EL FUTURO DE LAS CIUDADES

La nueva normalidad metropolitana

Un hombre circula con su bicicleta por el nuevo carril bici de la avenida de Salzareda, en Santa Coloma de Gramenet.

Un hombre circula con su bicicleta por el nuevo carril bici de la avenida de Salzareda, en Santa Coloma de Gramenet. / El Periódico

Àlex Rebollo / Aitana Glasser / Anna Rocasalva

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Los efectos del coronavirus y la necesaria implementación de medidas para evitar su propagación están propiciando una readecuación de los criterios de convivencia y movilidad también en las grandes ciudades del entorno metropolitano de Barcelona. Iniciativas que, en algunos casos, parecen haber llegado para quedarse. 

SANTA COLOMA DE GRAMENET 

Casi 1,5 km más de carril bici

Aunque todavía no se han puesto en marcha, Santa Coloma de Gramenet plantea ya las primeras medidas para adaptar su espacio público a la etapa posterior al confinamiento por el covid-19. Siguiendo la estela marcada por Barcelona, desde el consistorio  de la ciudad ya han anunciado la peatonalización de algunas calles.

Según explica Esteve Serrano, primer teniente de alcaldesa y responsable del área de Servicios Territoriales del Ayuntamiento de Santa Coloma, se están preparando una serie de medidas para permitir el distanciamiento social, que "previamente se debatirán con la oposición". Si se cumple el calendario previsto, las primeras iniciativas de pacificación llegarán el 16 de mayo.

Según Serrano, se cortará "una calle por cada barrio peatonal". "Se han estudiado más de 30 tramos de calles distribuidos entre todos los barrios de la ciudad, y que suponen entre 8,5 y 9 km [aproximadamente 31.000 m2 de calzada]", añade. Desde el consistorio colomense explican que adelantarán la construcción de los carriles bici del paseo de la Salzereda y de la rambla del Fondo, previstos en el Plan Director de la bicicleta. "También estudiaremos con medidas tácticas su implementación en las vías que lo permitan", añade Serrano.

Serrano avanza que este año Santa Coloma contará con casi 1,4 kilómetros más de carril bici, "entre los que se han  puesto y se pondrán en marcha en el paseo de la Salzereda, y el Pont Vell de Santa Coloma y la rambla del Fondo”. También está prevista la activación de un servicio de alquiler de bicicletas públicas.

Entre otras medidas, el gobierno de Santa Coloma estudia aprobar la declaración de la ciudad como zona 30 y aprobar una segunda reducción de la velocidad a 20 km/h en el interior de los barrios peatonales.

L’HOSPITALET DE LLOBREGAT 

A 20 km/h en las calles estrechas

Tras permitir el acceso al público a los parques de la Marquesa, la Torrassa y la Alhambra el pasado jueves para que los vecinos dispongan de más espacio para pasear, L’Hospitalet de Llobregat prepara las primeras medidas para readaptar la ciudad a la "nueva normalidad" que dejará el coronavirus. El portavoz de ERC en L'Hospitalet, Antoni Garcia, ha recordado que se trata de "la ciudad con más densidad de Europa y con menos zonas verdes" para reclamar la necesidad de "crear más espacios para niños y familias".

Desde el ayuntamiento explican que el plan de movilidad del municipio ya contempla la pacificación del tráfico a 20 km/h en "la práctica totalidad" de las calles de menos de 10 metros de anchura, pasando a ser calles con preferencia para los peatones, para que estos dispongan de más espacio. También se está estudiando la posibilidad de la eliminación de un carril a favor del peatón en calles como las de Barcelona, Enric Prat de la Riba, Pujós, Santa Eulàlia, Marcel·lí Esquius, Montseny y Mas.

Desde el consistorio afirman que, si las pruebas que se realizarán durante el desconfinamiento son positivas, "se redactarán los proyectos oportunos" para dichas calles. "El problema sanitario nos estimula a seguir adelante con este tipo de inversiones. Con la ampliación de las aceras de las calles ganaríamos aproximadamente 6.900 m2 nuevos para el peatón", exponen desde el Ayuntamiento de L’Hospitalet.

Otras propuestas del consistorio que ya se han empezado a desarrollar son: marcar el sentido de circulación en cada acera, obligando a utilizar siempre la de la derecha y reducir el tiempo de espera en los semáforos de los peatones y dividirlos, para marcar también el sentido de la circulación.

CORNELLÀ DE LLOBREGAT 

Ideas para evitar aglomeraciones

El Ayuntamiento de Cornellà fue uno de los primeros del área metropolitana en anunciar, el pasado 26 de abril, medidas de adaptación del espacio público a la vida a causa del coronavirus, entre las que destacan la peatonalización de algunas calles y avenidas, la creación de carriles bici de emergencia y la reducción del tiempo de espera en 27 semáforos para evitar aglomeraciones.  

Si bien esta última medida ya se está aplicando, el consistorio todavía está estudiando qué calles quedarán restringidas al tráfico o bien reducirán la velocidad a 10 km/h para dar prioridad a los peatones. De momento, cada domingo se prohíbe la circulación de vehículos en un total de 16 calles, una iniciativa que se puso en marcha hace dos años para crear zonas de ocio.

