Sector en jaque

Las nuevas restricciones reducirán la oferta de bares y restaurantes abiertos en Barcelona

Muchos negocios ven inviable organizar horarios para abrir un máximo de 4 horas al día

El colectivo se enfrenta a anulaciones de reservas pese a contar ya con estocs de comida

Empresarios afirman que están teniendo que avanzar dinero a empleados a los que no llega el ERTE

On Barcelona: Receta de las anchoas de la abuela Aurora de Albert Raurich

On Barcelona: Receta de las anchoas de la abuela Aurora de Albert Raurich / Ferran Nadeu

Patricia Castán

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La nueva vuelta de tuerca a las franjas horarias de actividad de la restauración en Catalunya ha sembrado la confusión en muchos bares y restaurantes, que se replantean nuevos cierres puntuales y en muchos casos no decidirán hasta última hora si se mantienen activos a partir de mañana lunes. Los bares contemplan con alarma la obligatoriedad de trabajar solo de 7.30 a 9.30 horas, y de 13.00 a 15.30 horas. Pero peor aún lo tienen los restaurantes, que ven limitada su acción a un solo turno a la hora de la comida, o al servicio para llevar, dejando en mínimos los potenciales ingresos.

Todos hablan de "cierre encubierto", dado que en la práctica la facturación será muy reducida y la organización de las plantillas es muy compleja, ya que no alcanza en algunos casos ni la media jornada laboral. El Gremi de Restauració de Barcelona señala que la situación desde mañana dibuja "condiciones inasumibles". "Imponer abrir y cerrar (en pocas horas) es no conocer el funcionamiento de una empresa ni los hábitos de los clientes", argumenta su director, Roger Pallarols.

La patronal considera que el servicio de comidas solo se puede salvar alargando la limitación al menos hasta las 17.00 horas, al igual que el de desayunos, que precisaría un par de horas más. "La restricción está pensada para provocar el cierre haciendo ver que no es así. Es un insulto para el sector", añade el portavoz, que insiste en que en otras comunidades se ha visto que los datos de la pandemia no dependen de la apertura o no de la hostelería. "En Catalunya hay un acoso irracional al sector", afirma, lamentando que desde el 23 de noviembre no hayan tenido ningún encuentro con miembros del Govern.

Alta cocina en crisis

La situación afecta en especial a los establecimientos de autor, que han puesto a Barcelona en el mapa internacional de la gastronomía, donde las elaboraciones y servicios son largos. Algunos reputados restaurantes están apurando su decisión sobre si levantar o no mañana sus persianas. Otros, han optado por intentar seguir adelante por mantener algún puesto de trabajo. El chef y empresario Fermí Puig cuenta que de momento va a mantener la comidas porque "un poco de vida es mejor que una muerte cierta", pero cree que el horario esté pensado para dificultar a los clientes ir de restaurante. "Son muchos golpes, inasumibles para la mayoría y con ayudas ridículas. Nos han dejado desvalidos", añade.

Nandu Jubany, que no abrió Petit Comité en noviembre a la espera de mejores horarios, pero sí lo hizo el 7 de diciembre, va a mantenerse activo los mediodías, perdiendo la franja de las cenas tempranas. En Lasarte (Martín Berasategui) han suspendido ya las cenas navideñas, pero han decidido mantener su actividad a mediodía. Otros muchos restaurantes multiestrellados, como Moments (Carme Ruscalleda y Raül Balam) mantienen el cierre sin fecha de regreso a la vista.

Albert Raurich (Dos Palillos) considera un "despropósito" la nueva limitación. "Si nos cierran tenemos ayudas de ERTE y Seguridad Social, pero de este modo parece que cerremos voluntariamente y aún es más difícil", razona. Los continuos cambios le han llevado a cancelar dos veces la reapertura de su restaurante de referencia, "con la nevera llena y todo preparado", se queja. Mantendrá operativo el Dos Pebrots pero alerta de la extrema dificultad de sobrevivir con un aforo al 30% y un solo turno de comidas. "Hasta ahora doblaba turno a mediodía, ahora solo podré atender a 20 personas y el 'take away'" alerta, tras meses acumulando importantes pérdidas.

Desayunos imposibles

Los negocios consolidados en los barrios tampoco ven cómo salvar su continuidad. En Casa Trampa, en Vallvidrera, van a eliminar el servicio de desayunos porque son muchos los clientes que acuden después de las 10.00 horas en especial los fines de semana. A día de hoy (domingo) todavía tenían dudas sobre la viabilidad de las comidas tan reducidas. En algunos bares apuntan que el horario deja fuera de juego a los clientes que entran a trabajar muy pronto y no tendrán acceso ni a tomar un café.

Diversos empresarios relatan también que el problema laboral es especialmente grave, porque la parte de sus plantillas que sigue en ERTE no está percibiendo ese ingreso todos los meses. Muchos no han cobrado el de noviembre y son los empresarios los que están avanzándoles algo de dinero para poder subsistir, llevando su situación financiera al límite.

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