ORDEN DE CESE DE ACTIVIDAD

BCN ordena el cierre del local del Casal Tres Lliris, en Gràcia

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Toni Sust

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El Ayuntamiento de Barcelona ha dictado una orden de cierre de actividad del casal popular Tres Lliris, con sede en los bajos del número 17 de la calle de Nil Fabra, en Gràcia. Se trata de las dependencias de la antigua comisaría de policía del barrio, que el colectivo juvenil ocupó en noviembre del 2015 y que el consistorio les prestó con unas condiciones determinadas. 

Se cerró un convenio con la Associació Joves de Gràcia en el 2017 que, entre otros aspectos, fijaba que la actividad incluyera “un retorno social al barrio”, que se garantizara la convivencia vecinal y que el grupo solicitara una licencia de actividad para legalizar su situación. La decisión de dictar un cese de actividad llega después de que los vecinos, dicen, presentarán denuncias por las molestias, esencialmente en forma de ruido, que dicen haber sufrido. El consistorio afirma que los miembros del Tres Lliris se negaron a solicitar la licencia. Si no hay recurso contra la decisión en un mes, se podría dictar el precinto del local.

El consistorio cedió el espacio al colectivo, mediante un convenio, después de que lo ocupara a finales del 2015

Quejas a la síndica

Según la versión municipal, el casal originó “un número elevado” de quejas vecinales. Por lo menos 40 llamadas a la Guardia Urbana por incidentes en el espacio público. También protestas ante el Síndic de Greuges y al Síndica de Barcelona.  Desde que empezó el confinamiento por la crisis del covid-19 se registraron otras 43 llamadas y la Guardia Urbana ha hecho siete denuncias por incumplimiento de las restricciones sanitarias.

Un recuento de actuaciones que colisiona con otra denuncia de los vecinos: afirman que el ayuntamiento ha ignorado sus quejas durante años. Que a menudo las llamadas a la Guardia Urbana eran ignoradas. Que en algunas de las fiestas en el espacio público, el casal contó con material aparentemente del consistorio: lavabos portátiles y similares, por lo que algunos vecinos entendieron que contaban con el beneplácito del distrito de Gràcia.

Denuncia a fiscalía

En julio pasado, un grupo de vecinos denunció la situación a la Fiscalía de Barcelona. En septiembre, esta remitió al distrito un requerimiento para que entregara documentación vinculada con denuncias por ruido y por la falta de licencia de actividades. Según los vecinos, la denuncia a fiscalía fue decisiva para que se haya llegado al actual desenlace. Y también sostienen que el distrito cambió de actitud en octubre. Según algunos vecinos, las molestias han sido constantes, desde principios del 2016. “Hacían ruido, bebían en la calle, meaban en la calle. Hay una enredadera que no ha crecido más de tanto que han meado encima”, relata una vecina. 

Fuentes del Casal Popular Tres Lliris aseguraron este viernes que no tienen ninguna intención de abandonar el local de Nil Fabra y que convocarán un acto de protesta el domingo a las 19.00 contra la decisión del ayuntamiento. Y afirmaron que no son culpables del ruido que se haga en la calle.

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