ÉRASE UNA VEZ EN EL BARRIO... 13

Vallcarca, el renacer tras el 'urbanicidio'

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zentauroepp52030650 barcelona 29 01 2020 barcelona plaza de uri caballero e200205111657 / JORDI COTRINA

Helena López

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Al imponente bloque gris salpicado de minúsculas ventanas al otro lado de la avenida de Vallcarca lo llaman el Cementerio. O el parecementerio, por el lío que se hizo un vecino al intentar describirlo. Razón no le faltaba, al hombre. "Todos estos solares antes eran casas. Aquí antes vivía gente. La gran explanada dura que ahora hay a la salida del metro no era ninguna plaza. Ahí antes había casas. Vivía gente. Alguna fue muriendo, a otra la metieron allí", resume David Castellet señalando al Cementerio, cuyas dimensiones lo hacen visible desde medio barrio. Castellet es el presidente de la Federació d’Entitats Amigues de Can Carol i Consolat (FEACCC), formada por el Observatori de Vallcarca, el Grup d’Estudis Coll-Vallcarca, la Associació de Veïns Som Barri, la Associació ECOS-Antic Forn y la Associació de Festes Alternatives de Vallcarca, cuyo objetivo es "conservar el espíritu de barrio–pueblotras el urbanicidio sufrido en este páramo en los años de la burbuja precrisis, ya casi la prehistoria. "Urbanicidio. Para nosotros es importante que salga esa palabra", subraya.

"Nos rebelamos contra la clasificación en inquilinos, propietarios y okupas, aquí todos somos vecinos"

David Castellet

— Presidente de la FEACCC

Castellet habla desde la plaza de Uri Caballero, como indica la logradísima placa de mármol pagada con una campaña de micromecenazgo. De forma colectiva, como casi todo aquí. "Hicimos tres, por si la robaban. Esta es la tercera. La primera la quitó el ayuntamiento, la segunda, la robaron", relata Iru Moner, vocal de Som Barri. Cuando finalmente construyan –la plaza de Uri Caballero no es una plaza, sino un solar, uno de tantos en este barrio medio arrasado– tienen varias ideas. O llevar el nombre de su héroe local a una plaza de nueva creación que abrirán un poco más arriba, en la transformación urbanística del barrio en marcha. Incluso plantean pedir que se ponga el nombre de este 'patriota de Vallcarca, intel·lectual punk', como tituló su necrológica en la revista Enderrock el periodista Roger Palà, al futuro instituto del barrio. En Vallcarca no parecen tener miedo a soñar.

Gestión comunitaria

El rostro del guitarrista de Els Surfing Sirles fallecido en el verano del 2013 ocupó durante años la fachada de la masía de Can Carol, en la también autoconstruida plaza de Can Farigola. Hoy ya no está, pero no víctima de la censura o la especulación, sino porque la masía, en ruinas durante años, en sintonía con el barrio, está siendo rehabilitada para transformarse en un equipamiento municipal. "Ahora mismo no tenemos ninguno", recuerda Moner, quien apunta que el consistorio se ha comprometido a que el grafiti podrá volver al lugar que ocupaba una vez termine la rehabilitación integral. "Si lo gestionamos nosotros, que es por lo que luchamos, no habrá problema", añade Castellet. La federación que preside, de hecho, nace con ese objetivo, de ahí su nombre (la intención es obtener la gestión comunitaria de los dos futuros equipamientos, también la del proyectado en el palacete que durante años fue el viejo consulado de Dinamarca).

El 28 de septiembre del 2018 el pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó el nuevo planeamiento urbanístico del barrio en el área comprendida entre las calles de FarigolaCambrils, Calendau, Gustavo Adolfo Bécquer y la avenida Vallcarca -la zona cero desde la que explican su historia común Moner y Castellet-, con el objetivo de "reactivar" el barrio y "poner en valor su historia y patrimonio". Ese último objetivo por el que se creó Salvem Vallcarca, plataforma vecinal nacida para oponer resistencia a los derribos. 

Uno de los símbolos de esa resistencia es La Fusteria, la única casa en pie en la pseudoplaza de la salida del metro, okupada por un movimiento vecinal que vivió un resurgir tras el 15-M, con la creación de la Assemblea de Vallcarca. "Creo que somos la única asamblea del 15-M que sigue activa",  señala Moner. "Nos rebelemaos contra la clasificación entre inquilinos, propietarios y okupas, aquí todos somos vecinos", añade Castellet.

Con sus propias manos

Todos son vecinos y entre todos, con sus propias manos, llevan años convirtiendo solares llenos de maleza en plazas o huertos, por ejemplo. "El arbolado de la calle lo plantamos nosotros, hicimos agujeros en el cemento y plantamos los árboles", añade Moner señalando los diferentes árboles de la empinada calle de Cambrils, justo antes de llegar a la impresionante cantera, otro solar, convertido en merendero. Una mañana de miércoles cualquiera en él hay un grupo de chavales del activo Sindicat d'Habitatge del barrio -que hace unos días denunciaba el 'desahucio' del entrañable bar Luis, en la avenida de Vallcarca, 16, por la no renovación del alquiler- grabando un vídeo para una campaña.

"El arbolado de la calle lo plantamos nosotros, hicimos agujeros en el cemento y plantamos"

Iru Moner

— Asociación de vecinos Som Barri

Antes de la modificación del PGM para salvar las casas que quedan en pie -y bajar alturas a las nuevas construcciones pendientes- el ayuntamiento puso en marcha un concurso de ideas, que ganó el proyecto 'Arrels', presentado por el equipo del arquitecto Carles Enrich.

Más allá de esa modificación parcial del PGM, queda pendiente otra asignatura. La polémica rambla verde en la que está previsto transformar la avenida de Vallcarca desde el año 2002. En que debe ser verde hay unanimidad, sobra decirlo. En lo que no tanta –o ninguna– es en que si eso debe pasar por más derribos o no. Desde la asociación de vecinos Gràcia Nord-Vallcarca consideran que sí, en aplicación al plan urbanístico original (aún vigente) para esa zona, que empezó a ejecutarse con el derribo de la Casita Blanca en el 2011. A ojos de Som Barri, en cambio, no es necesario tirar más casas sino sembrar las medianeras de jardines verticales y, sobre todo, eliminar coches. Precisamente para pedir eso último, salieron a la calle hace solo unos días al grito de 'El fum ens mata!'.