CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE

El Govern aporta a Collserola solo el 10% de lo prometido

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Carlos Márquez Daniel

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Empezó a fraguarse casi 10 años antes, pero no fue hasta el 2010 que la Generalitat dio el paso definitivo para que Collserola fuera declarada parque natural. El más peculiar de Catalunya, sin duda, con sus dos funiculares, su parque de atracciones centenario, su autopista, su torre olímpica y las cinco millones de visitas anuales. Aquel paso dotaba de mayor protección al pulmón del área metropolitana, y debía venir acompañado de una generosa inyección económica que permitiera precisamente muscular el buen gobierno y mantenimiento de estas 8.295 hectáreas con nueve municipios en su regazo. El Govern prometía incrementar un tercio el presupuesto. Unos dos millones y medio al año, aproximadamente. Las memorias anuales permiten pasar el algodón a ese anuncio, y resulta que el total aportado en 10 años no alcanza el 10% de lo prometido.

La cosa empezó como suelen hacerlo las noticias frescas de la cosa pública; con optimismo y grandes pespectivas. Salvador Milà, 'conseller' de Medi Ambient i Habitatge (cartera que en el 2010 quedó incorporada dentro de Territori i Sostenibilitat), presentó en febrero del 2005 una ambiciosa hoja de ruta que debía desembocar en la declaración de parque natural. A principios de siglo, la recién creada Plataforma Civica para la Defensa de Collserola ya solicitó ese nivel de protección. El Plan General Metropolitano de 1976 lo definió como parque forestal, y en 1987 se redactó un plan de ordenación básicamente urbanística. El 19 de octubre del 2010, tras mucho estira y afloja sobre qué terrenos debían incluirse, el 'conseller' Francesc Baltasar, sucesor de Milà, ofrecía una rueda de prensa en la que confirmaba la entrada del Govern en la gestión y, por ende, la incorporación de Collserola en la red catalana de parques naturales. 

Todo aquello, como es obvio, debía venir acompañado de un buen dinero. La idea, tal y como avanzó el propio Baltasar, es que la Generalitat aportara lo mismo que ya invertían cada año el Área Metropolitana de Barcelona y la Diputación de Barcelona, unos dos millones y medio anuales. Eso le daría poder de decisión y un sillón de piel en la mesa redonda. La realidad, sin embargo, y tal y como recogen las memorias anuales del pulmón barcelonés, ha sido muy distinta. En el 2010, la inversión fue de 385.000 euros. Al año siguiente se tocó techo con 717.000 euros, cifra prometida por el propio 'conseller' durante aquella rueda de prensa. Del 2012 al 2016, ya con Artur Mas como 'president' y en plena era de recortes para intentar paliar la crisis económica, se bajó a 100.000 euros anuales, siempre según la propia documentación del parque. En los últimos cuatro años la partida ha sido de 140.000 euros. En total, y en toda la década, algo menos de 2,2 millones de euros, cuando deberían haber sido, según lo prometido inicialmente, cerca de 24 millones. 

Deporte político

Sorprende que la cifra está tan alejada de lo prometido. Pero también llama poderosamente la atención que el resto de entes públicos implicados, amén de los ayuntamientos del entorno, no hayan puesto el grito en el cielo, ese deporte tan contemporáneo de lanzamiento de trapos sucios entre partidos políticos. Consultado por este diario el Departament de Territori i Sostenibilitat, ahora bajo la batuta de Damià Calvet, admite que la financiación de las políticas de naturaleza ha sido "insuficiente". "Con los recortes del 2011, el presupuesto destinado a parques cayó un 60%", afina un portavoz de la 'conselleria'.

El Govern admite que se ha centrado más en los parques naturales en los que no hay participación de otra administración

El Govern asegura que, precisamente porque Collserola dispone de otras Administraciones "muy potentes", se han "priorizado las aportaciones" a aquellos parques que dependen completamente de las arcas de la Generalitat. Para solucionar esta situación, prosigue la misma voz, se ha creado el fondo del patrimonio natural, que debe alimentare "con el 50% del futuro impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica que está previsto que empiece a aplicarse el año que viene". No será la primera vez que los parques consiguen financiación indirecta. En julio del 2012, empezaron a cobrar por servicios como el aparcamiento o el rodaje de un anuncio o una película. La orden, aprobada por el Consell de Govern de ese año, establecía que el precio de la realización de sesiones fotográficas con finalidad comercial sería de 526 euros por un día, más otros 197 en el caso de que fuera necesario contratar a un guía.

Una experto que conoce bien el parque y sus necesidades aporta algo de luz sobre qué se podría haber hecho en Collserola con la inversión prometida por el Govern: "Mucha más política de gestión forestal y mantenimiento del parque, además de reformar masías que forman parte del patrimonio histórico, disponer de un fondo de contingencia para imprevistos e incluso ejecutar la conexión del paseo de las Aigües por encima de la Arrabassada". Ese último proyecto, sin embargo, debería asumirlo el Ayuntamiento de Barcelona y lleva parado desde los tiempos del alcalde Xavier Trias, cuando se presupuestó por 1,9 millones de euros. La limpieza del bosque es especialmente relevante para evitar incendios forestales. El temporal Gloria y las tormentas de abril, como sucedió tras la nevada de principios de marzo del 2010, han dejado un paisaje desolador en muchos puntos recónditos del parque. 

Red Natura 2000

Josep Maria Carrera, vocal de la junta de la asociación ecologista Depana, sotiene que toda esa masa forestal acumulada "es un auténtico polvorín que podría originar un desastre". La dejadez en Collserola, sostiene, son chucherías si se compara con el resto de entornos naturales protegidos de Catalunya. Según Depana, el 30% del territorio catalán está integrado en la red Natura 2000. Pero si se echa un ojo a los presupuestos de la Generalitat, solo el 0,045% está destinado a la conservación del medio ambiente y la biodiversidad. "Creo que es un porcentaje que se explica por sí solo. Y Collserola tiene la suerte de tener otras administraciones que pagan. El resto no tienen tanta fortuna". 

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