manifestación polémica

Interior desoye al Ayuntamiento de Barcelona y permite seguir cortando la Meridiana

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Guillem Sànchez / Luis Benavides

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Las posturas de Ayuntamiento de Barcelona y Conselleria d’Interior sobre los cortes independentistas en la Avenida de la Meridiana están cada vez más enfrentadas. Albert Batlle, concejal de Seguridad, ha pedido que se prohíban y el 'conseller' Miquel Buch ha respondido que debe prevalecer el derecho a la manifestación. Por su parte, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), a través de su vicepresidente, Josep Cruanyes, ha comunicado a la Direcció General de Administració de Justícia (DGAS) –Conselleria d'Interior– que la movilización se alargará por lo menos hasta el 18 de marzo.

La Meridiana es la principal vía de entrada y salida a Barcelona por el extremo norte de la ciudad. Por sus carriles circulan casi 60.000 vehículos diariamente y los cortes, convocados entre las 20.00 y las 22.00 horas, la interrumpen en un momento que atrapa a muchos conductores que regresan a casa después de la jornada laboral. Según Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) hay además siete líneas de bus (11, 34, 62, 96, 133, 206 y 229) que han tenido que ser modificadas o interrumpidas por la manifestación y causan un retraso a los usuarios de unos 45 minutos de media

Nadie pide permiso para manifestarse porque se trata de un derecho constitucional. Sin embargo, cualquier acción debe ser comunicada a la DGAS, algo que la ANC no hizo hasta el 7 de diciembre –cuando ya llevaban casi dos meses de protesta–. Ese día notificó que la protesta diaria iba a alargarse hasta el 28 de febrero, un periodo que ahora han ampliado por otras 20 jornadas. Según fuentes de Interior, el informe que los Mossos d’Esquadra han redactado y enviado a la DGAS tras esta última comunicación es "favorable" y los cortes se seguirán efectuando como hasta ahora porque "no suponen un riesgo ni para las personas ni para los bienes".

La Guardia Urbana, sin embargo, ha redactado hasta cuatro informes distintos en los que califica estas concentraciones de "abusivas" y advierte del perjuicio a la libre circulación del resto de ciudadanos y al negocio de los ejes comerciales afectados. En los tres primeros se sugiere que se modifique la ubicación de la protesta. En el último, elaborado la pasada semana, en letras mayúsculas, se pide a Buch que la prohíba. 

Malestar entre vecinos y conductores

Los conductores, vecinos y comerciantes entrevistados por este diario están hartos de los cortes. Luis Insuasti, trabajador del tunel de lavado Auto Meridiana Rentat, calcula que su negocio ha perdido una media de 10 clientes al día: "A 10 euros el lavado, 100 euros diarios". Josefina Navarro, propietaria del quiosco de prensa situado en el enclave de la protesta asegura que sus ventas también han bajado: "Mucha gente ya no pasa por aquí a partir de las siete". Daniel Badia, taxista, explica que los cortes retrasan los viajes y eso le obliga a aguantar las quejas de los clientes. Adri Sánchez, vecino de Trinitat Nova, dice que estas manifestaciones han incrementado hasta los 45 minutos la duración de un trayecto que anteriormente hacía en cinco minutos. Otros dos conductores consultados por este diario afirman haber llegado a sufrir retenciones de casi dos horas. 

El colectivo de la 'Meridiana Resisteix' acostumbra a reunir medio centenar de manifestantes –han sido más en algunas ocasiones– que desde el 14 de octubre del año pasado, en protesta contra la sentencia a los líderes del procés, cortan la vía. Lo han hecho ininterrumpidamente en 136 ocasiones. Desde las ocho hasta las 10 de la noche. Aunque para evitar que los vehículos queden atrapados en la Meridiana, la Guardia Urbana corta el tráfico antes, sobre las siete de la tarde, y lo reabre cuando finaliza la manifestación, sobre las 10 de la noche. De esta manera, subrayan fuentes del consistorio de Ada Colau, logran desviar a los conductores por calles adyacentes que absorben como pueden el flujo. 

Durante los últimos días, la tensión ha aumentado en la Meridiana y dos conductores han agredido a manifestantes: un vehículo atropelló a uno de los concentrados el pasado lunes y, 24 horas después, el martes, un motorista al que impedían su avance golpeó a otro de los concentrados. 

El informe más contundente de la Urbana, el último, pone de manifiesto que "han cambiado las circunstancias de desarrollo de las protestas, produciéndose alteraciones de orden público con riesgo para las personas y bienes". El 25 de enero un grupo de entre 15 y 40 personas jóvenes, encapuchadas, mostraron una actitud "violenta" y "hostil" hacia los agentes. El 28 de enero otro grupo de encapuchados cortó la vía a las 19.40 horas dejando atrapados a una veintena de vehículos y golpearon a varios de estos coches. El 1 de febrero, de nuevo encapuchados, increparon a conductores y se mostraron agresivos con los agentes. El 4 de febrero amedrentaron a un motorista a quien cogieron las llaves del contacto y después rompieron el retrovisor. El 8 de febrero se llevó a cabo una hoguera de tres metros que generó un humo perjudicial para los vecinos. 

El comercio pide que se reubique

Los comerciantes más afectados por los cortes, aglutinados en el eje Fabra i Centre, ya pidieron hace semanas que no se autoricen más protestas en el mismo punto. Argumentaron que los efectos en sus negocios suponen pérdidas de facturación de hasta el 40%, sobre todo en bares y restaurantes, afectados en la franja vespertina y de cenas, cuando el complicado acceso en coche o bus desmotiva a muchos clientes.

Anoche, Jordi Navarro, presidente de este núcleo comercial que integra a muchos operadores del paseo de Fabra i Puig y entorno, explicó a este diario que todavía no han logrado mantener una reunión con la ANC, como organizadora de la protesta diaria, ni con la Conselleria de Interior. Señaló que el comercio se llevará una «gran decepción» si se da continuidad a la situación, y activará iniciativas en contra. Respetan el derecho de manifestación y la causa, pero imploran que esta se celebre en diferentes puntos. P. C.