TRANSPORTE PÚBLICO

La estación de metro de Ernest Lluch de la L5 se abrirá en julio

Se espera que pasen por esta parada unos 15.000 viajeros al día y que el 15% de ellos usen el intercambiador con el tranvía

estación Ernest Lluch

estación Ernest Lluch / Manu Mitru

Carlos Márquez Daniel

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Como todo lo que tiene que ver con trenes en Catalunya en los últimos lustros, el anuncio de apertura de la estación de Ernest Lluch de la L5 de metro impone primero hablar de retrasos. Porque la noticia es que, tal y como ha avanzado este jueves el 'conseller' de Territori i Sostenibilitat en funciones, Damià Calvet, la terminal se pondrá en funcionamiento, si nada más lo impide, el próximo mes de julio. Pero lo cierto es que hace 12 años que empezó a construirse y se pasó siete en silencio, con todo a medias. La cosa buena es que L'Hospitalet de Llobregat y Barcelona, porque la parada hace frontera, ganan un nuevo apeadero que, además, se convierte en un importante intercambiador con las líneas del Tram (líneas T1, T2 y T3) que van hacia el Llobregat.

La previsión es que todo esté terminado a finales de abril, de manera que la estación pueda pasar unos meses en pruebas, bajo la supervisión de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), antes de estar 100% operativa. Ernest Lluch está situada entre las paradas de Pubilla Cases y Collblanc, junto al cementerio de Sants, un tramo de cerca de 1,2 kilómetros (la distancia media es de entre 700 y 800 metros entre estaciones) que se había convertido en tierra de nadie. Se espera que cerca de 15.000 viajeros pasen a diario por estos pasillos y que un 15% de ellos realicen una conexión previa o posterior con el tranvía, que la semana pasada también estuvo de enhorabuena con la aprobación definitiva, por parte del consistorio, de la urbanización del tramo de la Diagonal entre Castillejos y el paseo de Sant Joan que incluye tres paradas más del Tram (Monumental, Sicília y Verdaguer) en esos casi cuatro kilómetros sin servicio entre Glòries y Francesc Macià.

El 'conseller' Calvet, en el centro de la imagen, durante la visita de obra de este jueves

El 'conseller' Calvet, en el centro de la imagen, durante la visita de obra de este jueves / Manu Mitru

La nueva parada de la línea 5 tiene una peculiaridad que explica la presencia en el acto de responsables políticos de L'Hospitalet y de Barcelona: tiene un andén en cada ciudad. La alcaldesa Núria Marín, que en los últimos años se ha hartado de reclamar la apertura de más metro en su localidad, y Rosa Alarcón, concejala de Movilidad de la capital catalana, han representado sendos municipios en la visita de obra realizada la mañana del jueves. "Como alcaldesa soy muy reivindicativa y hoy estoy un poco desconcertada porque desde este punto de vista no hay en estos momentos ninguna reclamación respecto a los temas del metro. Tengo que reconocer públicamente -ha explicado entre risas Marín- que este último mandato ha sido el que hemos finalizado todas las antiguas demandas de la ciudad". Alarcón ha sido algo más protocolaria al limitarse a agradecer el "esfuerzo" del Govern, que en estos últimos meses también ha hecho un paso adelante importante, ha recalcado la edila socialista, al tirar adelante la pata sur de la L10 en la Zona Franca.

Calvet ha celebrado el hito medioambiental que supone la nueva estación, ya que supondrá un ahorro, según cálculos de Territori, de 673 toneladas de CO2 al año. "Cuando tengamos finalizada la L9, la prolongación de la L8 (línea de FGC que unirá la plaza de Espanya y la parada de Gràcia) y la unión de los sistema tranviarios que tenemos en marcha, el sistema cogerá más robustez y conseguiremos lo que pretendemos: una movilidad más sostenible al servicio del país y de la ciudadanía".

Últimos flecos

La obra civil de la estación de Ernest Lluch se ejecutó entre 2009 y 2012, año en el que la crisis económica se llevó por delante buena parte de las infraestructuras a medio construir o las que estaban proyectadas. La L9, por ejemplo, que ahora se ha vuelto a activar con la idea de terminarla toda antes de 2029 gracias a un vuelco en la política inversora del Govern. La Generalitat retomó los trabajos en 2019 con un presupuesto de 17 millones de euros. En estos dos años se ha condicionado el interior, se han terminado la arquitectura y las instalaciones, se ha abierto un nuevo pozo de ventilación y se han realizado actuaciones de refuerzo y drenaje de la infraestructura. Desde ahora hasta finales de abril solo queda por pulir algunos flecos de las salidas de emergencia y de la urbanización de la superficie del entorno.

La terminal está situada bajo la carretera de Collblanc y dispone de tres niveles: calle, vestíbulo y andenes. Hay una entrada para cada ciudad (curiosa será la situación si se produce un nuevo confinamiento municipal a partir de julio) y está completamente adaptada para personas con movilidad reducida.