CERTAMEN con quejas

Desacuerdo en Pedralbes

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Natàlia Farré

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Este jueves empieza el Festival Jardins de Pedralbes, o mejor empieza el Fes Pedralbes, que es como se llama el certamen en la actual edición. El cambio de nombre obedece a la excepción de los tiempos de coronavirus. Nuevo formato, nueva denominación y adenda del convenio firmado con el ayuntamiento. Y aquí, en los cambios del festival y del acuerdo, es donde recaen las quejas de las asociaciones de vecinos de Zona Universitària y de Pedralbes.

“Con la adenda era un buen momento para hacer pagar al promotor un alquiler por el uso del recinto, hemos calculado que con el pago de todos los años del festival, se habrían ingresado dos millones de euros”. Así lo aseguran Josep Maria Guillumet y Rosa Maria Canal, presidente y vocal de la Associació de Veïns de Pedralbes. Quizá sí, pero quizá este no es el mejor año para una propuesta así. “En un contexto como el actual, lo que se ha intentado desde el ayuntamiento es salvar el máximo número de festivales por todo lo que ello implica de apoyo a la cultura, impulso económico y de mantener empleos”. Palabra de Sara Jaurrieta, gerente del distrito de Les Corts.

Más conciertos y más días

El nuevo formato tampoco gusta a los vecinos. “El convenio recoge 46 conciertos posibles hasta el 12 de septiembre”. La veintena larga de la edición del 2019 ya les parecían muchos a Guillumet y Canal, como exagerada encuentran la prolongación hasta finales de verano del festival por lo que ello implica: “Supone tres meses sin poder acceder a la mitad del parque, los vecinos no pueden disfrutar de los jardines durante la mejor época del año”. En realidad, el consistorio ha alargado el horario de apertura sin restricciones del recinto hasta las 20.00 horas (en anteriores ediciones se cerraba a las 16.00 horas). Sobre los ensayos y el ruido que estos generan en horario de paseo, Jaurrieta pide ser informada para vehicular la queja. Aunque asegura que “habrá limitadores acústicos para no sobrepasar los límites y sonometrías”.

Con todo, la mayor preocupación de las asociaciones no tiene nada que ver con lo dicho, sino con el patrimonio del parque. Unos jardines diseñados por Nicolau Maria Rubió i Tudurí y que cuentan con la intervención de Antoni Gaudí. “Cuarenta días de concierto con 1.300 personas por jornada son 52.000 personas. ¡Destrozarán el parque!”. La queja viene a cuento porque  Guillumet y Canal afirman que las carpas de restauración “están por todos lados, en medio del arbolado”. Jaurrieta, y por ende el ayuntamiento, no está de acuerdo con esta afirmación. Por un lado: “Hay más puestos porque son más pequeños y están distribuidos para evitar aglomeraciones y seguir los protocolos covid”. Por otro: “Desde Parcs i Jardins se ha hecho un informe del parque antes del festival, y se hará otro cuando acabe. Además, diariamente un técnico revisará la zona. Si hay desperfectos, el promotor ha dejado una fianza para cubrir costes”. Pero lo cierto es que el año pasado tuvo que retirarse para ser restaurado un banco de madera diseñado por Rubió i Tudurí que era, junto con la fuente de Hércules de Gaudí y el palacio, una de las máximas singularidades del parque.

Edición extraordinaria

Tampoco coinciden vecinos y consistorio en el tema de la comunicación. Para los primeros ha sido “insuficiente”. Par los segundos “se ha estado en permanente contacto”. Ni están de acuerdo en el peligro que supone el festival: “Estamos preocupados. Pensamos que puede ser un foco de propagación”, afirman en el barrio. A lo que el ayuntamiento responde que “se han tomado todas las medidas sanitarias necesarias. Está todo pautado y adaptado a  la nueva normalidad”. Y apostilla: “Se trata de una edición extraordinaria en la que se ha intentado encontrar un equilibrio entre el impulso a la cultura y la economía y el bienestar de los vecinos”.