ASIGNATURA PENDIENTE

¿Qué ocurre con la plaza del esclavista?

ANTONIO LOPEZ

ANTONIO LOPEZ / periodico

Helena López

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En julio del 2015, semanas después de la entrada en el Ayuntamiento de Barcelona En Comú, este diario titulaba una información ‘Barcelona rebautizará la<strong> plaza de Antonio López</strong> este año’. No era intención de esta cabecera confundir al lector, ni mucho menos. El titular recogía lo expuesto por el entonces recién nombrado comisionado de Estudios Estratégicos y Programas de Memoria, Xavier Domènech, por aquel entonces responsable político de la Ponencia del Nomenclátor, quien aseguró que rebautizar la plaza aún dedicada al esclavista era una de sus prioridades. "Después del verano [del del 2015] abriremos un diálogo con las entidades solicitantes del cambio, con los vecinos y con todos los ciudadanos que lo deseen para que propongan el nuevo nombre. Queremos hacer una actuación propositiva", apuntaba el comisionado.

Un lustro después, la gran plaza en el extremo mar de la Via Laietana sigue llamándose Antonio López, como recordaban el jueves desde el Observatori de la Vida Quotidiana (OVQ). "Uno de los primeros monumentos en caer derribado por el furor popular, en 1936, fue el del empresario y negrero Antonio López. Lo recordamos con la segunda macrofotografía que hemos instalado en la plaza que todavía lleva su nombre, en el marco del proyecto Gráfica Anarquista", publicó el colectivo en sus redes sociales junto a una fotografía de la macrofotografía que han colocado junto al ya vacío pedestal (la primera imagen la colocaron solo unos días atrás delante del edificio de la patronal catalana Foment del Treball, ocupado por los obreros el mismo 1936).

¿Por qué quitaron la estatua, pero dejaron el nombre?

En marzo del 2018 el ayuntamiento retiró en un acto festivo (nada que ver con la imagen rescatada por el OVQ de la retirada popular de 1936) la estatua del primer marqués de Comillas que dominaba la plaza, pero su nombre sigue marcado sobre las fachadas. ¿El motivo? Finalmente el cambio de nombre de la plaza se llevó, a petición popular, a la primera gran macroconsulta en la que Colau quería que la ciudadanía opinara sobre decisiones importantes de la ciudad, una consulta que no llegó a realizarse ya que el TSJC terminó declarándola nula antes de celebrarse. "Recurrimos al Tribunal Supremo y estamos a la espera de que se resuelva el recurso, pero nuestra intención sigue siendo realizar la consulta", señala el concejal de Memoria Democrática y de Ciutat Vella, Jordi Rabassa.

Lo que se iba a preguntar en la consulta en relación al nomenclátor, según se aprobó en un pleno municipal en mayo del 2018 era: "¿Está usted de acuerdo con que se cambie el nombre de la plaza de Antonio López por el de plaza de Idrissa Diallo, como un acto de reparación histórica?". Para que la pregunta llegara a la (fallida) multiconsulta, sus impulsores, la plataforma Tanquem els CIES, tuvieron que recoger 15.000 firmas de apoyo así, que, pese a que no se hayan puesto las urnas, el cambio cuenta ya con un importante apoyo de la ciudadanía.

Idrissa Diallo saltó la valla en Melilla el 5 de diciembre del 2011. Quince días después, el juez que instruía su expulsión lo mandó al CIE de la Zona Franca, donde murió la noche de Reyes del 2012 con solo 21 años. Solo un mes después de pisar Europa.