EN BARCELONA

El ayuntamiento desaloja la última narcofinca del Raval

Un dispositivo de la Guardia Urbana ha desalojado este martes el número 14 de la calle de Príncep de Viana, donde en aquel momento había 43 personas, una de ellas menor de edad.

En el edificio, propiedad del fondo de inversión Cerberus, en los últimos tres años se habían denunciado abusos sexuales, un homicidio y sobredosis mortales.

Sobre dos de las personas que se encontraban en el edificio, desalojado por su situación de insalubridad, pesaba una orden de búsqueda y captura por lo que han sido detenidas.

Desalojo de la narcofinca del Raval, en la calle de Príncep de Viana, 14

Desalojo de la narcofinca del Raval, en la calle de Príncep de Viana, 14 / FERRAN NADEU

Helena López

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Un importante dispositivo de la Guardia Urbana ha desalojado la mañana de este martes el número 14 de la calle de Príncep de Viana, en el barcelonés barrio del Raval, la última gran narcofinca del barrio, donde se han cometido abusos sexuales, un homicidio y sobredosis mortales en los últimos tres años. Un infierno de puertas adentro para las personas que por una razón u otra se veían obligadas a malvivir allí, cuyas consecuencias se sufrían también de puertas para fuera, para pesadilla de los vecinos.

En el momento de la entrada de la Guardia Urbana y los servicios sociales municipales al edificio, a las ocho de la mañana, había 43 personas en el interior de las distintas viviendas, una de ellas menor de edad, que ha sido derivada a los servicios específicos. Sobre dos de los ocupantes pesaba una orden de búsqueda y captura por lo que han sido detenidos y al resto se le ha ofrecido un alojamiento temporal en un recurso municipal y entrar en el circuito de los servicios sociales.

El juez dio luz verde al consistorio para desalojar el edificio tras entregarle este un informe de los Bomberos en el que se constata la situación de infravivienda e insalubridad en la que se encuentra.

El Ayuntamiento de Barcelona comunicó el pasado 23 de diciembre a las personas que ocupaban el edificio, propiedad del fondo de inversión Cerberus, que debían abandonar el bloque por una cuestión de seguridad, tras la inspección de la finca y la redacción del citado informe técnico que concluía que vivir allí era muy peligroso par sus propios moradores dada la deficiente situación en la que se encuentra el edificio (aunque era obvio que no solo por eso). Justo dos meses después de comunicárselo por primera vez, la policía municipal ha efectuando el desalojo, que se ha producido sin incidentes.

Seis meses de margen

El pasado mes de noviembre, la concejala de Vivienda, Lucía Martín, y el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, acompañaron a representantes de la propiedad a visitar el deplorable estado de la finca "con el objetivo de que se responsabilice del daño causado y se preste a repararlo, cediendo al menos parte de las viviendas a la bolsa municipal de alquiler social", señalaron tras aquella visita los ediles, que este martes también han acudido al lugar.

En la puerta de la finca recién desalojada, Martín no ha dudado en señalar que se ha llegado a esta situación de degradación dada la inacción de la propiedad. "El expediente de infravivienda entregado al juez nos ha permitido desalojar y nos permite darle seis meses a la propiedad para que rehabilite la finca, que se encuentra en una situación de insalubridad. Si en seis meses no lo ha hecho, no la podrá ni alquilar ni vender. Insistimos en pedir a Cerberus que ceda estos pisos a la bolsa de alquiler municipal para poder alquilarlos a precios asequibles", ha reiterado la concejala de Vivienda, quien ha añadido que le han dado un mes a la propiedad para que presente al consistorio una propuesta de actuación y que si no lo hacen iniciarán un expediente sancionador.

Burbuja de miseria

Esta burbuja de miseria en pleno centro de Barcelona, en una finca regia a dos pasos del mercado de Sant Antoni, había 'sobrevivido' a varias operaciones policiales por parte de los Mossos d'Esquadra para desesperación del barrio. La policía entraba con orden judicial en un piso en concreto, pero al quedar el resto de la finca ocupada por traficantes, al poco tiempo volvían a abrirlo. Esta es la primera vez que se desaloja el edificio entero lo que de esperanzas en el vecindario a que sea la definitiva.

Los vecinos del barrio, organizados en plataformas como Acción Raval, llevan años señalado el que a sus ojos es claramente la raíz del problema: "la dejadez de las propiedades, a las que les interesa que los pisos se degraden para venderlos a mejor precio y sacar el máximo beneficio".

El concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, ha recordado desde la puerta de la finca que la propiedad de la misma ha ido variando al cabo de los años -es lo que el sector inmobiliario llama un activo- y que el ayuntamiento ha tenido que irla a buscar cada vez para que se hiciera responsable de lo que allí sucedía "ante la insensibilidad que han tenido con los vecinos durante todos estos años". "Confiamos en que este desalojo cambie la actitud de la propiedad", ha añadido.

Desalojo en la calle del Príncep de Viana de Barcelona.

Desalojo en la calle del Príncep de Viana de Barcelona. / FERRAN NADEU

La situación de Príncep de Viana, 14, suponía un problema no solo por los incontables problemas de convivencia y el miedo que sentían sus vecinos y las muchas personas que pasan por allí -está justo detrás del Taller de Músics- sino también para las personas que durante estos años han acudido allí a comprar y consumir droga, ya que es el lugar más inseguro para hacerlo, no únicamente por las pésimas condiciones higiénicas. En octubre del año pasado, un ciudadano de 34 años murió allí víctima de una sobredosis. El caso fue especialmente cruel ya que los equipos de emergencia acudieron a reanimarlo, pero no pudieron acceder al edificio porque varios de los moradores se lo impidieron lanzando piedras desde los balcones. Cuando los sanitarios llegaron hasta el hombre fue demasiado tarde.

Funesto historial

Este no es el único suceso en el funesto escenario. En noviembre del 2017 un hombre de 34 años murió apuñalado en uno de los pisos del edificio, acuchillado durante una reyerta que se desencadenó de madrugada entre varios de los ocupantes. Y, en la finca hoy desalojada también se han denunciado abusos sexuales cometidos por parte de algunos de los traficantes. Según el relato de los vecinos, no han sido pocas las consumidoras que acudían a por una dosis que también "se prostituían" para poder comprarlas y vencer el síndrome de abstinencia. Mujeres violadas, ya que no estaban en condiciones de negociar nada.