Efectos de la pandemia en el comercio

El largo 'stand by' del paseo de Gràcia

El eje más cotizado de Barcelona resiste como un gran escaparate pese a la triple ofensiva que suponen la ausencia de turistas, el cierre obligado de los comercios grandes y las limitaciones horarias

La zona nunca había tenido tanta rotación de locales, aunque exhibe más pulmón que cualquier otro eje del centro de la capital catalana

Cartel que anuncia la nueva apertura de Sephora, en el número 37 del paseo de Gràcia.

Cartel que anuncia la nueva apertura de Sephora, en el número 37 del paseo de Gràcia. / ROBERT RAMOS

Patricia Castán

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En una tienda de superlujo del tramo alto del paseo de Gràcia (que no se detalla para evitar tal vez un despido), un vendedor se entretiene con su móvil, apoyado en un mostrador. Es una imagen insólita en establecimientos que, gracias al reclamo internacional de la ciudad, suelen trabajar fluidamente y con una facturación de muchos dígitos. Pero desde hace meses el turismo brilla por su ausencia, y esos otros compradores llegados de media Catalunya que a veces se dan un capricho (en conjunto, un 54% de clientes no locales) también han dejado de venir sea por las restricciones perimetrales contra la pandemia, o por la guerra al coche que ha declarado el ayuntamiento. Tampoco están para muchas alegrías los barceloneses, ni ayudan las restricciones que obligan a cerrar toda tienda no esencial los fines de semana y que mantienen clausuradas a diario las de más de 400 metros cuadros.

Sin embargo, ni con ese preocupante panorama, el paseo de Gràcia vive una situación comparable a las del Gòtic o el Born. “Las grandes marcas dan por descontado el mal momento, pero compensan las grandes pérdidas aquí y en otras ciudades afectadas ahora por el covid-19 con las buenas ventas en Asia y otros puntos. Tienen potencia para aguantar y saben que deben estar en Barcelona”, explica el presidente de la Associació del Passeig de Gràcia, Lluís Sans. Una pequeña rotación comercial es habitual en un paseo donde no todo el mundo puede asumir rentas de infarto, pero estos meses hay claramente más movimiento, como lo indican algunos carteles.

Tiendas de lujo abiertas solo para recoger encargos, al ser de más de 400 metros cuadrados.

Tiendas de lujo abiertas solo para recoger encargos, al ser de más de 400 metros cuadrados. / ROBERT RAMOS

“Hay relevos y más interés desde hace unos tres meses. Nosotros estamos ahora mismo con varias operaciones importantes”, explica Domènec Casellas, socio de Retail de la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield, que enfatiza no obstante que “la tasa de disponibilidad de locales es la más alta que se ha visto nunca”, desde que el paseo es la milla de oro local. Recuerda que desde hace unos 15 años los alquileres se han ido enfilando hasta la ‘champions’ de las calles más cotizadas del mundo, lo que implica que no quedan rentas antiguas ni cómodas. “Los que no tenían pulmón para resistir esta crisis han tenido que salir de la zona”, y uno de los motivos de la lentitud en los relevos es que no hay prisa por instalarse en un paseo a medio gas en tiempos de pandemia, pero también es más complicado para las marcas la logística de una apertura, sobre todo si vienen de países de norte de Europa, donde también todo se ha paralizado, añade.

Cierres y traslados estratégicos

Argumentos que hacen que espacios como el que dejó Lacoste en el número 51 sigan con el cartel de disponible, al igual que el 55 (antes Nespresso, trasladado), el 57 (antes Bimba y Lola), el 29-31 (antes estaba Nike, desplazado ahora su 'superstore' del número 17 que albergó antaño el Banco Popular) o el 13 (antes Lotusse). No significa que no estén ya en plena negociación con un nuevo operador, algunas con gran secretismo hasta su confirmación. Y de hecho, muchas veces no se trata de pinchazos comerciales, sino de aprovechar la ocasión para el movimiento a otros locales más amplios o mejor ubicados, como sucede Tiffany’s, que se muda a un amplio espacio que anteriormente ocupó CaixaBank. O firmas que aprovechan emplazamientos como el que dejó Desigual para desplegarse mejor, como Emporio Armani en ese cotizado número 47, con unos 360 metros cuadrados. En ocasiones, la estrategia es reducir puntos de venta -como el Oysho del 67- tras potenciar la compra online.

