (IMT) ya le ha dicho a Uber que está operando sin permiso puesto que no ha sido aprobada su propuesta de tarifa de precio único, preceptiva, según este ente, para poder operar vía 'app'. Uber, en cambio, sigue defendiendo que con el taxímetro ya puede tirar millas.

Los billetes con el rostro de Sánchez Llibre lanzados ante la sede de Foment

Los billetes con el rostro de Sánchez Llibre lanzados ante la sede de Foment / Ferran Nadeu

La compañía no se detendrá en su intento y tensará la cuerda con el IMT, al que pueden incluso acusar de prevaricar al no permitirles operar. El taxi se mantendrá atento ante los pasos que da la administración. Pero si no queda más remedio y terminan por lograr ese permiso (el mismo que ya tienen otra quincena de 'apps'), ¿cómo reaccionará el sector?