sorpresa en sant martí

Unas obras destapan un cementerio bajo un huerto urbano de la Verneda

Los arqueólogos han descubierto hasta ahora 23 fosas, pero ningún resto que anticipe la época a la que corresponden

Los arqueólogos, ayer, en la confluencia de las calle de Menorca y Agricultura.

Los arqueólogos, ayer, en la confluencia de las calle de Menorca y Agricultura. / periodico

Carles Cols

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Seis arqueólogos trabajan desde el domingo sin prisa ni pausa en la confluencia de las calles de Menorca y Agricultura, justo allí donde en una fecha incierta, aunque probablemente antes del siglo IX, tiene sus orígenes Sant Martí de Provençals, el pueblo al sur del Besòs que en 1897 engulló Barcelona. Unas obras de renovación de tierras pusieron al descubierto el pasado fin de semana un esqueleto. A media mañana del martes, según fuentes del Servei d’Arqueologia de Barcelona, ya eran 23 las sepulturas descubiertas, algunas dobles. Es un pequeño camposanto. Poco más se sabe aún. Habrá que esperar los análisis del ‘csi’ municipal, que con las pruebas de carbono-14 y otros análisis determinarán una fecha aproximada de esta hasta ahora desconocida inhumación.

Lo ocurrido esta vez en La Verneda es muy común en la ciudad. En Barcelona se enterraba casi siempre al este de las murallas. La ciudad crecía urbanísticamente hacia poniente y, muy metafóricamente, dejaba atrás, al otro lado, su pasado, sus muertos. En esta ocasión, sin embargo, hay una pista clara. Los restos humanos han aparecido a escasos metros de la iglesia de Sant Martí de Provençals. Podrían ser sepulturas relacionadas con la cotidianidad parroquial del lugar. Puede que incluso sean restos de antiguos curas de Sant Martí. Si es así o son vecinos del lugar no se sabe aún, entre otras razones porque de los primeros restos humanos hallados no sabe todavía ni siquiera si son de hombre o de mujer.

Sobre este desconocido cementerio había hasta ahora (y el plan es que siga habiendo) uno de esos muy populares huertos urbanos de la ciudad. Hermosas lechugas, alcachofas y tomates crecían al cuidado de los jubilados del barrio sin que supieran nada del subsuelo. En la valla de acceso al huerto aún está colgado el cartel que informa de las sencillas obras que se iban a llevar a cabo y que han sacado a la luz las fosas. Se pretendía solo renovar las tierras, porque puede que ya no fueran suficientemente fértiles.

Tal vez del siglo XV

Con las primeras pistas de que algo inesperado aguardaba allí debajo, los arqueólogos tuvieron en un primer momento una chispa de ilusión. Sobre los orígenes exactos de la iglesia adyacente no se sabe suficiente. Confiaban en encontrarlas. De momento, sin embargo, nada de nada, solo fosas. En contrapartida al chasco, los expertos del Servei d’Arqueologia Municipal confían en lo que les apunta su olfato profesional, que las sepulturas se puedan fechar alrededor del siglo XV, mucho antes de lo inicialmente previsto.

Fue precisamente a finales del siglo XV cuando la iglesia original fue reedificada en un estilo gótico tardío del que aún se distinguen sus principales características, a pesar de que en 1936 la parroquia, como tantas otras en Barcelona, fue saqueada e incendiada.

Los textos del pasado de Sant Martí de Provençals son intermitentes y escasos. Sí parece, no obstante, que en el siglo XV el núcleo de población era minúsculo, de apenas unas 17 familias. Tal vez algunos de ellos acaban de salir de nuevo a la luz del sol.