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El ocio nocturno considera el cierre "anticonstitucional" y lo recurrirá en los tribunales

Nochevieja en la discoteca Opium.

Nochevieja en la discoteca Opium.

Patricia Castán

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El cerrajazo al ocio nocturno como medida cortafuegos a los contagios de covid-19 entre los jóvenes ha desatado una revuelta sin precedentes en el sector, que llevará el cierre a los tribunales. Las principales patronales coinciden en que el Govern les ha sometido a una permanente indefensión jurídica, con continuos cambios de criterio y "criminalizando" a sus operadores. Por contra, denuncian que la libertad con que se realizan botellones, 'raves' ilegales y fiestas privadas sin control es el verdadero peligro de cara a la proliferación del virus.

La noticia del cierre, un viernes por la tarde y cuando las discotecas y salas de fiesta ya tienen organizada su logística, equipos, producciones y compras de cara al fin de semana (con numeroso personal extra o artistas contratados), ha provocado aún más indignación en el sector, al que consideran que se ha "estigmatizado", pese a que la gran mayoría de locales, aducen, cumple con las reglas del juego. Todas las asociaciones profesionales insisten en haber ofrecido planes sectoriales que regulen los establecimientos, sin haber obtenido respuesta del Govern. Insisten en que los cierres y restricciones se deben aplicar en casos específicos, no de forma generalizada.

Desde la Fecalon y el Gremi d'Empresaris de Discoteques de Barcelona i Província, el abogado Fernándo Martínez anuncia que recurrirán la medida en los tribunales y demandarán a la Administración por atentar contra la libertad de empresa. A su entender, el cierre establecido este viernes es "anticonstitucional" porque (al contrario que el que una semana antes afectó a Barcelona y su área metropolitana) en esta ocasión carece de "informes fiscales preventivos ni ratificación judicial". 

La propuesta de estas patronales para el Procicat incluía establecer la trazabilidad de los asistentes mediante la entrada anticipada, protocolos reforzados de limpieza e higienización, rutas de circulación en los locales y estrictos controles de aforo. 

Plan de rescate

El colectivo reclama ahora al president Torra un "plan de rescate sectorial", al haber puesto en juego 37.000 puestos de trabajo, muchos de los cuales estaban ya en ERTE, al mantenerse decenas de discotecas cerradas o con los aforos muy limitados. Para el próximo miércoles 29 a las 19.00 horas han convocado una manifestación en la plaza de Sant Jaume.

Desde la patronal Fecasarm, que también ha avisado que recurrirá la medida ante la justicia y reclamará su suspensión cautelar, opinan que la decisión de la Generalitat va incluso contra las recomendaciones de la OMS, al equivaler a matar mosca a cañonazos. "La decisión indiscriminada aboca a miles de familias a la ruina de manera indiscriminada y sin piedad", mantienen. "Será peor el remedio que la enfermedad", apuntan, en alusión al alud de fiestas privadas y botellones en espacios públicos que se están celebrando en todos los municipios, como informa hoy EL PERIÓDICO.

Para su presidente, David López, se ha actuado "sin principio de proporcionalidad", cuando lo necesario era haber realizado "pedagogía y concienciación" entre el colectivo más joven. También defiende que antes de decretar los cierres de la actividad se tenían que haber atado planes de ayuda a un sector en jaque.

Quejas en la hostelería

Otro sector económico, el de la hostelería, también ha cuestionado las actuaciones del Govern para afrontar la crisis sanitaria. La Federació Intercomarcal d'Hostaleria, Restauració i Turisme (FIHRT) ha señalado hoy que el ocio no es culpable de la actual situación. "Ante los repuntes de la pandemia, la Generalitat y otras administraciones quieren hacernos pagar su mala gestión", mantienen. Piden que los responsables institucionales recapaciten para evitar la ruina de miles de empresas y advierten de que el recorte horario supone nuevos ERTE.

El Gremi de Restauració de Barcelona cree que el anuncio que obliga restaurantes, bares y terrazas de la ciudad a cerrar a medianoche "aumenta la incertidumbre" en un momento muy delicado para el sector. Su director, Roger Pallarols, señala que los restauradores están "muy decepcionados" por unas decisiones "lesivas" que amenazan a "la viabilidad de todavía más empresas".

El colectivo arremete contra "la falta de capacidad de control" de la Generalitat, que toma las decisiones "sin contactar" con los sectores afectados. Y alerta de que será necesario "combatir las dos pandemias, la sanitaria y la económica", buscando "alternativas a las restricciones y los cierres" y cumpliendo con los imprescindibles en rastreos.