PROTOCOLO DE INTENCONES

Correos cede a BCN su sede central, que albergará un complejo tecnológico

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Correos, el Ayuntamiento de Barcelona y el Consorcio de la Zona Franca han firmado este miércoles un protocolo de intenciones que concreta la cesión de los edificios centrales del servicio postal a la ciudad. El preacuerdo prevé que la sede acoja un complejo de actividad centrado en la economía digital. En la firma han participado el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el presidente del Consorcio, Pere Navarro, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, y el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano.

La cesión, que se concretará en un periodo no superior a dos años a contar desde ahora, otorga a Barcelona un espacio de 30.000 metros cuadrados en el que convivirán una incubadora de empresas, oficinas de atención a los emprendedores, formación, investigación y espacios cívicos y culturales para los vecinos del barrio, que hace tiempo que reivindican que la sede anexa al inmueble acoja el nuevo centro de atención primaria (CAP) de Ciutat Vella. Un colectivo que ha aprovechado la celebración del acto de este miércoles para volver a reclamar su objetivo. Los sindicatos CCOO y UGT, por su parte, manifestaron ayer su intención de oponerse a la cesión en los tribunales por lo que supone, según su valoración, de desguace del patrimonio de la empresa y el perjuicio para los trabajadores de Correos.

Unas 150 empresas

Se calcula que el proyecto generará 1.500 puestos de trabajo, que albergará a hasta 150 empresas y que el nuevo edificio será utilizado por entre 2.000 y 2.500 personas al día. Correos cede la sede y además de mantener una oficina, tendrá en el edificio un espacio destinado a Correoslabs, un servicio que analizará cómo transformar el servicio postal para adaptarlo al futuro. El consorcio la rehabilitará y el Ayuntamiento tramitará el planeamiento urbanístico necesario para los usos previstos en el acuerdo y explotará el equipamiento.

El nuevo edificio puede convertirse en un faro de una parte de la ciudad que necesita nueva actividad económica que no esté vinculada únicamente al turismo. Es algo que los vecinos de la zona, que en estos meses apenas comparten con los visitantes que la llenaban, han reivindicado para sentir que no viven en un 'parque temático' turístico. La reclamación de los vecinos parte de la constatación de que con los años se fueron clausurando espacios que frecuentaban, de viviendas a comercios, para ser sustituidos por negocios enfocados al turista. Uno de los objetivos más claros que tienen para recuperar terreno en el barrio que se les hurtó es la instalación del nuevo CAP. Se trata de un equipamiento pendiente desde el 2008 y los residentes en el Gòtic no aceptan alternativas: quieren que esté situado en el edificio que está junto a Correos, propiedad del Estado.