"Barcelona no puede ser el desagüe de los destinos que no querían ese tipo de turismo"

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Patricia Castán

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Más de 300 hoteles cerrados a cal y canto (incluso tapiados) en la misma Barcelona que hace un año alojó a nueve millones de turistas solo en esas camas, retratan los efectos «catastróficos» de la pandemia en el sector. Peor aún, si se tiene en cuenta que los 118 abiertos están prácticamente vacíos. Nada que ver con el panorama que se encontró a su llegada al cargo, hace más de un año, el nuevo presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, Jordi Mestre. En unos meses ha tenido que reordenar todos los retos de la hotelería local, que ha pasado de la sobredosis de éxito a la amenaza de quiebra. Pero en medio de la crisis, el empresario ve también una oportunidad de «mejorar» y borrar la «política errática» que condujo a que Barcelona ejerciera, en su opinión «un poco de desagüe de todos los destinos que no querían ese tipo de turismo».  No quiere que vuelva a serlo.

Desde el foro de debate Primera Plan@ de EL PERIÓDICO, asegura vía telemática que los hoteles de la ciudad están listos para la reapertura, en cuanto a instalaciones y a la formación de su personal. No obstante, el incierto calendario de la crisis sanitaria mantiene al sector aterrado y en vilo. «No vemos la salida del túnel, porque dependemos de la demanda, básicamente internacional y las perspectivas son aún muy malas», mantiene, desde su despacho.

"Esta crisis ha demostrado  que aunque muchos no lo quieran ver, el turismo favorece a toda la ciudad"»

Jordi Mestre

— Presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona

En el coloquio 'El reto de la supervivencia y la recuperación de los hoteles de Barcelona', Mestre es crítico en pasado y presente. Primero, por las políticas locales sobre turismo y hotelería de los últimos años. «Ha mejorado algo con el PSC (en el equipo de gobierno)», matiza, pero ahora es momento resetear y buscar expresamente al «viajero de negocios, cultural, gastronómico o deportivo», entre otros, «porque si no vendrá lo que otros no quieren». Y en este sentido, alude tanto al turismo de borrachera como a fenómenos que van del 'top manta' a la ocupación o el tráfico de drogas, enumera.

Mestre, que también preside Selenta Group, confía en que las campañas que prepara Turismo de Barcelona, como avanzó este diario el pasado día 11 de noviembre, potencien ese avance a la «calidad», «no solo en términos económicos sino de civismo» o de intereses del visitante.

Pero también arremete a día de hoy, como otras patronales, contra la política de ayudas de las administraciones. «Esperábamos más, además de créditos ICO, ertes o prórrogas de pago», en especial en cuanto a impuestos, ya que muchos hoteles «han ingresado cero euros en ocho meses», insiste, antes de los sucesivos confinamiento, restricciones, cierre de fronteras o cerrojazos de la hostelería y los municipios los fines de semana.

Un hotel es un hotel

El presidente de la patronal de Barcelona alaba el esfuerzo de los establecimientos abiertos al volcarse alternativas al desierto turístico, como promociones y reclamos para el cliente local, o reformularse temporalmente como 'colivings' y 'coworkings'. Pero asume que los hoteles están diseñados como alojamiento y que el resto de recursos no son suficientes.

"Esperamos que haya un punto de inflexión rápido, si no habrá muchos cierres, de hoteles y otros negocios"

Haciendo balance de la parálisis que ha vivido la actividad que representa, reflexiona: «Si algo positivo hay que sacar de esta situación catastrófica es que por fin todo el mundo se ha dado cuenta de la importancia del turismo». El hotelero rememora la anterior crisis del 2009, que «no fue tan grave para Barcelona porque tenía turismo» (internacional). Recuperarlo será ahora cuestión de confianza, para lo que reclama un corredor seguro con un test de antígenos para los viajeros. «Si se hizo en Canarias se puede hacer aquí», remata. Salvo que la vacuna esté lo bastante extendida cuando se retomen las conexiones aéreas con otros países afectados.

El horizonte, al que no se atreve a poner fechas, está avalado por la «reputación y prestigio de Barcelona». «El turismo de negocios y ocio vino para quedarse», mantiene, desde el ligero consuelo de que la situación que vive la ciudad es comparable a la de muchos grandes destinos europeos. «Es importante hacer los deberes para estar preparados», lo que traduce en «trabajar por el turismo que todos queremos».

¿Hay riesgo de que algunos establecimientos tengan que apearse por el camino? «Esperamos que haya un punto de inflexión rápido, porque si nohabrá muchos cierres» de hoteles y otros negocios, afirma, aludiendo a una estimación de una posible pérdida del 30% de negocios (de todo tipo) en la ciudad.  

