un boom barcelonés

El feminismo para todos los públicos arrasa

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Gemma Tramullas

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Maria Ana carga a su pequeño, que se remueve inquieto, en una mochila portabebés y entra en la primera sala, tenuemente iluminada y pintada por entero de rosa oscuro como si fuese el útero materno. Entonces, susurrando cerca de su cabecita, empieza a leer las cartelas con datos sobre la violencia y la desigualdad que sufren las mujeres. La voz materna aquieta al niño, que terminará adormeciéndose: "Se lo leo porque es todo lo que no quiero que mi hijo sea de mayor", dice.

La aparente simplicidad de la exposición ‘Feminista havies de ser’, comisariada por la comunicadora Natza Farré, genera escenas de profundo calado como la de Maria Ana y su bebé, imágenes de complicidad entre madres e hijas y expresiones de interés auténtico entre algunos hombres que la visitan en el primer piso del Palau Robert.

Desde que se inauguró, el pasado 22 de septiembre, la muestra ha atraído un récord de 35.000 personas en un mes, la mayoría chicas jóvenes, pero también mujeres de más de 70 años con el hambre de conocimiento intacto. La muestra anterior, un excelente trabajo de documentación, divulgación y presentación de la desconocida figura de Clotilde Cerdà, ya fue un éxito y reunió a 19.000 personas en dos meses y medio.

No es habitual que el público se pare a leer los créditos de una exposición al final del recorrido, pero en este caso muchas personas lo hacen. Si la escenografía es importante en cualquier muestra, en esta resulta clave para hacer llegar el mensaje. "Queríamos salir de la visualización tópica del feminismo -explica una Farré sobrepasada por el éxito de su primera exposición, que le encargó la Direcció General de Difusió de la Generalitat-. Sin renegar del lila, nuestra intención era crear un lenguaje que pudiera atraer a todo tipo de gente".

"A mí ya me interesaba el feminismo, pero me decidí a entrar cuando vi el cartel, que sugiere una caja de detergente para limpiar el mundo del machismo del siglo XXI -comenta Santino, un argentino de 29 años que pocas horas después subía a un avión de vuelta a su país-. Me pareció buenísimo".

Toque humorístico

Son este tipo de ideas visuales con un toque humorístico las que reivindica Farré, que trabajó el proyecto en línea, con un equipo de jóvenes diseñadores, durante el confinamiento de marzo: "Hay que crear un lenguaje nuevo para explicar el feminismo del siglo XXI si queremos llegar a la gente joven y a las redes sociales. El feminismo va de romper con lo pre establecido y crear cosas nuevas y si desde el machismo se nos asocia con productos de limpieza aquí le damos la vuelta".

Maria Ana, la madre del bebé adormilado, considera que esta estética a medio camino entre un anuncio de detergente Colón y otro de compresas, "resulta efectiva para reforzar el mensaje de denuncia". Con ella han venido Rajane y Tania. Las tres forman parte del colectivo Mujeres Brasileñas contra el Fascismo, que se creó tras el asesinato de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco en 2018. Su retrato cuelga en un tablón de anuncios junto al reloj que cuenta las mujeres asesinadas en Catalunya en lo que va de año: 9. Tic-tac-tic-tac.

La capacidad de la exposición para conectar con la vivencia cotidiana de las mujeres es otra de las claves de su éxito, en una época en que en Catalunya se suceden las denuncias de acoso sexual en el ámbito de la política. Durante el recorrido, hay dos momentos en que se crea un efecto tapón: frente a un vídeo con momentos estelares de políticos infravalorando a las mujeres (incluida Cayetana Álvarez de Toledo poniendo en duda el lema "no es no" frente a los abusos sexales) y en la última sala, donde una instalación con impresoras va escupiendo los testimonios cotidianos que mujeres de todas las edades escriben desde la página feministahaviesdeser.cat

Historias personales

Sara y Nerea tienen 19 años y han venido, "antes de que nos confinen", porque vieron la exposición en Instagram. "Es sencilla, va directa al grano y los datos que da ya los conocemos, pero la gracia es que hace muchos años que se intenta hacer llegar el mensaje y esta exposición lo consigue", opina Sara. La joven se interesa sobre todo por las historias personales y celebra que la muestra acabe con una pieza colectiva.

Sin embargo, no todos los datos son tan conocidos. Por ejemplo, el hecho de que a los productos de higiene menstrual se les aplique el 10% de IVA, como si su uso fuera un lujo. David, que ha acompañado a su mujer y a su hija, no conocía este dato ni tampoco muchos otros: "Me ha llamado la atención que seamos tan pocos hombres. Sería interesante que el público masculino se diera una vuelta por aquí". Tienen tiempo, confinamientos aparte, hasta el 29 de noviembre. En caso de cierre, la comisaria considera que se podrían estudiar maneras para adaptar la muestra al formato virtual.

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