entrevista

Núria Marín: «La recuperación esta vez será más rápida»

La alcaldesa de la segunda población de Catalunya presenta un pacto de ciudad para afrontar los efectos de la pandemia

Núria Marín: «La recuperación esta vez será más rápida»

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José C. Sorribes

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La segunda población de Catalunya presenta este lunes un pacto de ciudad para afrontar los efectos de la pandemia. Su alcaldesa, Núria Marín, pilota un acuerdo entre todos los grupos municipales, agentes sociales y entidades vecinales con el gran objetivo de restañar hasta el 2023, hasta el final de su mandato, las graves heridas que ha dejado y deja el covid-19.

Señora Marín, si viéramos dos fotos teóricas de su ciudad una de hace nueve meses y otra actual, ¿qué diferencias podríamos apreciar? Probablemente no veríamos un cambio radical, pero lo que no saldría en la foto sí ha cambiado. Muchas personas han perdido su trabajo o están en casa por un erte. Este es el principal cambio, no solo de L’Hospitalet, sino de todo el país e incluso de Europa. Más allá del miedo que tenemos antes esta emergencia sanitaria, se ha generado una inseguridad tremenda.

¿La economía ocupa , por lo tanto, el lugar más alto entre las prioridades? Muy alto. Lógicamente el principal enemigo es el virus y la emergencia es sanitaria. Nueve meses después conocemos un poco más cómo podemos protegernos individual y colectivamente. Bajo una perspectiva en positivo, el horizonte de la vacuna nos lleva a poder hablar a corto y medio plazo. El quid de la cuestión es saber trabajar de forma conjunta para explorar los mecanismos para una recuperacion lo más rápida posible.

¿Es una crisis comparable a la del año 2008? En mi opinión, no. Aquella fue económica y tuvo lógicamente un impacto social. Las fórmulas de salida pasaron por la austeridad. Fue un error porque provocó que no todo el mundo avanzara a la misma velocidad en una crisis muy dura y larga. Ahora nadie veía venir algo así y no había experiencia de cómo abordar una situación como esta.

"La austeridad trajo una crisis larga y  dura. El horizonte de la vacuna nos lleva a poder hablar a corto y medio plazo»

¿Pronostica que podremos salir antes de una encrucijada tan dura como la que vivimos? Creo que sí, sinceramente. Esta será una recuperación más rápida. Antes de la pandemia, la economía ya había cogido ritmo, algo que en nuestra ciudad también tenía una repercusión positiva. El golpe ha impactado de forma muy negativa, pero también estoy convencida de que no se alargará mucho tiempo porque la vacunación marcará, en primer lugar, una recuperación desde el punto de vista de la salud. A la que seguirán la económica y social si todos aportamos los recursos necesarios. Creo que se está haciendo un esfuerzo desde el mundo local, de las comunidades y del Estado. Y los fondos europeos nos deben permitir, sobre todo, coger velocidad en la recuperación.

En esa línea se enmarca el pacto de ciudad que presenta.  No sé si ha de atribuir a alguien en especial. Pero en el mes de abril, justo después de unas primeras semanas de confinamiento, ya planteé en un pleno, el primero de forma telemática, la necesidad de hacer lo que siempre hemos hecho en esta ciudad. Delante de una situación de crisis, debíamos trabajar todos juntos.

¿Existían precedentes de algo similar en L’Hospitalet? Esta es una ciudad que nunca lo ha tenido fácil. No olvidemos que creció durante el franquismo por la especulación y estaba entonces abocada a ser un suburbio de Barcelona. Gracias al trabajo de todos, del ayuntamiento como piloto del cambio, pero acompañado desde un punto de vista político y también por sus entidades y ciudadanía, ha conseguido darle la vuelta a esa situación. Cuando se habla de la 'smart city', yo prefiero hacerlo de la 'smart social city', una ciudad que quiere aprovechar su talento colectivo.

¿Cómo se gestó el pacto de ciudad? El gobierno municipal impulsó, lógicamente, la idea. Hice una oferta a todos los grupos municipales sobre todas las propuestas que entendíamos que eran necesarias para que la segunda ciudad de Catalunya recuperara el pulso. Porque la dinámica de trabajar unidos siempre multiplica el beneficio. Fue de salida una propuesta poco reflexionada, pero pronto la empezamos a trabajar de forma muy amplia:con agentes sociales como los  sindicatos y empresarios, y otras entidades de la ciudad.

"Ante esta situación debíamos trabajar  todos juntos en el pacto de ciudad, algo que multiplica el beneficio» 

¿Se convirtió así en un gran proceso participativo? Sí a nivel de ciudad. Ya en el 2008, cuando llegué a la alcaldía, aprovechamos la crisis para repensar L’Hospitalet con un proceso en el que participaron  más de 6.000 personas para definir nuestro futuro. Fue un proyecto para marcar qué sectores queríamos priorizar: la cultura con la idea del distrito cultural, el sector biomédico, el del deporte… Todo con su vertiente económica. Venimos de una filosofía de pacto. Es evidente que hay formas distintas de ver la ciudad, pero no impide que pueda existir en los temas importantes.

