Barcelona confía en el fondo de recuperación postCovid para reorientar la ciudad

Ante un auditorio de representantes de entidades, del sector empresarial, de los agentes sociales en general, la alcaldesa, Ada Colau, ha sostenido este martes que el reto es “construir la Barcelona del futuro, sostenible, socialmente justa, abierta, inclusiva, que tiene claro que la educación y la cultura son pilares”. Y ha remachado: “Y eso solo lo haremos juntos”. Colau se ha pronunciado en estos términos en un acto en el que las partes citadas han presentado los ejes en los que quieren concentrar las ayudas que la capital catalana recibirá del fondo de recuperación aprobado por la UE.  “Haremos todo lo que esté en nuestros manos para aprovechar esta oportunidad”, ha recalcado Colau.

Las incógnitas sobre esta cuestión son por ahora considerables. La principal es que Barcelona no sabe todavía cuánto recibirá. La inversión aprobada por la UE para la recuperación de los efectos de la crisis del Covid-19, el Fondo de recuperación Next Generation EU, asciende a 750.000 millones de euros, de los cuales 140.000 millones serán para Espanya. A su vez, de la cantidad que recibirá España un 52% serán subvenciones y el resto, préstamo. Y de todo ello, las comunidades autónomas y las ciudades se llevarán una parte. Los estados miembros de la UE deben presentar antes del 30 de abril de 2021 sus planes de recuperación, y comunidades autónomas y ciudades deben incluir sus proyectos en esa lista. El fondo se ejecutará entre 2021 y 2023, con una ejecución del 70% del presupuesto entre 2021 y 2022.

Colau ha citado algunos de los grandes proyectos en curso que podrían beneficiarse del fondo: la prolongación del tranvía, el desarrollo del 22@, el pla del Besòs, Rodalies. Pero también los privados pueden proponer sus proyectos para Barcelona. Los ejes elegidos como marcos sectoriales de esas propuestas son siete: alternativa económica, rehabilitación, transición digital, movilidad sostenible, impulso social, innovación y recuperación de la naturaleza.

Nuevo polo de actividad económica

La primera es una de las áreas que más debate suscita últimamente: ante el vacío que ha dejado en la ciudad el turismo durante la pandemia, ¿cómo encontrar una alternativa a ese monocultivo que tanto ha dañado algunas zona del centro? El eje parte de la posibilidad de diversificar la economía “abriendo el turismo a nuevas dimensiones”, según un comunicado del consistorio, impulsando el comercio de proximidad, apostando por otros sectores, como el biosanitario, el agroalimentario y el logístico.

El segundo eje, el de la rehabilitación y regeneración urbana, defiende un plan de rehabilitación energética de los edificios, para reactivar la economía, con el fin de reorientar el sector de la construcción y sumar más vivienda al parque de alquiler asequible. La transición digital es el tercer eje y concentra aspectos relevantes como el desarrollo de la red 5G y el objetivo de reforzar un sector “en crecimiento” en la ciudad.

Movilidad sostenible

El cuarto eje es uno de los que se ha demostrado más relevante para el gobierno de Barcelona en Comú y el PSC, la movilidad sostenible. En este apartado cabrían proyectos vinculados con el transporte público, como la propia ampliación del tranvía y a la apuesta por extender el modelo de la supermanzana. El quinto eje es el impulso de infraestructuras sanitarias y sociales, y en él se encuadra la mejora de los equipamientos existentes, de la reforma de sedes a la digitalización de los recursos sanitarios.

Innovación

En el sexto eje, Barcelona, capital de la innovación y el conocimiento caben proyectos para la consolidación del “ecosistema de investigación”, con participación de las universidades, centros de investigación, empresas locales e internacionales. El séptimo y último es el plan de recuperación de la naturaleza en Barcelona, en el que se destaca como objetivo una “especial atención al entorno del Besòs”.