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Barcelona Global propone nuevos usos en 18 edificios para "re-economizar" el centro

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Patricia Castán

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¿Puede permitirse el centro Barcelona una colección de edificios históricos sin uso, infrautilizados u olvidados? El colectivo Barcelona Global, preocupado por el avance de la gentrificación, el monocultivo turístico o la inseguridad en distintos puntos del centro de la capital catalana, se lo ha preguntado con el reto de "re-economizar" ese núcleo con nuevas propuestas. La reflexión ha servido para proponer 18 espacios concretos como ejemplos que podrían sumar 243.300 metros cuadrados de nueva actividad económica, con la innovación, emprendeduría e investigación como posibles "motores" y la idea de recuperar espacio para las oficinas  y espacios que requieren los nuevos modelos empresariales vinculados a la economía del conocimiento. El ayuntamiento ya ha respondido que comparte la idea y la desarrollará.

La singular propuesta de Barcelona Global -la asociación privada, independiente y sin ánimo de lucro, formada por 221 de las empresas, centros de investigación, emprendedores, escuelas de negocio, universidades e instituciones culturales, y más de 780 profesionales que quieren potenciar el talento y la actividad económica en la ciudad- parte de la constatación de que en los últimos 18 años el centro Barcelona ha perdido 720.000 metros cuadrados de oficinas, para convertirlos esencialmente en hoteles y uso residencial; y de la tesis de que más allá del reciente desarrollo de nuevas oficinas en el nuevo eje de la Diagonal o la plaza de Europa, por ejemplo, el centro de la ciudad tiene una "escasa oferta" de calidad, explica su presidente, Pau Guardans.

Pero no solo se plantean oficinas, sino espacios polivalentes, como coworkings, auditorios y de reuniones. Aunque muchos barceloneses piensen que el centro ya está muy saturado, los autores del informe consideran que hay que preservar el mix de usos, y evitar que un barcelonés solo acabe yendo al centro de compras o a comer, relata el CEO de Barcelona Global, Mateu Hernández. Nuevas empresas insuflarían trabajadores, otros tipos de comercio y otra restauración más enfocada en el barcelonés, insiste.  Se basan en ejemplos en otras ciudades, como París o Londres, y enfatizan que en muchas ciudades europeas las empresas luchan por mejores proyectos de oficinas céntricas, acordes a los nuevos "modelos de flexibilidad, conciliación y convivencia de usos (residencial, comercial, oficinas, docente...)".

Plan con varias fases

En ese marco, en favor de una ciudad "diversificada y menos gentrificada", son partidarios de reactivar edificios en desuso. Junto con la consultora inmobiliaria Cushmann & Wakefield, han identificado 18 edificios y solares, de los que 11 son de titularidad pública o semipública, y 9 son privados. Algunos no se usan hace años (de los antiguos juzgados en Via Laietana al Palacio del Cinema), otros tienen usos que consideran no justificados en el centro de la ciudad (como Correos, en Via Laietana), o están infrautilizados como la Estació de França, o son solares. 

La lista de los de titularidad pública o semipública incluye antiguo Museo Martorell y el edificio de los Tres Dragons en la Ciutadella, la Foneria de Canons de la Rambla, el Banco de España en la plaza de Catalunya o el Edifici Ona en Glòries. Entre los privados figuran el cine Rex, el edificio Núñez y Navarro de la calle Junqueres, el edificio Metrònom, el de Les Tres Xemeneies o el Palau Dalmases. 

Barcelona Global reclama un plan de dinamización del centro que pase por identificar más edificios, a continuación seleccionar posibles usos (de oficinas a hubs digitales, centros de innovación, etc...) y por último una oficina de agilización administrativa para tramitar cambios de usos, licencias y demás, que permitan acelerar la burocracia que ahora alarga eternamente (varios años) algunas modificaciones, dice Guardans. La propuesta concluye que reactivar esos edificios puede frenar la desertización terciaria del centro urbano y ya se ha transmitido al ayuntamiento.

De hecho, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, replicó poco después que se trata de una "estrategia compartida" con el consistorio, por lo que se compromete a implicarse en su desarrollo. De entrada, propiciando el debate entre administraciones  y agentes privados, y creando una comisión de trabajo en ese sentido.