Fueron más de 800 propuestas concretadas al final en 122 medidas. ¿De dónde vendrán los recursos para un plan de tanta envergadura? Del propio ayuntamiento. De momento, contamos con lo que tenemos, haremos sí o sí lo que nos hemos comprometido con recursos propios. Somos muy realistas, no estamos incorporando recursos que, de momento, no están asegurados. Si llegan fondos europeos iremos más rápido, también si llega ese fondo extraordinario del Estado de 3.000 millones que pueda aterrizar en los municipios, la diputación también acaba de aprobar su presupuesto… Y estamos dispuestos a aumentar nuestra deuda, que tiene un nivel bajo, y nos lo permite si es necesario. 

Donde no hubo tanto consenso fue en el Plan Director Urbanístico (PDU) Granvia que acaba de recibir dos sentencias contrarias del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. Este es un proyecto que no ha tenido todo el consenso local político, pero en cuanto a entidades, aparte de alguna puntual, las que han defendido la ciudad durante 40 años de democracia no han ido en contra. Las  sentencias no entran a valorarlo ni a cuestionarlo, sino que vienen a decir que el órgano competente para su aprobación era el Área Metropolitana y no el Govern.

¿Cómo queda ahora con el evidente retraso que se provoca? Sin valorar el tema jurídico, que no me corresponde, creo que es un error porque necesitamos proyectos de recuperación económica como este con la creación de 20.000 puestos de trabajo, de generación de oportunidades, de poner en valor el sector biomédico como lo hacemos con un clúster de primer nivel... Es una lástima perder un tiempo tan valioso para un plan que fortalece la colaboración público-privada en un espacio estratégico, al lado del aeropuerto, en el centro del área metropolitana. Es un proyecto emblemático, de país por su dimensión. No me resigno como alcaldesa.

La pasada semana se anunció su comparecencia en una comisión del Parlament por el caso de presunta corrupción que afecta al Consell Esport de la ciudad. Estoy dispuesta a colaborar con quien sea y las veces que haga falta. Todos los recursos públicos que se han trasladado al Consell Esportiu, que es una entidad al margen del ayuntamiento, están perfectamente justificados como dicen las auditorías y la intervención general de este ayuntamiento, que revisa todas nuestras subvenciones. Que son muchas porque trabajamos en la ciudad con esta fórmula colaborativa. 

¿Cree que una situación tan límite como la pandemia hace casi obligatorio la búsqueda del  consenso en todos los niveles de la gestión política? Más que obligatorio, creo que es recomendable. Hay que ser realistas porque no siempre se encuentra la fórmula del consenso. Pero el problema es tan grave y estamos en una situación tan compleja que hemos de intentar sumar. La fórmula del pacto, del acuerdo, resulta imprescindible a nivel institucional. Quiero poner en ese sentido el ejemplo de la diputación [de la que Núria Marín es su presidenta]. Que cinco grupos políticos hayan apoyado el  presupuesto y dos se hayan abstenido  es una manera de hacer muy aconsejable. Porque es el momento de trabajar todos juntos.

Resolver la ecuación economía-salud ha sido y es el gran tema de debate. Es muy complicado, seguro. Quien ha de marcar las prioridades es la emergencia sanitaria. Hemos de confiar en los técnicos, en los profesionales y poner sentido común en el día a día. La salud es el objetivo principal, pero la economia debe convivir razonablemente con esta idea. A la emergencia sanitaria le han seguido la económica y la social. Yese es el principal reto, cómo seremos capaces de reactivarnos.

"La crisis pide un Govern, y no dos. Hemos visto mensajes contradictorios entre ‘conselleries’ y necesitamos ideas muy claras»

En esta encrucijada se cuestiona que haya mensajes divergentes, cuando no contradictorios, de algunas instancias de la administración como ha sucedido con el Govern de la Generalita. ¿Coincide con la valoración?  Los ciudadanos estamos bastante despistados. Es cierto que no resulta fácil y yo no tengo la solución, pero ante esta crisis el país necesita un Govern firme, no dos, con ideas claras y un mensaje único. Muchas  veces hemos visto un Govern dubitativo, con mensajes contradictorios entre sus conselleries. Necesitamos ideas muy claras y mucha transparencia. Pienso también que la política comunicativa no ha sido la más adecuada.

¿En qué sentido? Pondré  otro ejemplo. Cuando tuvimos un rebrote en julio [con el foco en el barrio de Collblanc-Torrassa] lo primero que hicimos fue una rueda de prensa en la que pedí a los medios de comunicación que nos ayudaran en la labor de concienciación de que estábamos en una situación grave y lo importante que eran la mascarilla, la distancia social y la higiene. Y eso que entonces no era obligatorio el uso de mascarilla en la calle y acabábamos de salir del confinamiento. 

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