CAMBIO DE ESCALA

Barcelona incluye a toda la región metropolitana en su futuro

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Natàlia Farré

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Un salto de escala. De pensar en el área metropolitana (36 municipios con una población de  3,2 millones de habitantes) a pensar en la región metropolitana (164 municipios y 5,1 millones de habitantes) –“La ciudad real”, según la alcaldesa de Barcelona Ada Colau–. Esta es la propuesta presentada este lunes desde el consistorio de la capital catalana para afrontar los grandes retos urbanos del siglo XXI: la lucha contra el cambio climático y las desigualdades, y las políticas económicas, de vivienda y de movilidad sostenible.

Así, en un acto escenificado en el ayuntamiento de Barcelona, Colau ha presentado el proyecto ‘Barcelona Demà. Compromís Metropolità 2030’ junto con algunos alcaldes de grandes municipios de la segunda corona metropolitana. Municipios que no forman parte del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), el supraorganismo que gestiona a los 36 de la primera corona, y que no tienen ningún órgano de gobernanza compartido.

Aunque de entrada, nada de cambios administrativos –esto se deja para el final, si se considera oportuno tras las reflexiones–, sino una invitación a las 164 ciudades de la región metropolitana –primera y segunda corona– al diálogo y a la cooperación para afrontar los retos de futuro en el marco de la asociación Pla Estratègic Metropolità de Barcelona (PEMB). La institución, privada y sin ánimo de lucro, plasma los planes estratégicos metropolitanos y actualmente está trabajando en el proyecto del 2030, la fecha marcada por las Naciones Unidas para alcanzar el desarrollo sostenible.

Siete comarcas

De ella forman parte varias entidades (desde el Puerto de Barcelona a la Universitat de Barcelona), algunas administraciones (el propio ayuntamiento, entre ellas) y los 36 municipios de la primera corona. Ni  rastro, hasta ahora, del resto de ciudades, algunas tan importantes como Terrassa, que, como su alcalde, Jordi Ballart, se ha encargado de recordar, es “la tercera ciudad de Catalunya” y siempre se ha sentido como “el patio trasero de Barcelona”.  

Pero lo dicho, La mirada ha cambiado de escala, y la propuesta para reflexionar se ha ampliado a la región metropolitana y sus siete comarcas: Barcelonès, Baix Llobregat, Maresme, Garraf, Alt Penedès, Vallès Occidental y Vallès Oriental. No en vano, a juicio de Colau, los grandes retos solo se pueden afrontar “desde la cooperación entre municipios”. Así que Barcelona se ofrece como uno más, “como una capital colaboradora, cooperativa, nada arrogante sino todo lo contrario, consciente de que somos ciudades interdependientes que nos necesitamos unas a las otras para poder hacer frente a los objetivos compartidos con éxito”. 

Dos años de reflexión

Toda esta retórica tiene ejemplos muy claros, como el puesto en boca de Josep Mayoral, alcalde de Granollers: “No puede ser que aún regulemos diferente la primera y la segunda corona, no puede ser que cuando hayan episodios de contaminación el área metropolitana ponga una limitación de 80 kilómetros por hora a sus vías de alta capacidad y que los de la segunda corona no podamos hacerlo”. O los retos de la movilidad y vivienda, uno de los grandes factores de segregación y desigualdad que imposibilita la inclusión y cohesión social “en una ciudad real donde cada vez hay más ciudadanos que tienen el domicilio en un municipio, trabajan en un segundo,  visitan a familiares en un tercero y en un cuarto y quinto realizan actividades de ocio”.

Con esta mirada, Barcelona invita a la nueva ciudad, la real, la que abarca a los 164 municipios de la región metropolitana a reflexionar y cooperar para llegar al 2030 con estrategias que permitan alcanzar los retos del siglo XXI. Este lunes se ha dado el primer paso de dos años de reflexión  para tener cerrado el nuevo plan estratégico en el 2022.