"¿Por qué hay que tener complejos por ser turísticos? Es una fuente de riqueza. ¡Que ganen dinero en sus países y lo vengan a gastar aquí!"a

Surge la inevitable comparativa con Madrid, donde no se han dejado de abrir hoteles mientras en Barcelona se echaba el cerrojo para frenar una posible saturación. Lo atribuye «tanto la administración local como autonómica y a la política fiscal» de la capital, convertida en «competidor serio», al que solo le falta el mar, bromea. Menciona al Four Seasons, vetado en Barcelona y al que Madrid dio tantas «facilidades».

Tras el covid-19

En este sentido, cuando la situació mejore, tocará hablar de las modificaciones del PEUAT. «Lo bueno es que el ayuntamiento se lo plantee», porque «es una contradicción que al reformar un hotel haya que renunciar al 20% de plazas. Somos los primeros interesados en poner al día las instalaciones y optar al cliente de calidad». 

Como despedida, Mestre dispara contra la tesis de que «hay que dejar de ser turísticos y ser industriales o apostar por la digitalización». El presidente del gremio aplaude mejorar el PIB en esos ámbitos, pero sin «dejar caer el del turismo». «España y Francia son punteras a nivel mundial. Es nuestra fuente de riqueza principal», clama. «¿Por qué tenemos ahora complejos de ser turísticos?». Dice compartir con el sector la idea de que si no hay petróleo pero sí otros atributos (cita el clima, la cultura, la gastronomía o el ocio), lo mejor es hacerlo bien y sacarles partido. «Que vengan a gastar  dinero aquí», receta. 

Solo 118 hoteles se mantienen abiertos en BCN

 El balance que semanalmente realiza el Gremi d’Hotels de Barcelona retrata el efecto de las retricciones vigentes hasta ahora. Solo 118 hoteles (un 26,94% del total, este viernes) se mantienen abiertos tras casi una veintena de nuevos cierres temporales desde octubre. Desde que acabó el confinamiento, han llegado a reabrir 160, pero muchos se han rendido ante la ausencia de viajeros y las limitaciones de la movilidad los fines de semana. Según las previsiones de la patronal, solo uno tiene previsto reabrir este mes, y una quincena podrían hacerlo en diciembre, aunque muchos lo deciden sobre la marcha. 

La ocupación media ha bajado en las últimas semanas hasta el 5%, lo que lleva a muchos establecimientos a intentar mantenerse activos con alternativas al alojamiento tradicional. Como informó EL PERIÓDICO el pasado octubre, cada vez más ofrecen opciones de alojamiento de larga duración (alternativo a compartir piso) a precios especiales, y opción de utiliar como oficina (’coworking’) en sus zonas comunes o sus habitaciones (según restricciones). También se promueven las cenas con alojamiento a precios de chollo o incluso las estancias por horas. 

Ayudas que no llegan sobre impuestos y alquileres

La restauración y el ocio han protagonizado muchas movilizaciones en las últimas semanas, mientras que el sector hotelero ha reivindicado más discretamente ayudas urgentes que no llegan. La patronal afirma que deben ser contundentes y equiparables a la afectación por las restricciones. En materia de alquileres, ven «insuficientes» los pasos dados, que no dan soluciones a los establecimientos cerrados ni a los que malviven. Piden bonificaciones para todos los afectados por las medidas preventivas. En concreto, en base al decreto ley 34/2020, reclaman la aplicación de una bonificación del 50% sobre la renta de alquiler de los hoteles cerrados, y otro tanto para los abiertos en base a las habitaciones y servicios que no esten ocupados o en funcionamiento. En cuanto a impuestos y tasas, solicitan la rebaja del IBI tanto a nivel estatal como municipal. Específicamente, la exoneración del 50% y el aplazamiento del resto fraccionado y a pagar a partir del 2023, en cuatro años. En lo referente al IAE y tasas municipales como basuras, terrazas o vados, piden la exoneración del  100% desde marzo del 2020 y por todo el tiempo afectadohasta volver a la estabilidad.

Mantener la lucha contra el alojamiento ilegal

Los hoteleros llevan años atacando al alojamiento ilegal de la ciudad, al que responsabilizan de problemas de convivencia y también de la degradación de una parte del turismo que viene solo motivada por precios baratos y juergas. En este sentido, se congratulan de que ahora Airbnb considere la creciente presión regulatoria ejercida desde Barcelona, Ámsterdam o Londres como un factor de riesgo para su salida a bolsa. Pese a los muchos desencuentros entre el gremio y el ayuntamiento de Colau, el sector aplaude la batalla de Barcelona como ejemplo internacional de lucha contra los pisos turísticos ilegales. La propia teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, considera que «las mafias han encontrado espacio en estas plataformas», que tienen bajo la lupa. La patronal también es crítica con la nueva regulación de las habitaciones turísticas por días en pisos particulares (hogares compartidos), que creen que será un coladero para el fraude. La pandemia ha paralizado muchos frentes a falta de turistas, pero Mestre asegura que en cuanto la situación mejore insistirán en la modificación pendiente del plan especial urbanístico de alojamiento turístico.