INCREMENTO PESE A LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA

Colau propone endeudarse en 150 millones para subir los presupuestos un 6,5%

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Toni Sust

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El gobierno de Barcelona ha presentado este viernes las líneas principales del proyecto de presupuestos para el 2021, con la voluntad de que sean expansivos, es decir, superiores a los del ejercicio anterior. En concreto, el proyecto fija la cantidad total de los presupuestos en 3.231 millones de euros, es decir, 197,5 millones más, un incremento del 6,5% respecto los del 2020. El aumento no parecía muy viable semanas atrás, por la caída de ingresos vinculada a la crisis sanitaria del covid-19, que ha supuesto una caída del PIB todavía por determinar pero que puede superar un 10% entre el 2019 y el 2020. Hasta hace poco, la prórroga de las cuentas vigentes era el escenario previsto.

El gasto corriente previsto en el proyecto es de 2.415, 5 millones de euros, un 1,2% más (29,5 millones) que en el 2020. Las inversiones suman 795,4 millones de euros, 202 millones más que en el 2020, si se tiene en cuenta las inversiones previstas en el plan municipal y las del Institut Municipal d’Habitatge i Rehabilitació de Barcelona (IMHRB) y las de Barcelona Serveis Municipals (BSM), que, por ejemplo, incluye la reforma del Port Olímpic.

Factores del aumento

El aumento, han explicado el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni; el concejal de Presupuestos, Jordi Martí, y la concejala de Hacienda, Montserrat Ballarín, ha sido posible por varios factores. Uno es que la UE abrió la puerta días atrás a que se pueda generar déficit, también los ayuntamientos, que además podrán utilizar sus ahorros, algo que hace tan solo unos meses estaba vetado. Otro factor es que el Gobierno central ha apostado por mantener una aportación vinculada a los datos previos a la crisis. 

Y otro factor relevante es que el gobierno de Ada Colau romperá una tendencia que mantenía desde el 2015 y generará deuda, en concreto 150 millones de euros, para compensar la caída en ingresos. Con ello, la deuda, que en los últimos años no ha superado el 30% de los ingresos, subirá, aunque todavía no se puede concretar hasta qué punto. Según los últimos datos disponisbles, del 2019, la deuda del consistorio está fijada en 780 millones de euros, un 29,9% de los ingresos. A esta suma habrá que añadir los 150 millones. La decisión de generar esa deuda, ha explicado Martí, supondrá un incremento de los gastos financieros que se contabilizará en el 2022.

Pendientes del fondo estatal

Collboni ha subrayado que si no se lograra aprobar el proyecto de presupuestos tocaría prorrogarlos, y ha advertido de que en ese supuesto las cuentas ascenderían a 2.700 millones de euros, 500 millones menos, ha recalcado Martí, que penden de un pacto. El concejal de Presupuestos ha destacado varias veces lo extraordinario que es que el proyecto crezca en el actual contexto.

Mensajes de responsabilidad enviados a la oposición, con la que el gobierno iniciará el lunes la negociación sobre el texto. De hecho, en el proyecto figuran más de 130 millones reservados para contentar peticiones de otros grupos que sirvan para recabar su respaldo. “Gastaremos más con menos ingresos”, ha declarado Martí. El proyecto incluye una partida de 107 millones de euros todavía por confirmar que están vinculados al fondo estatal de 3.000 millones previsto para el mundo local que no ha visto todavía la luz verde.

Los apoyos y el itinerario

Los presupuestos requieren mayoría simple para su aprobación, por lo que el gobierno de Colau necesita apoyo externo para sacarlos adelante, aunque no se trata de un reto inalcanzable. El proyecto tiene que ser aprobado de forma inicial en la comisión de Economía, en la que la abstención de ERC, por ejemplo, bastaría, ya que Barcelona en Comú y el PSC suman 18 votos y el resto de rivales juntos, sin los republicanos, solo 13. 

La aprobación definitiva está prevista para el pleno del 23 de diciembre, como las ordenanzas fiscales (también pendientes de negociación), si bien las cuentas pueden ver la luz verde iniciado ya el 2021, como sucedió con las vigentes, aprobadas en enero del 2020.

ERC, el gran socio en las votaciones relevantes de estos años -la forma que ha encontrado de dejar su sello en un mandato en el que se quedó sin la alcaldía pese a ganar las municipales del 2019-, parece abierto a repetir su actitud del año pasado, cuando, negociación mediante, votó a favor de los presupuestos. 

No fue el único grupo de la oposición: también Junts per Catalunya acabó apoyando las cuentas, tras votar inicialmente en contra, en lo que se leyó como la voluntad de estar en la foto y no dejar campo a Esquerra para capitalizar la imagen de oposición responsable. Al final, 33 de los 41 concejales votaron a favor.