ESTUDIO DEL RACC

La caída de la movilidad salva a Barcelona de una contaminación récord

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Carlos Márquez Daniel

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Resulta curioso comprobar cómo en el momento en el que el porcentaje de ciudadanos que apuestan por el coche es mayor, menor es la contaminación. No hay una apuesta masiva por modelos eléctricos que, todo sea dicho de paso, con la rodadura del neumático también ensucian lo suyo. Lo que sucede es que la crisis, como suelen ser todos los tiempos convulsos, lo ha removido todo. También la movilidad, por supuesto. Ahora hay un 25% menos de desplazamientos que antes del covid, el transporte público no se sacude el infundado sello de foco de contagio y el 19% de los que tienen la suerte de tener un empleo trabajan desde casa. Resultado: uno de cada tres barceloneses ha cambiado su manera de ir de un lado a otro y se impone la opción individual, sobre todo el automóvil. 

Todos estos datos forman parte de un estudio que el RACC ha presentado este jueves de la mano de su presidente, Josep Mateu, y el director de la fundación de la entidad, Lluís Puerto. La radiografía permite confirmar muchas sospechas. Lo bueno de ponerle cifras a los dimes y diretes -siempre habrá quien no se fíe de la autoría y de las conclusiones- es que los implicados, desde el ciudadano hasta el último responsable de la cosa pública, conocen mejor el tablero, entienden mejor qué ficha son y pueden hacerse una idea de cómo avanzará la partida. Y no solo a nivel local, en los 100 kilómetros cuadrados del término municipal. También desde el punto de vista metropolitano. O sea, que si esto es un Risk, imaginen un mapa con las 36 localidades del área metropolitana.

Cifras para pensar

El asunto de la distancia ha calado también en la manera de movernos. Por eso los transportes individuales, como ir a pie, en bici o en coche (aunque tenga 5 plazas sigue llevando una media de 1,16 pasajeros) son los que más incremento han experimentado. Lo del automóvil es especialmente llamativo, pues si antes se ponían al volante el 24%, ahora son casi el doble, el 47%. Eso en el caso de los desplazamientos internos. El análisis de los que entran de fuera arroja también porcentajes inquietantes: del 27% al 52%. Eso mismo, aplicado al peatón que camina por la ciudad, pasa del 24% al 34%. Y la bici, del 7% al 8%.

Todo eso sale del bus y el metro. El subterráneo se deja con el covid 15 puntos porcentuales (del 42% al 27%) y el bus pierde algo menos (del 32% al 24%) quizás porque al ser exterior y con ventanas abiertas no hay tanta sensación de agobio. Llama la atención la fidelidad de la moto, que se mantiene casi imperturbable, subiendo del 15% al 16%. Son, quizás, los actores de la movilidad que más convencidos están de su opción. Eso, a pesar de ser las principales víctimas de accidente de tráfico.

Manto de polución

Toda esta situación ha generado una reducción del número de desplazamientos diarios cercana al 25% (1,13 millones de movimientos menos, no confundir con personas, puesto que un mismo ciudadano realiza distintos tránsitos al día). Es decir, no solo hay un cambio de hábitos, sino que también se ha producido una reducción general de la movilidad. De no tener lo segundo, Barcelona, con esos porcentajes de tipo de transporte, estaría ahora mismo bajo un manto de polución sin parangón. Sucede, de hecho, y gracias a que estamos más en casa, lo contrario. La presencia de dióxido de nitrógeno (NO2) ha bajado de manera significativa desde marzo, con una caída del 21,5% dentro de la zona de bajas emisiones, mientras que las partículas PM10 han caído un 14,5% en el mismo ámbito geográfico delimitado por las rondas de Dalt y Litoral.

El RACC también ha revisado el urbanismo táctico instalado en calles del Eixample. La cosa no ha ido bien, según el automóvil club. Solo la acera ganada en el asfalto en la calle de Girona presenta una entrada aceptable, con un 47,8% del total de peatones que pasan por esta vía. En el resto, porcentajes prácticamente residuales, según las observaciones realizadas por el RACC: Gran Via (4,1%), Rocafort (16,1%), Consell de Cent (13,3%) y Via Laietana (ojo con el dato, 0,5%).

Queremos cambiar

El estudio incluye una encuesta a 1.600 residentes del área metropolitana que arroja buenas noticias para la movilidad sostenible. Aunque las cifras actuales dicen que el coche está al 85% de sus cifras del 2019 mientras que el transporte público no llega al 60%, al ser cuestionados sobre su voluntad de cambio de medio de transporte, el 25% dice que le gustaría ir andando y el 24% se inclinaría por la bici propia (curioso, ese es el porcentaje de ciclistas de Barcelona a los que se les han robado la bici). En tercera posición está el coche, con un 19%. En la casilla de los ciudadanos metropolitanos, sin embargo, que es donde el reto de la movilidad tiene más tareas pendientes en sus accesos a la gran ciudad, el automóvil está en primera posición, con el 23% de las opiniones.

Barcelona presentó el miércoles su proyecto de supermanzanas para todo el Eixample. En un contexto de pandemia, resulta evidente que es difícil de plantear. Está por ver cómo amanece la movilidad al día siguiente de la vacuna.