sector castigado por el covid

Los albergues buscan en los estudiantes una solución tras un verano sin turistas

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Felipe Valenzuela

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En lugar de habitaciones abarrotadas por mochileros y visitantes de paso, los albergues esperan acoger universitarios para recuperarse de un verano sin apenas presencia turística. El bajo número de visitantes de los últimos meses ha hecho que los dueños de estos negocios busquen otra fuente de ingresos."Habrá máximo dos personas por habitación de cuatro camas, cuando lo normal es ocuparlas todas", asegura el recepcionista de un albergue de la Eixample. "Esperamos que con ellos haya más movimiento, de todas maneras lo que no queremos es poner ocho personas en una habitación", explican desde un hostal de Gràcia.

En dos de los hostales que estos días se anuncian páginas de alquiler de habitaciones, se ofrecen cuartos por poco tiempo, para estudiantes de paso y que busquen algo más barato que una residencia estudiantil. "Mínimo y máximo es un mes de estancia, no reservamos más de eso", avisan desde el albergue de la Eixample.

Por otro lado, hay hostales que sí aceptan alojar estudiantes por más de un mes. En un anuncio en la web de Idealista, un establecimiento, situado cerca de la Sagrada Familia, ofrece habitaciones "por una duración mínima de dos semanas y una duración máxima de seis meses". El precio son 350 euros para una persona y 450 euros para dos. En su caso, las habitaciones no pasarían de los dos ocupantes.

Mensualidades "asequibles"

La competencia directa de los albergues ya no son los hoteles y pisos turísticos de la ciudad, ahora lo son las residencias y los pisos de estudiantes. "El precio es más asequible que el de una residencia, que llega hasta los 700 euros, y además sirve por si no has encontrado la habitación adecuada en un piso normal", señala la recepcionista del albergue de Gràcia. Según explica la trabajadora, a los estudiantes se les situará en habitaciones diferentes a los visitantes más esporádicos.

"La idea es que una persona no comparta habitación con viajeros que van y vienen, por eso pondremos a todos los estudiantes en la misma habitación", detallan desde el albergue de Gràcia, un detalle en el cual coinciden desde el hostal de la Eixample.

El Ayuntamiento de Barcelona ya ha avisado, no obstante, de que si se "detecta cualquier irregularidad en este sentido" el consistorio iniciaría "los procesos disciplinarios correspondientes". En conversación con este diario, el consistorio ha recordado que no se pueden ofrecer alquileres mensuales en establecimientos con licencia de albergues, y vuelven a avisar de que se abrirán los expedientes que correspondan.

Verano desastroso

Una de las incógnitas más grandes en los inicios de la pandemia fue el impacto que el covid-19 tendría sobre el sector hotelero. En cuanto se abrieron las fronteras, el 25% de los hoteleros de Barcelona abrieron sus establecimientos, pero la ocupación turística de julio fue "muy preocupante", según había avisado Manel Casals, director del Gremi d'Hotels de la ciudad.

Durante la segunda mitad de julio, la ciudad presenció una oleada de cancelaciones de reservas, por lo que la ocupación turística pasó de ser baja a llegar a un mínimo preocupante, según Casals. De momento, los albergues son uno de los muchos negocios que buscan innovar para sobrevivir en una etapa económica que no tiene precedentes.