la voz de los muros

Franco ha muerto, el ejército del aerosol cabalga de nuevo

Los murales de la jornada reivindicativa de las Tres Ximeneies amanecen emborronados por una patosa mano anónima

Carles Cols

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Cuatro días ha sobrevivido el segundo mural que Roc Blackblock ha pintado en el parque de las Tres Xemeneies en menos de un mes. El primero, un Juan Carlos I al que en varios textos que lo acompañaban y señalaban se le acusaba de asesino de elefantes y cosas peores, fue visto y no visto. Algún cargo político del Ayuntamiento de Barcelona que se esconde tras la asunción de responsabilidad que ha hecho en público el concejal Albert Batlle ordenó que lo borraran. El pasado domingo, en el mismo lugar y en un festival a favor de la libertad de expresión, Roc Blackblock repitió, corregido y aumentado, aquel mural, esta vez con imágenes hiperrealistas de los tres últimos jefes de Estado que ha tenido España, Franco, Juan Carlos y Felipe VI. Cuatro días ha sobrevivido. La muerte ha sido por causas naturales. No hay polémica. Hay aquí una gran lección.

Roc Blackblock ultima su mural de denuncia de la monarquía en Barcelona, un ejemplo reciente de 'artivismo'.

Roc Blackblock ultima sus tres tazas, después de que su caldo del 7 de febrero fuera censurado. / Manu Mitru

Hay que recordar primero la filosofía de Murs Lliures Wallspot para entender lo que ha sucedido. Barcelona es esa rareza europea en la que hay varias decenas de paredes donde los muralistas o grafiteros (a muchos no les gusta este segundo nombre) puede trabajar sus obras bajo el paraguas de un permiso municipal que se obtiene sin apenas trámites. La primera vez que se quiso llevar a cabo este experimento, años ha, el ayuntamiento, entonces socialista, propuso que los artistas presentaran primero un boceto de su proyecto. Qué graciosos son a veces los aspirantes a censor. El plan quedó aparcado hasta que, con Xavier Trias como alcalde, renació en el formato inicialmente previsto.

Todos contentos. Los artistas podían lucir su obra en la calle, pero siempre expuestos a que al cabo de unas horas, días y raramente semanas otro quisiera utilizar esa misma pared. Queda siempre, claro está, el registro de lo expuesto en las redes sociales. Para muchos artistas, no hay que ocultarlo, aquello suele ser un trampolín para escalar profesionalmente de su buena mano con el aerosol.

Roc Blackblock ha asumido con deportividad lo sucedido. Sus tres figuras han amanecido emborronadas. Las suyas y, de hecho, la práctica totalidad de los murales que se pintaron el domingo en las Tres Ximeneies. El mínimo denominador común de todos los que ahí estuvieron era no hacer caso de aquella frase que se atribuye a Franco, que se supone que se la dijo a uno de sus ministros recién incorporado al Gobierno. “Haga como yo y no se meta en política”. La jornada fue, como quiso titular el domingo una referencial periodista española, un domingo de “libertad de aerosol”.

El siempre perfeccionista Juanjo Surace trabaja un detalle de su obra en el parque de las Tres Xemeneies.

El siempre perfeccionista Juanjo Surace trabaja un detalle de su obra en el parque de las Tres Xemeneies. / Manu Mitru

De la mano que ha llevado a cabo esta acción se puede afirmar, como mínimo, que no es la extremidad de un artista. Cabía la opción de hacer un nuevo mural o, con ingenio y buen oficio, aprovechar la base existente y darle un nuevo enfoque. Nada de eso ha sucedido. “La vida de los murales que hacemos es una lotería, --dice Roc Blackblock--, pero lo ocurrido esta vez es desconcertante”. Se queda corto.

El domingo fue sin duda la principal estrella. Habituado a trabajar a solas, rodeado de curiosos hizo prácticamente un tutorial en vivo sobre cuál es su técnica. Su capacidad de sacar de un aerosol en pocas horas un retrato tan reconocible, sin caricatura alguna, está en las antípodas de la de Antonio López, que dedicó 20 años, que se dice pronto, a completar su obra sobre la familia real española, pero merece ser igualmente aplaudida.

Cuatro días, lo dicho, ha sobrevivido la obra en la calle. Desde Murs Lliures se reconoce que ha sido una muerte por causas naturales. No creen que haya mucho más que añadir. ¿Para qué? Son ahora mucho más conocidos que hace un mes. Podrían suscribir, sobre todo Rock Blackblock, al que no pocos cafres han amenazado por internet, los versos de Goethe. “Ladran con fuerza, quisieran los perros del potrero por siempre acompañarnos, pero sus estridentes ladridos solo son señal de que cabalgamos”.

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