CRISIS SANITARIA DEL CORONAVIRUS

Una clínica privada evita un ERTE al acoger a pacientes de la pública por el coronavirus

Imagen exterior de la clínica Sagrada Família de Barcelona, este viernes

Imagen exterior de la clínica Sagrada Família de Barcelona, este viernes / periodico

Aitana Glasser / Manuel Arenas

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El pasado 18 de marzo, la dirección de la Clínica Sagrada Família de Barcelona informó a sus empleados de que, "debido al descenso de la actividad" del centro, planeaban realizar un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) que afectaría a "parte importante de la plantilla", según rezaba el comunicado enviado por correo a los empleados.

Al día siguiente, el mismo centro echaba atrás la medida: el Departament de Salut intervino y, según apuntan fuentes de Salut, apercibió a la clínica de que "el recurso sanitario era necesario para hacer frente a la emergencia del coronavirus", de manera que finalmente el ERTE no se ejecutó.

No obstante, la intención de la clínica desconcertó a los empleados, que no entendían por qué ante el <strong>colapso</strong> que sufre la <strong>sanidad pública</strong>, y habiendo tomado el Servei Català de Salut las riendas de la privada, no ponían a su disposición las camas, medios y profesionales del centro para atender a pacientes contagiados por covid-19. 

"Somos personal sanitario, ¿cómo es posible que nos fuéramos a casa mientras los hospitales públicos están desbordados, derivando pacientes incluso a hoteles, y la sanidad privada intervenida?", se pregunta una empleada del centro que pide ocultar su identidad. "Nos parecía una barbaridad, era surrealista y, de haberse producido, habría sido una injusticia", añade. 

Camas vacías y hospitales públicos llenos

"La clínica cumplió a rajatabla las indicaciones de la 'conselleria' y desde el lunes se realizan solo cirugías oncológicas o de urgencia, y muy contadas", explica la profesional, que sostiene que en estos momentos el 80% de los pacientes ingresados son por coronavirus positivo, cuatro de ellos intubados en la UCI, reservada para estos casos.

Esta restricción hizo que la actividad quirúrgica del centro cayera en torno a un 90%. "Vivimos de los quirófanos y estaban vacíos: teníamos que adaptar la oferta sanitaria a la demanda actual", justifica el gerente de la Clínica Sagrada Família, Joan Jeremias, que niega saber a cuántos empleados iba a afectar la medida.

Intervención de la sanidad privada

"No había un número definitivo, quizá en torno al 20 o 30% del personal, no iba a ser una reducción muy drástica", sostiene el gerente del centro, que emplea a unas 250 personas. "Había más personal que pacientes, pero estando preparados no queríamos quedarnos de brazos cruzados, era una cuestión moral", reitera la empleada.

"Toda la sanidad privada está preparada ya para atender a pacientes con covid-19 y me consta que ya se han hecho traslados, lo que indica que ha habido un giro importante, ya que hace dos días eso no se hacía", opina la enfermera, que aplaude que ambas partes se estén "poniendo las pilas". 

Coordinación con la sanidad pública

Sobre por qué no se hizo antes el ofrecimiento, Jeremias sostiene que es Salut quien tiene que solicitar los recursos a los centros privados, y no a la inversa. "Son ellos quienes nos contactan, nosotros no teníamos ninguna orden de comunicarlo a Salut; pensamos que nos avisarían en caso de que lo necesitaran y así fue", asegura el gerente.

Desde Salut aseguran que la clínica era conocedora de la situación de emergencia actual, por lo que el 'departament' les advirtió de que legalmente no podían ejecutar el ERTE. "Como no lo han hecho, ya no hay que acudir a instancias judiciales para que paren la medida laboral", señalan.

Traslado de pacientes

El centro está esperando ya recibir a estos pacientes. Según Jeremias, el viernes por la mañana la gerencia mantuvo un encuentro con el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, con quien se está terminando de ultimar "los protocolos de perfiles de entradas", que se empezarán a producir en breve. 

El centro pondrá a su disposición -en principio- una planta entera y aumentará la oferta en función del personal disponible. De momento, la paralización del ERTE impedirá que personal sanitario se marche a casa en plena emergencia y permitirá aliviar, aunque sea levemente, una sanidad pública cada vez más <strong>desbordada</strong>.