LA CIUDAD DEL SIGLO XXI

¿Nuestro colegio para cuándo?

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Helena López

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En una de las fachadas de la pese a su potencial -¡una plaza de tierra!- antipática plaza del Doctor Serrat, ese triángulo entre la estresante Meridiana y la no precisamente tranquila calle de Mallorca, todavía queda un viejo cartel de 'prohibido jugar a pelota'. Lo hostil y gris del lugar, a escasos metros de la entrada principal de la escuela Dovella, en el Camp de l'Arpa del Clot, lo hace (aún más) innecesario. No es un lugar en el que apetezca pararse a jugar a nada. Revertir esa situación es uno de los empeños de la veterana (hace una década que batallan) comisión de sostenibilidad del afa del colegio, cuyo principal objetivo es pacificar los entornos del centro (y disminuir la insoportable contaminación). Su programa consta de tres puntos: cortar permanentemente la calle de Muntanya y convertirla en un eje verde, transformar Mallorca en una autopista de bicicletas y crear la 'superilla' del Camp de l'Arpa. "Mallorca une desde la Meridiana hasta Sants. Cruza toda la ciudad, sería en un eje de bicicletas perfecto", señala Roger Sànchez, miembro de la comisión, quien reclama voluntad y valentía política. 

En la entrada de la Dovella, haciendo todavía más estrecha la acera, un quiosco forrado con la publicidad de un conocido portal inmobiliario ("Busca hipoteca comparando todos los bancos"). Una de las reivindicaciones históricas (sin éxito) de las familias del centro ha sido algo aparentemente tan sencillo como mover unos metros el quiosco para evitar el colapso que se genera en la puerta a la entrada y a la salida. Otra, que la ITV ubicada en la calle de Puigmadrona, en otro de los accesos al centro, no se den hora a las horas de entrada y salida. Las familias denuncian que no tiene sentido que la calle sea una plataforma única con prioridad para el peatón si es el lugar de acceso a una ITV en la que permanentemente están pasando coches. "Con el covid se ha acentuado todo. Hacer clases con las ventanas abiertas a la calle de Mallorca es imposible", constata Sànchez.

Pese a que el consistorio lo anunció en verano, el corte de Muntanya -una de sus reivindicaciones- no se hizo efectivo hasta este viernes, después de un mes de curso con la calle abierta al tráfico y las familias presionando. "El viernes pusieron las señales de prohibido circular, excepto por obras y servicios. Los camiones siguen pasando. Lo que necesitamos es un corte definitivo para poder usar el espacio con los niños. ¿Cómo vamos a hacer el patio allí si en cualquier momento puede pasar una hormigonera?", se pregunta el portavoz de las familias. El arquitecto jefe de Barcelona, Xavier Matilla, asegura que el corte será "premanente y definitivo" una vez terminen las obras.  

La maldición de Lesseps

Desde la comisión de caminos escolares de la escuela Rius i Taulet, en la desafortunada plaza de Lesseps, en Gràcia, llevan años batallando por hacer algo más amables los contaminados y ruidosos entornos de la escuela. "Estuvimos mucho tiempo trabajando un camino escolar que no llegamos inaugurar nunca como protesta, ya que chocamos siempre con el tema de la seguridad vial. Estamos en Lesseps, tenemos la Ronda del Mig, sufrimos las obras de Travessera...", explica Verónica Diéguez, secretaria del afa. "Tal y como está ahora la Travessera no es un espacio seguro. Los niños no pueden acceder al colegio de forma autónoma", prosigue Diéguez, quien recuerda también que su escuela es la más contaminada de Gràcia. No pedimos nada del otro mundo, que el ayuntamiento aproveche el trabajo que <strong>ya han hecho en lugares como el Eixample o el Poblenou</strong>, pero ya nos han dicho que no, no estamos dentro del proyecto para pacificar escuelas. Nos dicen que nuestra ubicación lo hace inviable", denuncia Diéguez, quien no se resigna. "Si el objetivo del ayuntamiento es sacar coches de la ciudad, ¿por qué no empiezan por aquí? Han ido a lo fácil", critica. 

No, el Rius i Taulet no está dentro de la lista de colegios que el municipio pacificará entre el 2020 y el 2021 presentada este martes. Tampoco lo está el Octavio Paz, en el barrio de Navas, en el distrito de Sant Andreu.

Leonor Garcia, presidenta del ampa del Octavio Paz, define la situación actual de "horrorosa". A la altura del colegio Mallorca tiene cuatro carriles, los tres de circulación normal y el carril bus y, además, "la señal de zona escolar está tapada por la señal del bus y los coches que vienen de la calle del Clot no la ven y pasan muy rápido", señala Garcia quien apunta que, además, el año pasado empezaron una obra que quedó parada durante el confinamiento y sigue ahí, invadiendo media acera, donde también hay siempre cuatro o cinco motos aparcadas. "No es solo el ruido, es también la contaminación y el peligro para los niños", resume Garcia, presidenta de una nueva junta del ampa que está elaborando un documento de propuestas para presentarlo en el distrito. 

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