Cambio urbanístico
Barcelona suma 805 licencias de cambio de uso de local a vivienda en 5 años
La pandemia frenó la actividad unos meses, pero la demanda de estas licencias sigue creciendo ante la falta de pisos
El ayuntamiento busca el equilibrio entre ganar domicilios y preservar el tejido comercial de los barrios
Patricia Castán
Periodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Patricia Castán
El 2020 dejó, entre otros legados, la prioridad para miles de barceloneses de contar con un hogar con terraza, jardín, balcón o al menos buenas vistas. Pero la realidad inmobiliaria de la ciudad, con la vivienda por las nubes, hace que el precio sea el principal condicionante de muchas personas a la hora de comprar o alquilar un espacio para vivir, por lo que los locales de planta baja con posibilidad legal (o no) de reconvertirse en vivienda siguen al alza. El ayuntamiento ha legalizado el cambio de uso en 805 casos en los últimos años, aunque aún son muchos más los que se utilizan como domiclio sin cédula de habitabilidad ni posibilidad de regularización. Ni la pandemia ha cambiado esta tendencia residencial en la capital catalana, que podría incrementarse con fuerza ante la cantidad de negocios cerrados que dajará la crisis sanitaria.
El interés por convertir locales a pie de calle en pisos ha crecido en paralelo a la recuperación económica y del sector inmobiliario iniciada desde el 2015. Ese año las licencias concedidas al respecto por el consistorio fueron 114 (frente a las 63 del 2013), que siguieron aumentando en los años posteriores hasta los 208 expedientes positivos en el 2019. El año pasado, el confinamiento y la ralentización de los trámites administrativos dejó en barbecho estas operaciones, pero no abortó la tendencia. De hecho, las peticiones recuperaron el ritmo desde el verano, con un saldo de 131 licencias hasta el final de año, explican a este diario fuentes municipales.
En los dos últimos años, el distrito a la cabeza en este trámite ha sido Sants-Montjuïc, que sumó 25 incluso en el anómalo 2020, multiplicando por cuatro los casos en Ciutat Vella, por ejemplo. Lógico, porque el centro de la ciudad sigue teniendo una mayor densidad de establecimientos comerciales, mientras que en distritos más periféricos los negocios poco a poco se concentran en los grandes ejes y casi desaparecen de muchas calles secundarias o poco transitadas. Es entonces cuando, ante una coyuntura de desuso, el cambio se hace más viable.
Muchos requisitos
Cabe recordar que los pasos a seguir son largos y precisan previa consulta técnica (un arquitecto suele gestionar el proceso) y administrativa. Porque además de contar con las necesarias características de habitabilidad (espacio, ventilación y proporción de fachada) que marca la Generalitat, el ayuntamiento enfatiza que no pueden estar en zonas de Barcelona afectadas por planes urbanísticos al respecto, ni incrementar la densidad de vivienda admitida por la calificación que tenga el suelo. Si se cumplen estos requisitos, el artículo 255 de normas urbanísticas del Plan General Metropolitano (PGM) establece que los locales de planta baja pueden pasar a usarse como pisos.
Así, desde Urbanismo destacan que el gobierno municipal está priorizando la creación de viviendas asequibles, no solo con nuevas promociones, sino «con fórmulas diferentes que pasan por reconvertir bajos». La misma fuente añade que el consistorio vela por supervisar el cumplimiento. En el 2019 hubo 118 expedientes sancionadores.
Sants-Montjuïc es el distrito donde se han tramitado más licencias estos 5 años, un total de 129
El reto es encontrar el equilibrio entre la preservación del modelo comercial de barrio y la necesidad de vivienda, regulándolo. Como ejemplos, la modificación del PGM aprobada inicialmente acepta ese cambio en calles del centro de Gràcia que no sean ejes comerciales y condicionada a que sean pisos de protección. Y en el caso del 22@, en los ámbitos de zona de vivienda a consolidar se propone admitir la vivienda en planta baja combinada con la actividad comercial, detalla. Asociaciones de comerciantes lo contemplan en zonas donde los negocios no cuajan, y hasta los administradores de fincas sugieren facilitar los trámites parapoder «ganar vivienda de alquiler».
En torno a este fenómeno urbano crece la especulación, ya que muchos casos que no pueden legalizarse ejercen de infrapisos. Los portales inmobiliarios, como informó este diario en febrero del 2020, dan fe de que se venden y alquilan incluso así, más baratos. Y con cédula disparan su precio.
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