Tampoco se ha determinado aún dónde y de qué manera se ampliará la red ciclable, algo que todavía se está estudiando. Sí se ha establecido, como en otros municipios de la zona del Baix Llobregat, que en las aceras de menos de cuatro metros los peatones circulen en un único sentido, utilizando como criterio el mismo que el de la circulación vial -por la derecha- para garantizar la distancia de seguridad.

Para informar a la ciudadanía de estas acciones, se han incorporado educadores cívicos a pie de calle, que complementan las tareas informativas de la Guardia Urbana, y se ha señalizado el sentido de la circulación en aceras y parques, así como los puntos de espera para salvaguardar las distancias en los semáforos. Todos estos distintivos se irán ampliando.

Según el Ayuntamiento, las medidas planteadas son "tácticas y reversibles", es decir, por lo que pueden ser modificadas y se valorará a posteriori si serán permanentes o terminarán cuando finalice el estado de alarma.

TERRASSA Y SABADELL 

Pacificación del tráfico y apoyo al comercio

Con el objetivo de favorecer el distanciamiento social y adaptarse al progresivo desconfinamiento en fases, Terrassa y Sabadell, las cocapitales del Vallès, han puesto en marcha distintas políticas que inciden directamente en el espacio público, como la pacificación de calles o la ampliación de terrazas.

El próximo lunes, el Ayuntamiento de Sabadell impulsará la conversión de nuevas calles en zonas de prioridad peatonal que se sumarán a las vías que ya se cerraron al tráfico rodado del 1 al 3 de mayo. "Se trata de una peatonalización temporal durante los próximos fines de semana, ya que es en estos días cuando observamos una mayor afluencia de gente", explica la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés.

Así, a la pacificación del eje central y de algunos tramos de las avenidas de Barberà, Concòrdia y Matadepera se añadirán las calles de Sant Miquel, Sant Sebastià i Salvany entre la carretera de Barcelona y la calle de Sol i Padrís, y la calle de la Església Romànica hasta la Creu de Barberà, entre la Ronda de Santa Maria y la carretera de Barcelona.

El consistorio sabadellense también trabaja estos días para pintar una señalización específica en el pavimento para recomendar a la ciudadanía que camine por el lado derecho. En total se pintarán 940 señales de una longitud total de 44,4 km.

El pasado viernes, el Ayuntamiento de Sabadell anunció que está estudiando varias medidas para que bares y restaurantes mantengan la capacidad de sus terrazas una vez puedan reabrirse al 50% de su aforo cuando se active la fase 1 del plan de desescalada. Así, donde el espacio público lo permita, a los propietarios se les dejará ampliar siguiendo unos criterios que se harán públicos en los próximos días. Donde esto no sea posible, el consistorio bonificará la tasa de terrazas. Y, el pago de la tasa, aplicando las bonificaciones correspondientes y a petición del interesado, se podrá aplazar hasta seis meses y, una vez finalizado este tiempo, se podrá fraccionar el recibo hasta cuatro años.

En esta misma línea y en un primer momento, las nuevas medidas en materia de espacio público de Terrassa también estaban estrechamente ligadas con la restauración y tratar de paliar la crisis económica derivada de la covid-19. Para ello, la pasada semana el Ayuntamiento egarense comunicó que daría "las máximas facilidades" para que los negocios de bares y restaurantes puedan ampliar sus terrazas sin perder mesas por el hecho de tener que mantener las distancias de seguridad entre clientes.

Asimismo, el consistorio autorizará a los establecimientos que hasta ahora no tenían terraza a abrir de nuevas a través de un sistema de tramitación simplificado para conceder los permisos con rapidez; y estudiará la apertura de barras exteriores, si se cumplen "estrictamente" las normas sanitarias vigentes en cada fase de desescalada.

Sin embargo, también el pasado viernes, el Ayuntamiento egarense anunció que esta semana iniciará una actuación en el puente del Passeig del Comte d'Ègara para que este vial gane espacio para los peatones. Se trata de una ampliación táctica de acera que ejecutará la fundación Prodis y que consistirá en eliminar un carril de circulación para vehículos, pintarlo y señalizarlo de manera adecuada para convertirlo en espacio para el uso de peatones. Esta medida también contará con elementos físicos que separarán el carril para peatones del carril de tráfico rodado.

Con la ampliación de esta zona, el Ayuntamiento pretende ganar espacio para la circulación de peatones, garantizando así también la distancia física recomendada por las autoridades competentes sobre el estado de alarma.

Antes de la pandemia, ambas cocapitales del Vallès ya trabajaban en proyectos de pacificación del espacio público. La 'revolución verde' de Terrassa, que multiplicará por dos las zonas reservadas para peatones en toda la ciudad - que incluye la actuación en el puente - es un ejemplo de ello. En esta misma línea, la alcaldesa de Sabadell ha asegurado que, en el futuro, "habrá que estudiar qué medidas aplicadas ahora deberán continuar".

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