Barcelona pone en marcha el primer hotel readaptado para pacientes

Pacientes con coronavirus alojados en el Hotel Cotton House de Barcelona

Pacientes con coronavirus alojados en el Hotel Cotton House de Barcelona. / periodico

Xabi Barrena

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El inmueble del número 670 de la Gran Via vuelve a cambiar de uso. Temporalmente y por fuerza mayor. El hoy hotel Cotton House fue ideado por Elies Rogent -profesor de Lluís Domènech i Montaner, condiscípulo de Antoni Gaudí y fundador de la escuela de arquitectura de Barcelona- como una residencia; en 1958 se transformó en sede de la patronal algodonera y, hace pocos años, en distinguido hotel. Esta semana ha cambiado de hache. De hotel a hospital. De servir vieiras con panceta a los menús bajos en sal.

De momento, informan fuentes oficiales, habrá hasta tres hoteles reconvertidos para atender a pacientes de variopinta tipología variopinta: desde los leves  que no pueden confinarse en casa porque cuentan con allegados con factor de riesgo a aquellos que ya han superado la enfermedad, pero que la caución aconseja que sean aislados aún 14 días para evitar que contagien el covid-19 y no disponen de las condiciones adecuadas para la reclusión preventiva. 

La semana pasada, las patronales hoteleras se sumaron al sinnúmero de entidades de todo tipo (hasta clubes de fútbol) que han puesto  disposición sus instalaciones, y ofrecieron sus centros en un momento que se hallan vacíos por el cerrojazo al turismo que ha impuesto la propia pandemia. 

No es la primera vez que ello ocurre. Durante la guerra civil no fueron pocos los hoteles, quizá de otras ciudades, los que acogieron bancos de sangre o sirvieron de centro de recuperación de los heridos. Como George Orwell en el hotel Continental de la Rambla. 

Doble mensaje

El mánager general del Cotton House (la casa del algódón, como se conoció a la sede de la Unión Textil Algodonera, pero en inglés, que le da un toque glamuroso toque  ‘ley seca’)  Andreu Canals, atiende exhausto a este diario para mandar un doble mensaje. El primero «a los familiares» de los que están ‘ingresados’ en el hotel: «Que estén tranquilos. El hotel funciona como un reloj y están bien atendidos». El operativo distingue tres partes: la sanitaria, con los servicios de infermería; las tareas de mantenimiento de las que se encarga una empresa especialista del cuidado de quirófanos y , finalmente, los voluntarios. Según apunta Canals, no hay empleados en el centro. 

El otro mensaje no es novedoso, pero si importante: «Que la gente se quede en casa», afirma con el mismo énfasis con que alaba al personal sanitario, al que estos días ha pdido observar en su labor: «Son gigantes», sentencia.

Además del Cotton House  también se han habilitado  el Vinoteca y el Bakery (los tres del grupo Praktik), hasta sumar más de 200 camas. E irá creciendo según las necesidades del momento. Cuando la crisis finalice, todos los espacios se someterán a «un estricto proceso de desinfección».

La importancia del Cotton House no recae tanto en su capacidad logística (cuenta con unas 80 habitaciones) si no por haberse convertido en una especie de locomotora o banderín de enganche para otras cadenas hoteleras. 

Hospitales con ‘pareja’

En paralelo, el Ayuntamiento de Barcelona ha dispuesto que cada uno de los cuatro hospitales de referencia del término municipal dispongan de un hotel asociado para el descanso del personal sanitario que se halla en la primera línea de combate. Así, el Hospital Clínic cuenta con el Catalonia Diagonal Centro como retaguardia, lo mismo que el Alimara lo es para el Vall d’Hebron. Para el Hospital de Sant Pau se ha dispuesto el Ilunion Bel Art y el Pullman para el Hospital del Mar. La cadena Catalonia también ha puesto el emblemático hotel Plaza de la plaza de Espanya a disposición de las autoridades.

La colaboración con el sector hotelero no finalizará aquí. Según informó el viernes el departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat reubicará en hoteles, entre este fin de semana y principios de la próxima, a más de 160 ancianos que viven en residencias y tienen síntomas de covid-19, para asegurar su aislamiento y atención.

Estas 160 personas se encuentran en centros pequeños, en su mayoría en Barcelona, y están en una situación prioritaria de alerta sanitaria, por lo que serán trasladados a hoteles de la capital catalana y del área metropolitana. H