BCN cierra los puntos verdes y suspende la recogida de muebles y trastos viejos

Barcelona presenta estos días un mar de calles relativamente vacías, sin el ritmo frenético habitual. En esta situación de excepcionalidad provocada por el coronavirus los encargados de los servicios más básicos están trabajando -con todas las precauciones- para que la ciudad siga funcionando sin problemas, y eso incluye mantener la vía pública en orden. Es el caso del servicio de limpieza viaria y recogida de basuras, que se han adaptado a la reducción de la actividad con nuevos horarios y nuevas rutinas como medida de prevención.

De entrada, todo el material recogido por los equipos de limpieza llega a las plantas de tratamiento de residuos, que funcionan con normalidad, si bien se han prohibido las visitas de personal externo por motivos de seguridad. En estas plantas solo se ha notado un descenso en la recepción de voluminosos -cuya recogida se ha dejado de realizar en algunos municipios como Barcelona- y de poda, cuya generación también ha bajado estos días al no ser una tarea estrictamente necesaria. También se ha cancelado la recogida de muebles y trastos viejos en toda la ciudad. Con todo, un equipo especial de repaso patrulla las calles para evitar que objetos voluminosos se queden en la calle.

El servicio de recogida de la basura  “está garantizado al 100%” y la recogida de residuos generados por los establecimientos comerciales “se ha adaptado” al decreto de estado de alarma, detallan a este diario fuentes municipales.  Los equipos de limpieza viaria trabajan con relativa normalidad  pues prestan un servicio considerado por el consistorio como “esencial”, si bien se han adaptado a la situación actual.  Salen a la calle de manera escalonada y con turnos alternativos. “Antes trabajaba de lunes a sábado pero han reorganizado todos los turnos para evitar contagios y ahora hacemos un día de trabajo y dos de descanso”, explica Vero, miembro de la brigada de limpieza viaria, junto a unos contenedores en la avenida Rio de Janeiro, en Nou Barris. “Más o menos hemos encontrado los contenedores como siempre, aunque ahora la gente consume más en casa”, subraya esta trabajadora municipal, a la que han cambiado un poco la ruta. “Sigo en la misma zona pero ahora tengo que cubrir una distancia un poco más larga”, añade Vero, una de las 625 personas que trabajan de lunes a sábado para mantener limpias las calles de la ciudad.

Ambulatorios y mercados, prioritarios

Estos trabajadores municipales a pie de calle han recibido instrucciones para priorizar los entornos de los contenedores y el vaciado de papeleras de la vía pública. También los alrededores de hospitales, centros sanitarios de asistencia primaria  y mercados de alimentación.  Eric es uno de los pocos miembros de su brigada de limpieza que lleva mascarilla. “La llevo porque manejo la manguera con agua a presión”, puntualiza. “Normalmente solo lleva agua pero ahora se ha añadido un producto desinfectante”, explica el joven mientras recoge la manguera con la que ha esterilizado la rampa y la barandilla de la entrada del CAP Rio de Janeiro. Se dirigen a uno de los 38 mercados municipales, también considerados  equipamientos prioritarios para estos trabajadores de la limpieza al estar abiertos al público.

Eric comparte vehículo con otros compañeros. En cada centro de trabajo, no obstante, se han aplicado varias medidas para evitar la concentración de trabajadores además de los nuevos turnos. También se ha solicitado, explican a este diario fuentes del ayuntamiento, que el personal llegue a su centro de trabajo cambiado, vestido con la ropa de trabajo.

El ayuntamiento decretó el cierre de 148 parques y jardines de la ciudad, así como el acceso a las playas. “Antes iba con dos chicos de un centro especial de trabajo (CET), con una discapacidad intelectual, pero estos días voy solo. Ellos se han quedado en casa por precaución”, explica Fèlix, encargado de la limpieza de espacios como la plaza de las Palmeres, en Sant Andreu. “Se nota que han cerrado el parque infantil porque está limpio –continúa-, y la verdad es que me estoy encontrando los alrededores mejor de lo esperado. Las papeleras están medio vacías”.