plan controvertido

El Port pide a Colau un convenio para salvar el proyecto del Hermitage en Barcelona

Presenta alegaciones contra la negativa del ayuntamiento al museo, y destaca su "importancia" cultural y económica

Vídeo del Museu de Hermitage dedicado a Barcelona

Vídeo que el Museo Hermitage dedicó a Barcelona por Sant Jordi, para reivindicar su sede en la capital catalana. / periodico

Patricia Castán

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El proyecto para levantar una sede del museo Hermitage en la Nova Bocana del puerto de Barcelona sigue sumando discrepancias entre entidades e instituciones. El Port de Barcelona, habitualmente discreto en la materia, ha levantado hoy martes la voz en defensa de este equipamiento cultural privado. Por un lado, anunciando sus alegaciones contra la negativa del ayuntamiento de Ada Colau al proyecto, a la par que instando abiertamente a la alcaldesa a pactar un convenio que permita darle luz verde. 

El Port afirma defender "el interés general" del plan, que tendría unos efectos inducidos sobre la economía local de unos 30 millones de euros, además de suponer la inversión privada de unos 50 millones, y generar 377 puestos de trabajo, según un estudio del Instituto Municipal de Cultura. En un comunicado, también enfatiza "que un proyecto cultural de la magnitud del Hermitage es de extrema importancia en estos momentos para Barcelona".

El 'no' del ayuntamiento a encajar una sede del museo de San Petersburgo a pocos pasos del Hotel W (vela) anunciado en enero, se basó en cuatro estudios previos de impacto cultural, urbanístico, económico y de movilidad que desaconsejaban su ubicación en el puerto y en algunos casos cuestionaban su contenido. Había temor a que la franquicia no fuera sólida o dejase a la ciudad un ambicioso proyecto inacabado que debía firmar el arquitecto Toyo Ito. Y de que, sin ninguna conexión con la herencia artística  y cultural de la ciudad, no aportase mucho. Además de las dudas sobre posibles colapsos de movilidad en la zona.

Pugna de opiniones

Muchas voces municipales, de expertos y parte del vecindario de la Barceloneta avalaron esa negativa. Otras tantas hicieron campaña en favor del sí, empezando por entidades y vecinos del barrio marinero, y siguiendo por grupos políticos de la oposición o de los sectores económicos. Pero pocas veces el Port se había expresado con tanta contundencia al respecto, remarcando que "el proyecto cultural es sólido y solvente", que ofrece a Barcelona "disfrutar de las obras arquitectónicas más excepcionales", y con "un modelo de museo innovador, integrando arte, ciencia y cultura".

En las alegaciones del Port de Barcelona se añade que desde la perspectiva de la ordenación portuaria el Hermitage "tiene perfecta cabida en el ámbito de la Nova Bocana, de conformidad con la delimitación de los Espacios y Usos del Port Barcelona". A título personal, su presidenta, Mercè Conesa, pide "avanzar en la reflexión estratégica Port-Ciudad y consensuar nuevas inversiones en la línea del Plan Litoral que el ayuntamiento aprobó".

Conesa le ha dirigido una carta a Colau al respecto, pero también le pide una reunión para alcanzar un convenio al respecto. De momento, considera que no se debe descartar un "proyecto cultural y social enriquecedor para la ciudad y generador de empleo" además de arquitectónicamente "emblemático".  

Los promotores del proyecto, la sociedad Museo Hermitage Barcelona (formada en un 80% por Varia, plataforma de inversión  suizo-luxemburguesa, y Cultural Development Barcelona, con un 20% y Valery Yarolaski y Eugenio Pallarès al frente) centran su interés en dicha ubicación, pese a que el ayuntamiento dejó (ligeramente) abierta una puerta e estudiar otros enclaves.