El local disponible que dejó Nike en el 29 del paseo, tras mudarse recientemente al número 17.

El local disponible que dejó Nike en el 29 del paseo, tras mudarse recientemente al número 17. / ROBERT RAMOS

La progresiva evolución del paseo hacia la moda, complementos o perfumería, primero devorando bancos y posteriormente restaurantes (inviables con esa carga de alquiler, como los casos de Txapela -en el 58 y con cartel de disponible; Tenorio -que por fin resucitará de la mano de Sephora en el 37-; Samoa -donde Balenciaga ultima la reforma-, o Divinus, baja en el 28) es lo bastante sólida para que su reactivación sea mucho más rápida que la de la Rambla o Barna Centre, por su estratégica ubicación en pleno Eixample como eje de paseo ciudadano, y por su protagonismo como gran escaparate de márketing para toda supermarca que se precie. Sans no sufre en ese sentido, aunque en sus carnes vive estos días un cierre temporal (por dimensiones) que solo le permite tener la persiana a media altura (como Louis Vuitton, Chanel o Gucci, entre otros) para atender recogidas de arreglos o compras a distancia.

El último año ha sido movido en distintos tramos, sobre todo el bajo. La sastrería Señor del número 26 ha dado paso a una galería de arte, y en el 9 aterrizará Lego, explican en la asociación. También han desaparecido del paseo Timberland (en el 64) y la joyería Freywille, entre otros.

La mayoría de novedades del último año son movimientos hacia locales más amplios o mejor ubicados para las marcas, otros no han aguantado la presión de los altísimos alquileres

Desde otra consultora especializada, Ascana, la especialista en locales comerciales María de Marco enfatiza que la fortaleza del paseo de Gràcia reside en la solidez de la mayoría de firmas presentes y la no dependencia del turismo en parte de su oferta. El tráfico de público en la zona se mantiene vivo incluso con las restricciones vigentes. Y recuerda que el sector del lujo, que se despliega en los tramos superiores del eje, "va un poco por libre". Las marcas elitistas pueden esperar con paciencia, en modo de 'stand by', el regreso de la normalidad viajera y de consumo que no ven ya tan lejana, si la vacuna se despliega según las previsiones. De Marco puntualiza que algunas salidas de la primera línea formaban paso de estrategias comerciales previas, como en el caso de Inditex. Y en otros solo se han acelerado despedidas que ya se intuían. Incluso en estas circunstancias, la especialista mantiene que a medio y largo plazo los alquileres seguirán en lo más alto, ya que la mayoría se ha limitado a negociar bonificaciones temporales de unos meses o un año.

En paralelo, el paseo vive el vacío que marcan numerosos hoteles importantes todavía cerrados, desde el Mandarin Oriental al Monument. Solo la actividad de sus restaurantes, en algunos casos, se mantiene viva. Sin embargo, la restauración a pie de calle hace tiempo que representa menos de la décima parte del cotizadísimo vial.

La Rambla Catalunya saca partido a su tirón barcelonés

La actual coyuntura ha hecho que algunos operadores opten por dejar el paseo de Gràcia pero mantengan su presencia céntrica, a unos pasos, en la Rambla de Catalunya. Son los casos de Nespresso, que se ha mudado hace unos meses al 67 de este eje, o de Bimba y Lola y Señor, que pese a dejar el paseo siguen activos en sus otras localizaciones en esta calle paralela.

La Rambla de Catalunya sufrió un fuerte revés tras el confinamiento, sobre todo ante la pérdida de afluencia de público en la zona vinculada con el teletrabajo y la preferencia de muchos barceloneses en ese momento por el comercio de proximidad. Pero tras algunos cierres, su carácter más cercano y con pequeños establecimientos le ha permitido recuperar el tirón local y verse menos afectado que otros ejes por la falta de turistas del último año.

En general, señalan en Ascana, las rentas de locales disponibles no han bajado apenas salvo casos puntuales en que la propiedad necesitara acelerar una operación. Su ubicación, céntrica, pero mucho menos dependiente del público foráneo que Portaferrissa u otros ejes de Ciutat Vella, hacen más fáciles los relevos. Otros operadores han sellado su continuidad con ajustes temporales en los precios de alquiler.

 

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